El frío, la lluvia, el hielo, la nieve y el viento no son los mejores aliados para la conducción, que en invierno resulta mucho más incómoda e incluso, peligrosa. La reducción de horas de luz, unida a las condiciones meteorológicas adversas, incrementan el riesgo de accidente, por lo que se debe estar preparado para hacer frente a cualquier adversidad que surja en la carretera. La mejor forma de superar las malas condiciones climáticas, además de circular con extremada precaución, es tener el vehículo a punto. En este artículo se indica cómo una revisión exhaustiva es esencial para que el coche esté listo con el fin de hacer frente al invierno, y se enumeran las partes más importantes del vehículo que deben comprobarse a fondo: los neumáticos, el sistema eléctrico, así como el de alumbrado y la refrigeración.
✅ Revisar y cambiar los neumáticos
Los neumáticos son piezas esenciales de un vehículo. Son el único punto de contacto entre el automóvil y la calzada, de ahí la importancia de circular con ellos en perfecto estado. Una rueda sin el suficiente relieve puede ser muy peligrosa, sobre todo en invierno, puesto que su adherencia al asfalto se reduce debido a la nieve, el hielo o la lluvia.
Un neumático sin el suficiente relieve puede ser muy peligroso, puesto que su adherencia se reduce
👉 Neumáticos de invierno
Si se va a circular en condiciones invernales, conviene instalar neumáticos de invierno, ya que ofrecen una mayor seguridad de conducción. La razón es que el compuesto de caucho de esta variedad de neumáticos conserva su consistencia flexible incluso con frío. Cuanto más flexible es el caucho, mejor se adapta al asfalto, lo que garantiza una tracción óptima y, por tanto, más seguridad.
👉 Profundidad del dibujo
La profundidad del dibujo debe ser como mínimo de 1,6 milímetros, si bien los expertos mantienen que en la temporada de invierno lo idóneo es que tenga tres o cuatro milímetros para expulsar mejor el agua de la calzada.
👉 Presión
Se debe vigilar también que la presión de los neumáticos sea la adecuada, y que la goma no presente grietas o estrías. Conviene saber además que la presión se reduce si el automóvil está expuesto a temperaturas muy bajas durante mucho tiempo.
👉 Llevar cadenas para la nieve
Los neumáticos de invierno también tienen sus limitaciones y si es habitual usar el coche para ir a esquiar o si se utiliza en lugares en los que nieva y hiela mucho, es necesario llevar cadenas, ya que mejoran la adherencia a la carretera y contribuyen a mejorar las condiciones para la conducción.
✅ El sistema eléctrico
En el momento de conducir, las exigencias respecto al sistema eléctrico en invierno son superiores a las de otras épocas del año, debido a la mayor utilización del alumbrado, de los limpiaparabrisas y de la calefacción. Todo ello supone un doble esfuerzo para la batería del vehículo, por lo que resulta imprescindible revisar su estado, comprobar el nivel de carga, limpiar los bornes, así como verificar el funcionamiento del alternador.
✅ Iluminación y visibilidad
👉 Faros
Durante el invierno hay menos horas de luz, así que se debe cuidar de manera especial la iluminación del vehículo. Es importante comprobar el buen funcionamiento de todas las luces y verificar el reglaje de los faros. De igual forma, conviene llevarlos siempre limpios, porque así se evita que se reduzca el haz de luz que proyectan.
Muchos vehículos tienen una función de advertencia si detectan un defecto en los mecanismos de iluminación. Es el momento de acudir al taller lo antes posible; es allí donde informarán si los focos están correctamente ajustados, es decir, si iluminarán correctamente la vía sin deslumbrar innecesariamente al resto de usuarios. No obstante, conviene advertir que también hay pequeños trucos que pueden servir en un momento determinado para hacer una reparación sin la necesidad urgente de acudir a un taller.
👉 Cristales
En un automóvil es necesario en todo momento ver y ser visto a la perfección. Una buena visibilidad depende, en gran medida, del estado de los cristales, por lo que estos han de estar siempre limpios, sobre todo el parabrisas. Es importante que el agua del limpiaparabrisas no sea calcárea. De todas formas, en invierno lo más adecuado es sustituir el agua por un producto dotado de propiedades anticongelantes.
Si los cristales se han helado, no hay que usar nunca agua caliente ya que podrían rajarse. Lo mejor es quitar la capa de hielo formada en los cristales con una rasqueta, elemento indispensable que se debe incorporar al kit habitual del vehículo durante el invierno.
Además, debido al frío, es normal que los cristales se empañen por dentro. La forma más rápida de desempañarlos es utilizar el aire acondicionado, pero también se puede corregir conectando la calefacción y el ventilador a su máxima potencia con las ventanillas algo bajadas. La opción más peculiar -pero a su vez efectiva- es pasarles una patata cortada por la mitad.
👉 Escobillas
Otro elemento que influye en la visibilidad son las escobillas del limpiaparabrisas. Hay que mantenerlas en buen estado y cambiarlas aproximadamente cada seis meses, como recomiendan los fabricantes, con el fin de que realicen bien su servicio.
En las épocas de heladas conviene evitar que las escobillas se adhieran al vidrio. La solución es muy simple y consiste en interponer un cartón o trapo entre las escobillas y el cristal, o bien dejarlas levantadas o apoyadas sobre el parabrisas con la parte metálica en contacto con el cristal.
✅ El sistema de refrigeración
En cuanto la temperatura empieza a caer, hay que comprobar el estado del líquido refrigerante. Este líquido conserva el motor a una temperatura de funcionamiento adecuadamente fría, pero sin congelarse, puesto que si se congela, puede hacer que reviente.
Por otro lado, conviene tener siempre visible la etiqueta con la última revisión por parte de la ITV, así como la etiqueta medioambiental de la DGT.