Ya sea cada 10 años, cada 15, o a las ocho horas de su uso, como sucede con los frenos ABS, prácticamente todos los elementos del vehículo que están a nuestro alcance requieren una revisión periódica y un seguimiento de su desgaste. Muchas de estas revisiones son gratuitas, como el cuidado de los limpiaparabrisas o el buen estado del extintor, aunque otras, como los controles de estabilidad, pueden costar alrededor de 50 euros.
Revisión anual
Entre los elementos que requieren una vigilancia especial por el conductor del vehículo destacan los limpiaparabrisas. Muchos expertos aseguran que en lugares donde nieve o llueva mucho esta revisión se debe realizar a los seis meses. No es necesario acudir a un taller para su examen, basta con tener en cuenta el estado de las escobillas y observar si limpian de manera uniforme.
Otro de los ‘invitados’ que nunca debe faltar en el coche es el botiquín de primeros auxilios. Es bastante habitual que se lleve con medicinas y antisépticos ya caducados, de manera que cuando se necesiten no se podrán usar. Como en el caso anterior, conviene que cada cierto tiempo se compruebe que el alcohol no está caducado, así como el agua oxigenada y que las tiritas se han repuesto, sobre todo si se suele viajar con niños. Otros elementos imprescindibles que no deben faltar en el botiquín del coche son: pinzas, tijeras de punta redondeada, algodón, esparadrapo, termómetro, toallitas antisépticas, yodo o mercurocromo y analgésicos.
La caja de herramientas , a diferencia de los anteriores elementos mencionados, no caduca, pero es habitual que con el paso de los años se vea desprovista de alguna que otra llave, martillo, tornillos… Por eso conviene revisar una vez cada vez tres meses que la linterna funciona, que hay unas pilas de repuesto, que las tijeras no se han oxidado y cortan, y que el juego de destornilladores también se halla en buen estado, como los guantes y la cinta aislante.
El extintor de mano, colocado habitualmente en el maletero del coche, suele ser otro de los objetos que pasan a formar parte del mobiliario del vehículo año tras año sin que nadie advierta su presencia. Sin embargo, conviene que cada año se lea el manómetro de presión que acompaña al extintor; si está muy bajo significa que la bombona no tiene presión y que hay que cambiarla por otra. Normalmente caduca a los cuatro o cinco años. Estas revisiones son gratuitas, puesto que las puede hacer el propio conductor.
Cada dos años
Los expertos aseguran que el cinturón de seguridad debe revisarse cada día y sustituirse a los dos años. Aunque pueda parecer que los cinturones no tienen ningún rasguño ni desgaste, a partir de los dos años comienzan a perder propiedades, y los anclajes pueden cederse después de algunos frenazos.
Como sucede con los cinturones de seguridad, los neumáticos precisan de un cuidado diario, aunque sea una vez al año cuando se les practique un examen más profundo y cada tres años cuando se cambien por otros nuevos (incluida la rueda de repuesto). Es en ese momento cuando los ‘testigos’ de desgaste situados en el fondo del neumático indican que el dibujo de la rueda ha llegado a su profundidad mínima legal, lo que significa que la seguridad del conductor peligra. En estas condiciones si el conductor no cambia los neumáticos, estará cometiendo una infracción del Código de Circulación. Cuando se sobrepasa este límite, el neumático pierde eficacia, por lo que las distancias necesarias para frenar serán mayores, incrementándose así el riesgo de sufrir un aquaplanning.
Por último, conviene advertir de que el climatizador de un automóvil no caduca nunca, pero los fabricantes recomiendan que cada dos años se revise porque el gas del aire acondicionado puede peder propiedades. Siempre que se compruebe que el sistema no enfríe o caliente como corresponde hay que llevar el coche al taller. En todos estos casos las revisiones también pueden ser gratuitas porque están al alcance del propio conductor.
Cada cinco años
La diversidad de dispositivos ‘avisadores’, que en los últimos años vienen colocándose más cerca del conductor, deben revisarse cada cinco años, aunque esto no quiere decir que caduquen en este periodo:
- El sensor de ocupación, que indica si hay alguna persona sentada en alguno de los asientos con airbag, para así activarlo o no, comienza a fallar a los cinco años y va unido al avisador de cinturón. Es muy importante que se revise periódicamente porque en un accidente, si está caducado, no se activarán los airbag. Precisamente, el airbag también se caduca cada cinco años, aunque la única forma de saberlo es a través del ‘testigo del airbag’, que se encenderá cuando ya no funcione.
- Los pretensores, que tensan a tope los cinturones de seguridad, también hay que revisarlos cada cuatro o cinco años, aunque no es necesario esperar tanto. Si en algún momento se duda de su eficacia basta con tirar fuerte del cinturón a ver si se bloquea.
- El sistema que controla la presión de los neumáticos mediante un testigo luminoso -el indicador de presión- también requiere de una revisión cada cinco años, aunque hasta los 10 no suele caducar.
Una vez que se activan los frenos ABS, normalmente para evitar un posible obstáculo, sólo funcionarán en óptimas condiciones durante ocho horas más. Normalmente el testigo del ABS avisará. Lo mismo sucede con el control de estabilidad, cuyo objeto es aumentar el control sobre la trayectoria del vehículo en situaciones difíciles. Cuando se realiza un giro a velocidad alta, este sistema reduce la velocidad a través del frenado de una de las ruedas delanteras o traseras para corregir los desplazamientos transversales y conseguir estabilizar el vehículo. Así lo que se consigue es mantener el automóvil dentro de la trayectoria marcada por el volante. Este dispositivo permite estabilizar el vehículo con gran rapidez y evitar los deslizamientos, sin embargo, la fiabilidad de éste y cualquier otro sistema sólo se podrá mantener siempre que se conduzca con precaución y a una velocidad adecuada. A las ocho horas de su utilización caducará y si no se sustituye por otro será muy difícil controlar el coche si derrapa.