Las conclusiones del informe Europeo de Evaluación de Túneles “EuroTAP 2007” arrojan resultados positivos respecto a los túneles españoles. En total, el último estudio sobre la seguridad en estas infraestructuras, impulsado por la Unión Europea, evalúa la situación de 51 túneles. Siete de ellos son españoles y, de estos, tan sólo uno suspende. Sin embargo, esta situación recuerda que, mientras los nuevos pasos subterráneos cuentan con los requisitos mínimos de seguridad exigidos por la Comisión Europea, los más antiguos aún esperan su turno para ser equipados con las medidas necesarias.
¿Son seguros nuestros túneles?
El último estudio EuroTAP (European Tunnel Assesment Programme), puesto en marcha en el año 2007 para analizar la situación de los túneles, ha dado el aprobado a las infraestructuras españolas. Realizado en colaboración con la Unión Europea y diversas asociaciones de automovilistas, en esta edición se han estudiado un total de 51 túneles de 13 países europeos y varios pasos fronterizos. De ellos, en España se han testado siete túneles: dos con calificación satisfactoria o muy satisfactoria, cuatro aceptables y uno muy insatisfactorio. Para el coordinador de Seguridad Vial del Real Automóvil Club de España (RACE), Antonio Lucas García, los resultados que se han obtenido en los últimos años son “espectaculares”. “Incluso -continúa-, el año pasado tuvimos el mejor túnel de Europa, el de la M-12”.
El avance en el campo de las tecnologías ha permitido que los túneles de reciente construcción cuenten con medidas de seguridad cada vez más efectivas, “aunque todavía quedan cosas pendientes”, matiza la Directora técnica de la Asociación Española de la Carretera (AEC), Elena de la Peña. Implantar estas medidas en los nuevos túneles es una operación cara, pero el coste es menor que la adaptación de las viejas infraestructuras, una asignatura todavía pendiente. “En túneles antiguos, pero con tráficos elevados -prosigue De la Peña-, se están adoptando nuevos sistemas de seguridad, como ocurre en el túnel de Guadarrama, pero hay otros muchísimos túneles, que no tienen tráfico muy denso, en los que no se está invirtiendo tanto”.
“Los túneles de reciente construcción cuentan con medidas de seguridad cada vez más efectivas, pero aún queda mucho por hacer”
Por esta razón, EuroTAP se ha convertido en una medida efectiva para conseguir infraestructuras más seguras, ante los exigentes criterios de seguridad que requieren los expertos que realizan el análisis. Desde el Real Automóvil Club de Cataluña (RACC), consideran que los ejemplos más claros son los túneles de Viella (Lleida), La Rovira (Barcelona), San Juan (Alicante) y Lorca (Murcia). Todos ellos obtuvieron una valoración negativa en anteriores ediciones de EuroTAP, “lo que sirvió para que las administraciones responsables impulsaran un programa de mejoras que se ha traducido, o lo hará en breve, en una mejora notable de la seguridad de la infraestructura”, señalan. Por otro lado, EuroTAP también ayuda a los usuarios y usuarias a saber cuál tiene que ser su comportamiento en el interior de un túnel, puesto que da recomendaciones de seguridad y fija unas pautas de actuación en caso de accidente o avería.
Requisitos mínimos de seguridad
La Comisión Europea publicó en 2004 una directiva de obligado cumplimiento (2004/54/CE) sobre requisitos mínimos de seguridad para túneles de la red transeuropea de carreteras. La transposición de esta directiva, que afecta a túneles con una longitud superior a 500 metros, se hizo efectiva en España dos años después, mediante el Real Decreto 635/2006 de 26 de mayo. De los 400 túneles que hay en la red estatal, un total de 111 están afectados por esta directiva y deben adecuarse en los próximos años a las normas de seguridad establecidas. “Los plazos de actuación son de un máximo de tres años para las infraestructuras más nuevas, cinco para los túneles de entre tres y diez años de antigüedad y diez años para las infraestructuras más antiguas”, explican desde el RACC.
La citada directiva establece como requisitos mínimos de seguridad la instalación de emisoras de emergencia, señales, apartaderos, salidas de emergencia y retransmisión por radio, cuando resulte necesario. Además, si se prevé que en 15 años el volumen de tráfico superará los 10.000 vehículos por día y carril, es necesario que el túnel tenga dos tubos de tráfico unidireccionales cuando se exceda esa cifra y, en el caso de que puedan circular vehículos con mercancías peligrosas, debe haber alcantarillas de ranuras u otros dispositivos que permitan el drenaje de líquidos tóxicos e inflamables. “Un convoy de mercancías peligrosas puede circular perfectamente por cualquier túnel de la red de carreteras sin notificar al operador que va a pasar por esa vía. Excepto en los túneles urbanos, en España no existe un control del paso de las mercancías peligrosas”, censura Antonia Lucas García. Otras medidas exigen un nivel suficiente de resistencia al fuego, iluminación que asegure una visibilidad adecuada de día y de noche, sistemas de ventilación, estaciones de emergencia con teléfonos y extintores, abastecimiento de agua, centro de control y sistemas de vigilancia.
En España no hay un control del paso de las mercancías peligrosas, ecepto en los túneles urbanos
Elena de la Peña reconoce que en la actualidad se vive una cierta “psicosis de los túneles”, debido a los accidentes ocurridos en algunos, como el de Mont Blanc (Francia), donde en 1999 fallecieron 39 personas a causa de un incendio. Asegura que se tiene la sensación de que los túneles son más peligrosos que las carreteras abiertas, pero revela que, “si se miran las cifras, ocurren muchos menos accidentes en los túneles que en carreteras abiertas, sólo que las consecuencias dentro del túnel pueden ser más graves”. De hecho, los túneles urbanos obligan a circular a una velocidad menor y reducen la posibilidad de que se produzca un accidente, mientras que los de carretera, más largos, están obligados a pasar una inspección periódica y contar con un responsable de seguridad. Esta figura garantiza en todo momento una atención prioritaria al cumplimiento de los requisitos mínimos establecidos en la normativa, defienden desde el Ministerio de Fomento.
“Las consecuencias de sufrir un accidente en un túnel pueden ser mucho más graves”
“Tiene que haber un responsable que, en todo momento, evalúe los sistemas de seguridad y tome las decisiones en caso de emergencia”, subraya Antonio Lucas García, que indica cómo, además, “en todos los túneles de nivel suele haber una sala de crisis”. En este lugar, el responsable de seguridad es la persona encargada de tomar las decisiones, junto con miembros de Protección civil o Policía. Otra de sus funciones es la de formar a quienes controlan los monitores de seguridad para que sepan actuar en caso de emergencia. “El tiempo en un túnel es fundamental”, añade Lucas García.
Cómo actuar en el interior de un túnel
Según una encuesta realizada por la Fundación RACC, el 69% de los conductores y conductoras cree que es mucho más peligroso circular por un túnel que en el resto de vías. Por ello, el RACC ha editado un tríptico con consejos de circulación en el interior de un túnel y los comportamientos de seguridad “más adecuados” en estas infraestructuras. “No todos los conductores tienen claro cómo actuar en caso de accidente, no están suficientemente informados. Muchos ni siquiera saben que hay galerías de evacuación o que es mejor salir a pie que con el coche”, indica Elena de la Peña. Ahora se construyen túneles más largos, sin embargo, a pesar de que la longitud influye en la seguridad – no es lo mismo que un accidente ocurra cerca de una salida que en el centro de un túnel- si se sabe cómo actuar en cada momento, el nivel de riesgo es menor.
En un túnel es obligatorio respetar la velocidad máxima y mantener una distancia de seguridad suficiente con el vehículo más cercano
Una de las normas básicas de conducción en los túneles es respetar la velocidad máxima, así como mantener una distancia de seguridad suficiente con el vehículo delantero. Tampoco es recomendable efectuar un cambio de sentido, conducir marcha atrás o intentar apagar un incendio que se encuentra en fase avanzada. Respecto a las medidas que se deben seguir antes de entrar en el túnel, es importante sintonizar una emisora de radio que emita partes de tráfico, encender la luz de cruce, no conducir con gafas de sol y prestar atención a los semáforos y otras señales de tráfico. Ya en el interior, conviene recordar dónde se encuentran las salidas y los teléfonos de emergencia, no sobrepasar la línea central de un túnel con doble sentido de circulación y detenerse sólo en caso de emergencia. En este sentido, cuando se produce una avería hay que encender las luces de emergencia, inmovilizar el vehículo en un apartadero, en el arcén o, al menos, lo más cerca posible del borde derecho de la calzada, ponerse el chaleco reflectante, utilizar el teléfono de emergencia en lugar del móvil para dar parte de la avería y esperar en el interior del coche la llegada del servicio de auxilio.
En caso de atasco, es recomendable encender las luces de emergencia, mantener una distancia de seguridad mínima de cinco metros respecto al vehículo que va delante, parar el motor si la marcha es demasiado lenta y permanecer en el vehículo. Por último, otra circunstancia que se puede dar en un túnel es el incendio del vehículo propio o ajeno. La manera de actuar en cada caso, según el RACC, varía:
Incendio en el vehículo propio
- Encender las luces de emergencia.
- Sacar el vehículo del túnel, siempre que sea posible, o aparcarlo en un lugar seguro (vía de estacionamiento o borde derecho de la calzada).
- Parar el motor con la llave de contacto puesta.
- Informar de lo ocurrido a través del teléfono de emergencia.
- Intentar apagar el incendio si se encuentra en la fase inicial y acceder a una salida de emergencia si las llamas están en fase avanzada.
- Ayudar a las personas heridas.
Incendio en un vehículo ajeno. Además seguir las recomendaciones anteriores hay que tener en cuenta otras:
- Mantener una distancia de seguridad suficiente respecto al vehículo en llamas.
- No efectuar un cambio de sentido ni conducir marcha atrás.