El Sistema de Protección para Motoristas (SPM) de la empresa Hiasa funciona «muy bien», según Juan Manuel Reyes, presidente de la Mutua Motera, que asistió a las pruebas realizadas para comprobar su efectividad.
Se trata de un sistema continuo que evita tanto el impacto contra los postes de los sistemas de contención -que pueden producir amputaciones al impactar contra ellos a más de 30 km/h-, como que el motero se cuele por el hueco de la barrera -se evitan choques con elementos que separan los SPM y que están detrás o caídas por desniveles-.
La prueba que se realiza para aprobar el sistema consta de cuatro test de impacto. Dos de ellos consisten en lanzar un vehículo contra el sistema: primero uno de 900 kilos -que sería el equivalente a un coche ligero- a 100 km/h y, segundo, un vehículo de 1.500 kilos -el equivalente a un coche pesado- a 110 km/h. Los otros dos ensayos consisten en lanzar un «dummy» de 86 kilos -un maniquí con unos sensores que evalúan el daño en la cabeza y el cuello- contra un poste a 60 km/h y un ángulo de 30 grados, y el otro en lanzar un «dummy» con las mismas características contra el vano -entre los postes- del SPM.
Ahora es necesario el compromiso de las autonomías, que tienen la responsabilidad en un 50% de las carreteras, para colocar este sistema. De momento, el mayor de los compromisos es el de la Junta de Andalucía. El presidente de la Mutua Motera aseguró que llegaron «a un acuerdo por el que de los 10.000 kilómetros de la Junta nos van a dedicar 2.000».
Hasta finales de mayo, la Mutua Motera tiene programadas varias reuniones con las comunidades para pedirlas que instalen protectores -lo menos lesivos posibles para los motociclistas, Nivel 1, los cuales ya existen en el mercado-, en sus carreteras y que no sigan instalando barreras metálicas sin tener en cuenta a los usuarios más vulnerables. Los moteros también reclaman que se use la menor cantidad de pinturas en la calzada y que, las que se utilicen, sean antideslizantes.