Según el Censo de Conductores de 2021 de la Dirección General de Tráfico, en España hay 27 millones de automovilistas, de los cuales 5,2 millones tienen más de 65 años. Este grupo de conductores muestra una tasa de accidentalidad cuatro veces más baja que la de los menores de 25 años, y de menos de la mitad en comparación con los que están en el rango de edad comprendido entre los 35 y los 44 años.
A pesar de estas estadísticas, los conductores mayores de 65 años presentan una tasa de mortalidad y de sufrir lesiones significativamente más altas que el promedio. Los motivos están relacionados con su mayor vulnerabilidad física y la mayor gravedad de los accidentes.
Personas mayores: accidentalidad menor, pero mortalidad muy alta
Las personas mayores de 65 años conforman el 20 % de la población española. Según los datos de la DGT, 985.927 personas de entre 65 y 69 años disponen del permiso de conducir B. De los 70 a los 74 años, tienen el carné 670.000 personas. Por encima de los 74 años, aún siguen teniendo la licencia 493.873 personas.
Conforme a las estadísticas de la Dirección General de Tráfico, los conductores mayores de 65 años representan el 23 % de las personas fallecidas en accidentes de tráfico, lo que se traduce en una tasa de 37 fallecidos por cada millón de habitantes, superando la tasa de mortalidad total que se sitúa en 32. María José Aparicio, subdirectora general de Formación y Educación Vial de la DGT, señala que «el 30 % de las víctimas mortales en accidentes de tráfico en la Unión Europea son personas mayores de 65 años”.
Las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) para los próximos años indican un envejecimiento continuo de la población española. Actualmente, el porcentaje de personas de 65 años y más se sitúa en el 18,7 %, pero se espera que alcance el 25,6 % en 2031 y el 34,6 % en 2066. Este aumento en la esperanza de vida se ha traducido en un incremento de conductores de mayor edad en las carreteras. Aparicio advierte: «Estas cifras (de accidentalidad) empeorarán debido al envejecimiento de la población, si no tomamos medidas».
Normativa actual del carné de conducir
En España, el carné de conducir para coches, motos y motocicletas (AM, A1, A2, A y B) debe renovarse cada diez años hasta cumplir los 65 años. A partir de ese momento, el periodo de vigencia se reduce a la mitad, lo que significa que la licencia debe ser actualizada cada quinquenio.
Independientemente de la edad que tenga el aspirante, las pruebas son las mismas: se debe pasar un reconocimiento médico que sigue unos criterios de evaluación estándar y pagar una tasa administrativa. La única diferencia es que, a partir de los 70 años, la tasa de Tráfico no debe abonarse, por lo que solo hay que costear la revisión médica.
En la actualidad, el carné de conducir puede renovarse de forma indefinida, sin importar la edad del conductor. Sin embargo, la DGT lleva tiempo pensando en realizar cambios debido al envejecimiento acelerado de la población española.
Propuesta europea: los mayores de 60 años renovarán por menos tiempo
En Europa son de la misma opinión. A finales de septiembre, la Comisión de Transportes y Turismo de la Unión Europea propuso rebajar el periodo de vigencia del permiso de conducir cuando se cumplan los 60 años. Si la medida sale adelante, en 2024 debería ponerse en práctica.
Y es que la Unión Europea es muy consciente de esta problemática. De hecho, la misma Comisión anunció que los plazos de renovación del carné se verían acortados conforme los conductores fuesen cumpliendo años. La propuesta, que aún tiene que ser votada, establece unas nuevas horquillas de edad:
- De 60 a 69 años: renovación cada siete años.
- De 70 a 79 años: renovación cada cinco años.
- A partir de 80 años: renovación cada dos años.
Así influye la edad en la conducción
De acuerdo con el estudio ‘Conducción y envejecimiento’, publicado en la Revista Española de Geriatría y Gerontología, aunque el proceso de envejecimiento no es igual en todas las personas, es indudable que incluso los individuos con buena salud experimentan déficits en áreas cognitivas, sensoriales o motoras con el paso de los años.
Estos cambios o alteraciones, tanto fisiológicas como cognitivas, afectan gradualmente a la habilidad para conducir, lo que podría aumentar las dificultades que puedan enfrentar en la carretera.
- Entre las alteraciones fisiológicas asociadas al envejecimiento está la disminución de la agudeza visual, la reducción del campo de visión y el aumento del tiempo de adaptación a los cambios de luminosidad.
- Además, se observa una disminución en la capacidad de procesamiento de información de la carretera y una reducción en los reflejos de respuesta ante situaciones imprevistas.
- Padecer ciertas enfermedades crónicas también puede afectar a la capacidad para conducir. La diabetes mellitus, patologías cardiovasculares, problemas musculoesqueléticos (especialmente la osteoartritis o la artritis reumatoide) y la epilepsia son algunas de las dolencias que más pueden influir en la conducción.
El peligro de los medicamentos
A medida que la edad avanza, es habitual consumir más medicamentos. Muchos de estos fármacos pueden perturbar la capacidad para conducir. Aquellos que actúan en el sistema nervioso central, como las benzodiacepinas, los antihistamínicos, los antiepilépticos, los analgésicos opiáceos o los antidiabéticos, son especialmente peligrosos.
Además, según el estudio médico citado, muchos de estos fármacos pueden potenciar sus efectos cuando se combinan con el consumo de alcohol e interactuar entre sí, lo que amplifica sus impactos negativos al ponerse al volante.
Cómo se renueva el permiso de conducir
A partir de los 65 años, la licencia de conducir debe renovarse cada cinco años en lugar de cada década. El objetivo principal de este cambio en la periodicidad es aumentar la frecuencia de las revisiones médicas y de aptitud, garantizando así que la conducción siga siendo segura para todos.
El proceso de renovación implica superar un examen psicotécnico en un Centro de Reconocimiento Médico autorizado por la DGT. Los criterios de evaluación y las pruebas son los mismos para todos los conductores. Sin embargo, si durante el reconocimiento médico se detecta una enfermedad o deficiencia que, aunque no impida la renovación en ese momento, podría agravarse, el periodo de validez del permiso será reducido.
Una vez superado el reconocimiento médico, el conductor recibe un permiso provisional que le permite circular en España hasta que reciba el definitivo, lo cual suele ocurrir en un plazo aproximado de 60 días. Es importante destacar que los conductores mayores de 70 años están exentos de pagar las tasas de la DGT para la renovación, debiendo solo costear el reconocimiento médico.