La utilización de los sistemas de retención infantil (SRI) en los vehículos podría evitar tres de cada cuatro muertes de niños en las carreteras y nueve de cada diez lesiones, lo que representa una efectividad muy superior a la que proporcionan los cinturones de seguridad de los adultos. Pese a ello, los españoles aún no están concienciados de la necesidad de usar estos dispositivos, como lo demuestra su bajo porcentaje de empleo, que no supera el 37 por ciento, frente al 95 por ciento de otros países de Europa. Se trata todavía, por tanto, de un asunto en el que hay que avanzar mucho.
¿Qué son los SRI?
Los asientos infantiles para automóviles no son un mero accesorio para facilitar el transporte de los niños en el vehículo, sino que cumplen una función primordial como es la de proteger la seguridad de los más pequeños de la casa en cualquier tipo de viaje que se realice, independientemente de la distancia a recorrer.
Hay que tener en cuenta que los accidentes viarios son una de las primeras causas de mortalidad infantil en los países desarrollados, además de provocar las lesiones más importantes. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), cada año mil niños pierden la vida en las carreteras europeas y 80.000 sufren algún tipo de lesión. En el caso concreto del territorio español, y atendiendo a un estudio realizado recientemente por el Real Automóvil Club de España (RACE), en colaboración con la DGT y la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, fallece un menor cada tres días. Por lo que si se utilizasen los sistemas de retención apropiados se podrían haber evitado tres de cada cuatro de estas muertes y nueve de cada diez lesiones. La tasa de mortalidad infantil en accidentes de tráfico en España sólo es superada por Portugal, Grecia, Francia y Luxemburgo, y es que estamos a la cola de los países de la Unión Europea en cuanto a seguridad infantil en las carreteras.
Entre las conclusiones de este estudio destacan, en lo que se refiere a la efectividad de los SRI, aspectos como que cuando se usan de forma adecuada la probabilidad de que un niño resulte ileso es 2,6 veces superior a la probabilidad de no acabar herido cuando no se utilizan. Además, los menores sin sujeción sufren 2,5 veces más lesiones graves que los que van adecuadamente sujetos, y sufren 5 veces más lesiones mortales que los que viajan correctamente.
Frente a estos datos, existe una baja concienciación por parte de la mayoría de los padres en cuanto a la necesidad de utilizar los sistemas de retención, sobre todo a partir de los 3 años. Apenas uno de cada tres padres sabe qué criterio se debe seguir para elegir el dispositivo más adecuado. De hecho, todavía existe la creencia errónea de que lo más seguro es llevar al niño en brazos, algo que un portavoz de la DGT aconseja no hacer, ya que los estudios indican que no podrá retenerlo si el accidente se produce circulando a más de cinco kilómetros por hora.
Por su parte, el presidente de la organización Automovilistas Europeos Asociados (AEA), Mario Arnaldo, asegura que en los últimos años la sociedad está tomando más conciencia de la importancia de los sistemas de retención infantil, debido a que hay más información y sobre todo debido a su mayor poder adquisitivo, lo que hace que sea “más exigente”. “Antes metías al niño en cualquier hueco, sin embargo, ahora quieres que viaje con seguridad”, señala, añadiendo al respecto que “el mercado admite el encarecimiento del producto que conllevan esos dispositivos para niños precisamente porque puede responder a ese gasto, y lo que antes era algo exclusivo de modelos de alta gama, ahora está al alcance de casi todo el mundo”.
Las sillas infantiles permiten la sujeción adecuada del niño durante el viaje, evitando que, en caso de que se produzca una colisión, pueda salir despedido. No hay que olvidar que en un choque, el comportamiento de un niño es diferente al de un adulto y las lesiones pueden ser más graves. Aunque el cuerpo del pequeño responde bien a las fracturas porque su configuración esquelética es más flexible, tiene más posibilidades de padecer hemorragias internas, en tanto que los órganos vitales se pueden desprender más fácilmente. Además, la posibilidad de que un niño padezca lesiones medulares es mayor que en un adulto porque las vértebras que sujetan la cabeza son poco sólidas hasta los 3 ó 4 años. De igual modo, su cabeza tiene una desproporción de peso en relación con el cuerpo y lo que para una persona mayor puede suponer un ‘latigazo cervical’, en un pequeño puede representar una tetraplejia.
Posición más segura y legislación
El asiento central de la segunda fila (única fila trasera en la mayoría de los vehículos) es la plaza más segura para los niños, mientras que la posición más peligrosa es la del asiento delantero derecho. Sin embargo, es cierto que en el caso de los bebés, si el sistema de retención infantil se coloca delante, junto al conductor, éste último contará con la ventaja de carácter práctico de poder atender y entretener al pequeño sin distraer la vista de la conducción y de la vía, al tiempo que el menor estará más tranquilo, puesto que tendrá contacto visual con la madre o el padre, según se desprende del estudio realizado por el RACE, la Dirección General de Tráfico y la Guardia Civil. En cuanto a la tercera fila de asientos y el resto de plazas (la zona de carga en las furgonetas pequeñas, por ejemplo), son también más peligrosas que la media.
En cuanto a la legislación existente en esta materia, la Orden del Ministerio del Interior de 8 de febrero de 1993 establece lo siguiente: “Los niños de 3 a 12 años cuya estatura no alcance los 150 centímetros deberán utilizar un sistema de sujeción homologado adaptado a su talla y peso, siempre que los vehículos que ocupen dispongan de ellos o, en caso contrario, estar sujetos por un cinturón de seguridad u otro sistema de sujeción homologado para adultos de los que estén dotados los asientos traseros”. Asimismo, se añade que “los menores de 3 años que ocupen los asientos traseros deberán utilizar un sistema de sujeción homologado adaptado a su talla y peso, siempre -reitera- que sean transportados en vehículos que dispongan de tal dispositivo”.
Con estas medidas legislativas, desde la propia DGT se considera que la seguridad del menor no quedaba garantizada, ya que lo más frecuente en España es que los vehículos no dispongan ni de cinturones de seguridad traseros ni de sistemas de retención homologados para niños. Por ello, el pasado 8 de abril el Parlamento Europeo y el Consejo aprobaron la Directiva 2003/20/CE, que hace referencia a la aproximación de las legislaciones de los estados miembros sobre el uso obligatorio de cinturones de seguridad en vehículos de menos de 3,5 toneladas. En esta nueva normativa, que deberá incluirse en las legislaciones nacionales en un máximo de tres años, es decir, antes de 2006, se establece la prohibición, en lo concerniente a los dispositivos de seguridad infantil, de que los menores de 3 años viajen sin sillita.
Los puntos básicos de la nueva normativa son:
- Si el vehículo no dispone de dispositivos de seguridad adecuados, no podrán viajar en ellos los menores de 3 años.
- Los niños de estatura inferior a 150 centímetros utilizarán asientos especiales anclados al bastidor del coche, irán sentados en cojines o con sistemas que regulen la altura del cinturón. El límite podrá ser de 135 centímetros en los países que así lo decidan.
- En los taxis la decisión dependerá del país, pero lo que sí deja claro la nueva directiva es que, en este medio de transporte, los niños viajarán siempre en las plazas traseras.
- Por último, si tres niños van en el asiento trasero, uno podría ir sujeto con el cinturón de seguridad, dado el gran espacio que ocupan los sistemas de retención infantil.
El presidente de la organización Automovilistas Europeos Asociados se muestra satisfecho con esta nueva directiva europea, en tanto que “especifica y aclara qué tipo de sistema de retención infantil debe ser utilizado en función del peso del niño”. Asimismo, también resalta como positivo que la normativa extienda su ámbito de aplicación a la circulación de todo tipo de vehículos, ya sean turismos, microbuses, autobuses, furgonetas, camiones ligeros o camiones, y no sólo turismos y vehículos de transporte de mercancías de hasta 3,5 toneladas como ocurría hasta ahora.
¿Qué asiento hay que comprar y dónde?
A la hora de adquirir un asiento infantil hay que tener en cuenta ante todo el peso del niño. Por ello, los sistemas de retención infantil se clasifican en cinco grupos:
- Grupo 0: Desde el nacimiento hasta que pese diez kilos (aproximadamente durante los nueve primeros meses de vida) el bebé viajará en un cuco para recién nacido, es decir, un capazo rígido que se coloca en posición transversal y se engancha a los cinturones de seguridad, o en una silla-cesta ligeramente inclinada que se coloca en sentido contrario a la marcha del coche.
- Grupo 0+: Desde que nace hasta los 13 kilos de peso (el límite aproximado estaría en los 18 meses) el bebé usará una silla de seguridad que se ancla con el cinturón en sentido contrario a la marcha.
- Grupo I: Para niños de 9 a 18 kilos de peso (entre 9 meses y 4 años) se recomienda una silla que se engancha al cinturón de seguridad en el centro del asiento trasero.
- Grupo II: Niños con 15 y 25 kilos (de 3 a 6 años) viajarán con un cojín elevador con respaldo, que se coloca en la parte trasera mirando hacia delante, o con asientos con ajuste de cinturón, es decir, un conjunto de cojín y respaldo sin arneses propios, que utilizan el cinturón del vehículo ajustándolo a la altura necesaria.
- Grupo III: Para niños de 22 a 36 kilos de peso (en general, desde los 6 hasta los 12 años) hay un cojín elevador con regulación de altura, que permite acoplar el cinturón de seguridad del coche sobre la clavícula del pequeño.
En cualquier caso, la silla debe instalarse de forma adecuada, de modo que quede bien sujeta a la estructura del vehículo, ya que, de lo contrario, no será eficaz. Una advertencia: en los sistemas colocados en el asiento del copiloto en sentido contrario a la marcha, no se puede usar el airbag, por lo que habrá que desconectarlo, ya que si se activase pondría en peligro la seguridad del bebé, lanzándolo a 250 kilómetros por hora, según declara Jorge Castellanos, miembro del departamento de Seguridad Vial del RACE.
Evidentemente, la silla que se utilice debe estar homologada según la normativa europea ECE R-44/03. En este sentido, un portavoz de la DGT comenta que España es una excepción dentro de los países europeos en cuanto a las normas de homologación, en tanto que no ha desarrollado una norma legislativa del reglamento que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) redactó en 1981. Este hecho da lugar a que se comercialicen productos que no siguen ninguna norma de seguridad junto a otros homologados por diferentes países de Europa.
Para comprobar que el dispositivo cumple los requisitos de calidad necesarios tiene que tener una etiqueta de color naranja en la que se incluyan datos como la categoría del sistema (universal, que indica que es válido para todos los vehículos; semiuniversal, o específico), el grupo de peso del niño (de 9 a 18 kilogramos, por ejemplo), el número de identificación y el distintivo de la homologación. Las sillas infantiles homologadas pueden comprarse en los propios concesionarios oficiales de las marcas o también en los establecimientos de accesorios para niños o en grandes almacenes.
Dentro de los modelos existentes, hay algunos más recomendables que otros. Así, Jorge Castellanos indica que los asientos que miran hacia detrás son más seguros que los orientados hacia delante; los que tienen arneses son mejores que los cojines elevadores, y éstos últimos, si disponen de respaldo y soporte para la cabeza, son también más seguros que los que tienen únicamente una plataforma sobre la que se sienta el niño.
No obstante, la seguridad de los asientos infantiles todavía se puede y debe mejorar. El RACE y el resto de clubes europeos abogan por la introducción de una nueva normativa de homologación que incluya pruebas de colisión laterales. En Alemania, donde existe un alto nivel de uso de los sistemas de retención infantiles ya homologados para ensayo frontal, se ha comprobado que aproximadamente el 70 por ciento de las víctimas mortales infantiles son consecuencia de impactos laterales.
Por último, el Real Automóvil Club de España también insta a una introducción más rápida del sistema Isofix, que permite simplificar y armonizar el procedimiento de instalación de asientos infantiles en el vehículo, ya que consta básicamente de unos puntos de sujeción rígidos que van atornillados o soldados a la carrocería del vehículo y de los correspondientes enganches en la silla.