Los podemos ver especialmente en los grandes aparcamientos. Varios vehículos muestran un cartel en sus ventanillas con el escueto texto de «Se vende», un teléfono móvil y algunas características técnicas.
Se trata de particulares que se dedican a la compra venta de vehículos sin estar dados de alta como empresa, sin abonar los impuestos correspondientes y, por tanto, sin dar la mínima garantía al cliente. Si existe algún problema, siempre será más fácil cambiar el número del móvil.
El presidente de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (GANVAM), Juan Antonio Sánchez Torres, explica los perjuicios de esta actividad: «ocupan plazas de aparcamientos que no deben, eluden impuestos a las arcas municipales, hacen competencia ilícita al profesional que invierte en instalaciones pagando los impuestos por ejercer la actividad y, sobre todo, engañan al cliente, que no tiene ninguna garantía».
Cuantificar esta actividad es muy difícil, aunque Sánchez Torres afirma haber detectado aparcamientos con hasta cuarenta y sesenta coches en venta. La solución depende de los ayuntamientos, que son los encargados de perseguir este tipo de actividad ilegal, aunque no es tarea fácil porque los infractores sancionados abonan la multa y reanudan días más tarde su negocio en otro lugar.
Además, falta una norma común que permita luchar con eficiencia. Muchos ayuntamientos no disponen de una ordenanza que autorice la retirada coactiva de estos vehículos por parte de la grúa. GANVAM se ha puesto en contacto con la Federación Española de Municipios y Provincias para buscar soluciones. Por otra parte está denunciando todos los casos que conoce, solicitando a sus asociados que hagan lo propio.
La actividad denunciada por GANVAM en ningún caso se refiere al ciudadano que vende su vehículo usado al comprarse otro nuevo, «algo totalmente lícito», sino a quienes ejercen esta compraventa como actividad habitual y de forma ilegal.