En el año 2000 el 16% de los vehículos producidos en Europa equipaban caja de cambios automática. Esta cifra contrasta con el 90% de Estados Unidos y el 70% en Japón. La tendencia en todo el mundo, debido a la electrónica y la tecnología heredada de la Fórmula 1, apunta al destierro de la palanca de cambios del automóvil.
Por países, Suiza (36%), Suecia (19%) y Gran Bretaña (14%) lideran las ventas de este tipo de vehículos en Europa. No hay cifras sobre España aunque se sabe que los coches automáticos conforman un nicho de mercado anecdótico. Aparte del desconocimiento general sobre la propia existencia del cambio automático, los conductores lo perciben como un elemento destinado a «gente que no sabe conducir». Nada más lejos de la realidad.
España es uno de los países del mundo con menor porcentaje de coches con cambio automático
Si en los años 80 este tipo de cambios eran frágiles, costosos de mantener y caros de reparar, la evolución en los últimos 25 años ha anulado sus inconvenientes y ampliado sus ventajas:
– Comodidad: no hay que cambiar de marcha. Lo hace el propio vehículo.
– No se calan: en cada momento el propio auto elige la marcha más apropiada.
– Imposibilidad de equivocarse al cambiar de marcha.
– El embrague no se desgasta.
– Seguridad: no hay que retirar la mano del volante. La atención se centra exclusivamente en la carretera.
Automáticos y semiautomáticos
Los cambios de marcha automáticos son aquellos en los que al menos una función (insertar marchas o embragar) está automatizada. Semiautomáticos son los que dejan al conductor la elección de la marcha, aunque el sistema se encarga de cambiarlas. Un documento del Campus Tecnológico de la Universidad de Navarra clasifica los cambios automáticos según dos criterios:
El tipo de mando:
– Analógico: la palanca tiene una posición para cada una de las relaciones de cambio.
– Secuencial: puede ir solo o añadido al cambio analógico. Cada toque sobre la palanca o pulsación sobre un botón engrana la marcha superior o inferior.
El tipo de funciones:
– De selección: el movimiento del mando sirve para engranar la marcha.
– De bloqueo: el mando indica qué marchas quedan bloqueadas. Por ejemplo en un cambio de cinco marchas, si el mando está en la tercera el coche no podrá cambiar ni a cuarta ni a quinta.
Según el mecanismo:
– De engranajes cilíndricos: el más extendido, suelen ser engranajes helicoidales con marchas sincronizadas.
– Tren epicicloidal: los cambios se realizan mediante frenos y embragues, no engranando piezas.
– Variados continuo: usado en la mayoría de ciclomotores. Una correa se desplaza sobre un engranaje en forma de cono gracias a la inercia de la velocidad de giro. No hay cambio de marcha, propiamente dicho, sino una gama infinita de relaciones entre la relación más larga y más corta.
Según la conexión entre el motor y el cambio.
– Embrague monodisco en seco: usado en las que tienen robotizado el accionamiento del embrague. Se utiliza también en los coches de cambio manual.
– Embrague multidisco húmedo: normalmente en aceite, muy compacto. Reacciona en décimas de segundo, además de ser muy silencioso.
– Convertidor hidráulico de par: usado en los engranajes epiciloidales.