Coincidiendo con el cambio horario invernal, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha aconsejado a los conductores que durante esta época del año se utilicen las luces de cruce también durante el día, ya que esta medida puede ayudar a prevenir accidentes.
De momento es sólo una recomendación que plantea Tráfico a la hora de conducir en carretera en invierno, cuando los días son mucho más cortos y hay menos luz. La DGT se adelanta así a la aplicación de la propuesta europea aprobada hace un mes, que obligará a que los automóviles incorporen las luces diurnas automáticas a partir del año 2011 para mejorar la visibilidad y aumentar la seguridad en carretera.
En invierno, y sobre todo en las carreteras que no tienen separación entre los dos sentidos, llevar encendidas las luces de cruce durante el día puede equilibrar la falta de visibilidad que se produce con las malas condiciones meteorológicas, según la DGT, que asegura que el año pasado ocurrieron en España durante las horas diurnas 33.555 accidentes en carretera que ocasionaron 53.203 víctimas -1.805 de ellas mortales-, el 58% del total. En algunos de esos siniestros, la causa directa fue la falta de visibilidad o una visibilidad insuficiente, a menudo porque el conductor no pudo detectar la presencia de otro vehículo cuando iba a adelantar o en un giro o intersección.
Menos accidentes
El uso de luces de conducción diurna puede disminuir los accidentes múltiples, en los que están implicados más de un vehículo, e incluso los que se producen entre un vehículo y un peatón, según Tráfico. Así, un estudio encargado por la DGT sobre la implantación en España de las luces de conducción diurna asegura que con el uso del alumbrado durante las 24 horas del día todo el año y en todas las vías se salvarían anualmente 225 vidas.
La obligación europea indica que las luces serán sólo frontales y se activarán de manera automática al encender el motor con una intensidad y dirección diferentes de las actuales, por lo que no servirán para iluminar la carretera. Este sistema podría ayudar a reducir el número de víctimas mortales de los accidentes de tráfico entre un 3% y un 5% al año en la Unión Europea, entre 1.200 y 2.000 personas, según los cálculos del Ejecutivo comunitario.