La crisis está provocando que la venta de coches padezca un frenazo en seco. La causa fundamental estriba en que no son pocos quienes, dada la incertidumbre de su economía, se ven obligados a intentar alargar lo máximo posible la vida de su viejo utilitario. ¿La consecuencia? Los concesionarios ven menguadas sus ventas mientras otros negocios relacionados con el sector de la automoción (talleres mecánicos y desguaces) notan cómo sube su nivel de actividad. Además del beneficio para estas empresas, el negocio tampoco es malo para el cliente, ya que las piezas de repuesto encontradas en los desguaces tienen un precio entre un 25% y un 80% más barato que en las tiendas oficiales de las marcas.
Adquirir la pieza
Entre los usuarios de un automóvil se impone, ahora más que nunca, el ahorro. Por eso, cuando necesitan hacer una reparación recurren a la fórmula del “hágalo usted mismo”, siempre que no se trate de una tarea especialmente compleja; en los casos más complicados, se opta por dejarlo en manos de los profesionales de los talleres. En ambas circunstancias, cabe la posibilidad de ahorrar unos euros más si se buscan en un desguace las piezas que hay que sustituir. Los Centros Autorizados de Tratamiento (CAT) de Vehículos (los desguaces de toda la vida), cuentan con piezas cuyo precio tiene un descuento considerable respecto al que se paga en las tiendas oficiales de las marcas. Elegir esta opción puede suponer un ahorro de entre un 25% (para las piezas más corrientes) y un 80% (en las piezas de mayor valor).
¿Cómo proceder a la búsqueda de una pieza en un desguace? En primer lugar, conviene informarse muy bien sobre la pieza concreta que se necesita, llevando la referencia y todos los datos necesarios, para evitar posibles errores y ganar en eficacia. Si el cliente recopila toda la información, el empleado del desguace podrá realizar la búsqueda de forma más rápida y ágil. Pero lo habitual es que los usuarios desconozcan los datos más básicos de las piezas y, en algunos casos, hasta su nombre. Además de conocer la pieza a fondo, al visitar un desguace hay que preguntar acerca de las garantías, devoluciones, cambios, etc., según recomienda Natalia García, coordinadora del Centro de Información de Desguaces de España (CIDE).
Al visitar un desguace conviene preguntar acerca de las garantías, devoluciones y cambios
Hasta hace muy poco tiempo el sistema más habitual para buscar una pieza era visitar los desguaces más cercanos, pero la situación ha variado mucho. Con la irrupción de las nuevas tecnologías, es posible realizar una búsqueda más amplia y rápida. ¿Cómo debemos proceder? El primer paso es consultar el numeroso listado de desguaces homologados que aparecen en Internet y elegir algunos. Otra posibilidad es consultar con alguna de las asociaciones que funcionan actualmente en España, donde se ofrece información acerca de los centros más próximos al domicilio del cliente. Las asociaciones que tienen más actividad son el Centro de Información de Desguaces de España, CIDE (tel. 902302020) y la Asociación Española de Desguaces y Reciclaje del Automóvil, AEDRA (tel. 915931266).
Una vez que se confirma la disponibilidad de la pieza buscada, se pueden visitar los desguaces en los que haya existencias y adquirirla en alguno de estos centros; acudir en persona supone, además de ver el estado de la pieza, poder regatear el precio final. Los expertos aconsejan, si se dispone de tiempo, practicar el clásico “busque y compare”: no hacer la compra en el primer centro que tenga la pieza en cuestión, sino visitar más de un desguace para comparar el precio y la calidad del producto. No hay que olvidar que se trata de piezas usadas, y que el precio puede variar de un centro a otro. Esta técnica es recomendable especialmente para las piezas más caras.
Reclamaciones y devoluciones
Para adquirir las piezas, también cabe la posibilidad de realizar un pedido a través de correo electrónico. Si se opta por utilizar Internet, hay que saber que los desguaces tienen unas condiciones de pago y gastos de envío. La compra de los productos se paga mediante transferencia bancaria o tarjeta de crédito, y los plazos de pago no pueden demorarse bajo ningún concepto. En muchos casos, si no se abona la pieza en cinco días naturales, se corre el riesgo de que el pedido sea automáticamente anulado. Con los pedidos on line, además, puede suceder que la pieza enviada a casa no se corresponda con la que se había solicitado o que se reciba una cantidad diferente a la pedida. En estos casos, el cliente puede hacer una reclamación en un plazo determinado que habitualmente es de siete días a partir de la fecha de entrega.
Las piezas nuevas tienen garantía de un año; las usadas, de entre uno y tres meses
También es posible que se desee hacer una devolución. De ser así, lo más habitual es que el desguace envíe al comprador otra pieza a cambio, o bien le abone el importe de la pieza. No obstante, el usuario tendrá que devolver previamente la pieza defectuosa. En el supuesto de que la empresa haya cometido un error al tramitar el pedido, tiene la obligación de subsanar dicha equivocación y enviar otra pieza a cambio, o bien reintegrar el importe de la misma, incluyendo los gastos de envío que ocasione la devolución. En los dos supuestos, se tendrá que devolver previamente la pieza equivocada. Cuando es el cliente quien comete un error a la hora de tramitar el pedido, el desguace debe enviarle otra pieza a cambio. Si no dispone de ella, es posible que no le abone el importe sino que le otorgue un vale por dicho importe con el que puede adquirir otras piezas. Los vales suelen tener una fecha de caducidad de un año. Por otro lado, la empresa no se hará cargo de los gastos de envío tanto de ida como de vuelta. Al igual que en los casos anteriores, el cliente tendrá que devolver previamente la pieza.
En cuanto a las garantías que ofrecen estas empresas, dependen de la antigüedad de las piezas y varían de unos centros a otros. Para las piezas nuevas la garantía puede llegar a ser de un año, mientras que para las piezas usadas la garantía oscila entre uno y tres meses.
Andarse con mil ojos
Las especiales características de este tipo de centros hacen que los usuarios deban tomar algunas precauciones:
- Acudir a centros autorizados: hay algunos desguaces que por diversas razones no están autorizados o no son legales. Por lo tanto, es conveniente que el desguace cuente con alguno de los sellos de calidad que existen en el sector, como la Asociación Española de Desguaces y Reciclaje del Automóvil (AEDRA) o la Asociación Española para el Tratamiento Medioambiental de los Vehículos Fuera de uso, (SIGRAUTO), como indica Fernando García Arellano, presidente y fundador de la primera de ellas. Si se compran piezas en un centro que no reúna todas las garantías, se pueden tener problemas a la hora de exigir responsabilidades por una pieza en mal estado o al querer hacer una devolución del producto adquirido.
- Variaciones en los precios: al tratarse de un mercado libre, puede haber variaciones de precio en las piezas según se compren en uno u otro desguace. Unas diferencias que, según algunos expertos, podrían ser más significativas en tiempos venideros debido a que, presumiblemente, descenderá el número de piezas que circulan en el mercado.
- Calidad de las piezas: hasta hace poco a los desguaces llegaban una gran cantidad de coches procedentes del Plan Prever; el usuario cambiaba su viejo coche con menos de 10 años, por uno nuevo. Esta situación está cambiando y ahora suelen entrar más por siniestros, lo que supone un deterioro mayor de las piezas. Por tanto, los expertos recomiendan tomar precauciones a la hora de elegir una pieza y asegurarse de que está en perfecto estado y no va a ocasionar problemas al vehículo.