Los responsables de talleres se enfrentan a veces al abandono de los vehículos por parte de propietarios que no acuden a pagar la factura o recoger el presupuesto. Así, se convierten en depositarios de un bien ajeno que tienen el deber de custodiar y del que responsabilizarse ante las incidencias que puedan ocurrirle. Por otra parte, el taller no tiene obligación de entregarlo hasta que se haya cobrado la factura.
La ocupación innecesaria de espacio y los riesgos que corre el taller ante cualquier deterioro de ese vehículo urgen a buscar una solución legal que debe respetar los derechos legales del cliente.
El servicio jurídico de GANVAM ha analizado el caso estableciendo cinco posibles vías de actuación por parte del taller. Como paso previo, es imprescindible comunicar de forma fehaciente al cliente la finalización de los trabajos de reparación (correo certificado, burofax, telegrama, conducto notarial…). Esta comunicación debe contener la mayor cantidad de información posible: fechas, importe de la factura, gastos de estancia, etc. Sólo a partir de este momento se pueden comenzar a cobrar los gastos de estancia del vehículo en el taller.
Las cinco vías de actuación tras la comunicación efectiva y fehaciente serían:
1.- Cobro de los gastos de estancia según la tarifa que debe estar expuesta al público.
2.- Reclamación judicial: recomendable si el importe de la factura es muy elevado y la posible venta del vehículo pudiera sufragarla. Es conveniente asegurarse en el Registro de Bienes Muebles de la titularidad real del vehículo y si tiene cargas legales como multas, embargos, etc.
3.- Comunicar al propietario que si no recoge el vehículo en una fecha concreta será aparcado en una calle próxima a su domicilio, eximiéndose el taller de cualquier responsabilidad desde ese momento. Las llaves y la factura quedan en el taller o ante notario, donde deberá acudir el cliente a abonar el importe y recuperar las llaves.
4.- Comunicar al propietario que si no recoge el vehículo será depositado en un aparcamiento público. En este caso hay que indicar el nombre y dirección del aparcamiento así como la tarifa del mismo. Con las llaves y la factura se obra igual que en el caso anterior.
5.- Enviar el vehículo al desguace: es la solución más problemática ya que el certificado de destrucción ha de ser firmado por el titular.
Si a pesar de todo el cliente no aparece para abonar la factura, el taller puede desmontar las piezas o repuestos utilizados si con esto reduce los gastos originados.