Comprar un coche de segunda mano es una interesante alternativa de ahorro para las personas con presupuesto limitado o para aquellas que hagan un uso moderado del vehículo y que, por lo tanto, no necesiten uno nuevo. Su gran baza es el precio, por lo general, más económico que el de los coches nuevos al permitir que el consumidor pueda, a menudo, ahorrarse un préstamo cuando opta por un vehículo de segunda mano. Pero no todo son ventajas. Comprar un coche usado, bien en un establecimiento bien a un particular, entraña ciertos riesgos. A menos que el vendedor sea una persona conocida y de total confianza para el consumidor, resulta inevitable albergar dudas sobre el estado real del automóvil. Por ello, conviene saber en qué fijarse y cuáles son nuestros derechos al adquirir un vehículo de segunda mano.
Opciones para comprar un vehículo de segunda mano
Se denominan vehículos de segunda mano los que llevan más de seis meses en circulación o han recorrido más de 6.000 kilómetros y se adquieren en un establecimiento autorizado.
Si la compraventa se efectúa entre particulares, se considera de segunda mano desde el mismo momento que ha salido del concesionario. Esta distinción, en apariencia tan poco relevante, determinará al final los derechos y garantías que se aplicarán en la compra-venta de un coche de segunda mano.
Si la relación se mantiene únicamente entre la empresa y un particular la compra-venta se regirá por la Ley General de defensa de Consumidores y Usuarios. En cambio, si se trata de una relación entre particulares se aplicará el Derecho Civil Común.
En el caso de elegir un concesionario o taller es importante asegurarse de que éste cumpla con toda la normativa. Sólo así el comprador podrá beneficiarse de lo previsto en la ley.
Calcular el valor aproximado de un vehículo es difícil. Por esta razón interesa que el consumidor revise por su cuenta las tablas de valores estadísticos en alguna revista especializada. Según la Confederación Española de Automoción (CEA), un coche nuevo se devalúa entre un 15% y un 20% al día siguiente de su compra y a partir de los cinco años de antigüedad se devalúa un 10% más cada año.
Sin embargo, este es sólo un dato aproximado, porque el precio se puede incrementar siempre que las condiciones del vehículo hayan sido mejoradas para su venta (neumáticos nuevos, cambio de las pastillas de freno, etc). Por ello, antes de comprar un coche de segunda mano se recomienda que un mecánico de confianza le “eche un vistazo”. Más vale gastarse unos euros en contratar los servicios de un mecánico que revise el vehículo que se piensa adquirir, que lamentarlo más tarde cuando el coche comience a dar problemas.
Antes de comprar el vehículo conviene comprobar lo siguiente:
- Los datos de la primera matriculación
- El cuentakilómetros: verificar que no ha sido manipulado y que el kilometraje que marca es real. Para ello resulta muy útil la ayuda de un experto.
- El número de bastidor: Comprobar que coincide con el de la documentación. Sirve para cerciorarse de que el coche no ha sido robado. El número de bastidor es la identificación del vehículo y gracias a él se puede saber la matricula, marca y modelo de un vehículo, así como sus características técnicas. Siempre está grabado por un sistema de troquelado o por láser.
- El chásis: revisarlo para ver si tiene soldaduras por el arreglo de un accidente.
Tramitación de la compra del vehículo
Como en cualquier otra operación comercial, para formalizar el trato es necesario realizar por escrito un contrato de compra-venta. Este documento beneficiará tanto al comprador como al vendedor en caso de conflicto.
Si no se cumple el pago o si el vehículo se rompe recién comprado, en el contrato aparecerán los datos necesarios para solucionar el problema.
Este documento debe incluir los siguientes datos:
- Identificación de las partes contratantes. Tiene que constar la identificación completa del comprador y del vendedor: nombre y apellidos, nº del carnet de identidad, domicilio, etc.
- Identificación y características del vehículo, especificando la marca, modelo, matrícula, número de bastidor, número de kilómetros y estado general.
- Cargas y gravámenes del vehículo. Aparecerá reflejado el pago del impuesto de circulación, las multas, etc. En el caso de haber sido financiado, estos datos informarán acerca de si se ha terminado de pagar o no.
- Precio (si se da una señal debe quedar reflejado).
- Plazo de entrega del coche. Se entiende que un artículo ya está vendido en el mismo momento en que el comprador lo tiene en su poder, no antes.
- Forma de pago.
Garantía
Para poder reclamar con eficacia en caso de error, defecto o deterioro se requiere el documento de garantía. Por norma general el vendedor de concesionario reparará los vicios o defectos del coche antes de venderlo y responderá ante cualquier problema durante el plazo mínimo de 6 meses.
Si el vendedor es un particular, la venta estará incluida en el ámbito de las relaciones privadas y se regulará a través del artículo 1.484 del Código Civil. “El vendedor estará obligado al saneamiento por los defectos ocultos que tuviera la cosa vendida si lo hacen impropia para el uso a que se destina, o disminuyen de tal modo que- de haberlos conocido el comprador- no lo habría adquirido o habría dado menos precio por ella. Pero no será responsable de los defectos manifiestos o que estuvieran a la vista. Tampoco de los que no lo están si el comprador es un perito”.
Cuando el comprador es un comerciante, ya sea un concesionario o un establecimiento de vehículos de ocasión, se aplica la Ley 26/1984, de 19 de julio, General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios.
La garantía se formalizará por escrito y especificará siempre lo siguiente:
- Identificación del objeto sobre el que recaiga la garantía.
- El garante.
- El titular de la garantía.
- Los derechos del titular de la garantía.
- El plazo de duración de la garantía (mínimo 6 meses).
Durante el periodo de vigencia de la garantía, según el Código Civil, el titular tendrá derecho como mínimo a la reparación gratuita de los vicios o defectos originados y de los daños y perjuicios por ellos ocasionados.
Si la reparación no fuese satisfactoria y el vehículo no estuviera en buenas condiciones de uso, el titular tendrá derecho a la sustitución por otro de idénticas características o, en su defecto, a la devolución del precio pagado.
Documentación necesaria en la compra
Una vez elegido el vehículo, conviene ir a Tráfico para comprobar que no existen embargos ni limitaciones: multas impagadas, deudas, procesos judiciales de embargo etc.
Comprobado esto, la Dirección General de Tráfico informa que la documentación necesaria es la siguiente:
- Impresos oficiales de tráfico para la transferencia, cumplimentados y firmados por el vendedor y el comprador. Si la transferencia se hace entre particulares, comprador y vendedor pueden acudir a Tráfico y realizar la transferencia de manera inmediata.
- El permiso de circulación firmado por el vendedor. Es necesario verificar que en el documento aparezca la palabra “transferido”.
- Las tarjetas actualizadas por la I.T.V. Los coches con una antigüedad de cuatro años desde la fecha de su matriculación están obligados a pasar la inspección cada dos años. Al cumplir diez años la revisión será anual.
- Justificante del pago del impuesto sobre vehículos del año en curso.
- Realizada la compra, el vendedor debe dar al nuevo propietario el permiso de circulación y el último recibo del Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica.
Consejos para comprar un coche de segunda mano
En la compra de un vehículo usado, conviene tener en cuenta unas cuantas normas que ayudarán al consumidor a elegir el modelo que quiera con un mínimo de garantías y en base a criterios técnicos.
- Verificar si el kilometraje es real. Los cuentakilómetros analógicos y los diesel son más fáciles de manipular, por lo que consultar a un experto es la mejor solución para descubrir posibles fraudes.
- Observar si hay distintos tonos de pintura con la luz natural. Si se aprecian diferencias, es posible que el vehículo haya sufrido algún percance y esté reparado.
- Para comprobar el estado de la dirección conviene salir a carretera abierta y en una recta a 100 km/h soltar el volante. Si el coche se va hacia un lado la dirección puede estar mal alineada.
- No hay fiarse del desgaste aparente de los pedales y la palanca, pueden haber sido cambiados.
- Desconfiar si el volante y la palanca de cambios vibran cuando se alcanza una alta velocidad.
- Mirar los bajos. Si han sido repintados es probable que el vehículo haya sufrido un golpe fuerte.
- Los coches que tienen el electroventilador conectado sin parar han sufrido problemas de refrigeración y tienen la culata deteriorada.
- Mover las ruedas con fuerza. Si tienen holgura puede que alguna rótula esté en mal estado.
- Observar posibles perdidas o “babeos de aceite” y que las gomas no estén muy desgastadas.
- Comprobar la suspensión. Conviene colocarse sobre el capo y hundirlo con fuerza. Se tiene que hacer de forma progresiva y volver con suavidad, sin rebote.
- Al arrancar en frío comprobar que funciona el estárter automático.