De casa a la escuela, de la escuela a casa o al parque o a las actividades extraescolares y vuelta a empezar. Según la última encuesta de movilidad del Ministerio de Fomento, cada niño de hasta 14 años se desplaza una media de 3 veces al día: la mayoría de esos viajes son para ir o venir del centro educativo y cuando realizan las actividades cotidianas y casi siempre se desplazan caminando. Los niños forman uno de los colectivos más vulnerables dentro del espacio público. Su baja estatura y sus reacciones a veces imprevisibles aumentan el riesgo de que sufran un accidente. Su visión y nivel de audición tampoco están desarrollados completamente por lo que su percepción del espacio público y de los vehículos a motor que circulan es distinta a la de los adultos.
Por todo ello, EROSKI CONSUMER ha querido lanzar una mirada analítica al entorno de los colegios con el fin de observar si peligra la seguridad de los niños en la entrada y salida de los centros educativos. Para ello, a finales del mes de septiembre comprobó la seguridad y el tipo de infraestructuras de la zona escolar que rodea a un total de 100 colegios ubicados en 10 ciudades españolas: A Coruña, Barcelona, Bilbao, Logroño, Madrid, Pamplona, San Sebastián, Sevilla, Valencia y Vitoria. Como conclusión, la seguridad vial del entorno de los colegios analizados solo puede valorarse con un ‘aceptable’. Y es que se observaron algunas carencias destacables. No todos los accesos específicos para los alumnos estaban señalizados claramente (en dos de cada tres ocasiones) y en una de cada tres no se halló una zona de espera segura antes de entrar en el edificio. Además, en el 55% de los casos no había señalización de limitación de velocidad y en el 45% ni siquiera una señal vertical de zona escolar o frecuentada por menores.
Por ciudades, las zonas escolares mejor valoradas fueron las analizadas en A Coruña, Bilbao, Pamplona, San Sebastián y Vitoria (obtuvieron un ‘bien’). El resto (Barcelona, Logroño, Madrid, Sevilla y Valencia) se calificaron con un ‘aceptable’.
Los usuarios de los centros educativos deben poder elegir la alternativa de transporte que les vaya mejor: a pie, en bicicleta o utilizando el transporte escolar, público o privado (el coche). Sin embargo, según aumenta la distancia, se van restringiendo las posibilidades de ir a pie y se van imponiendo otros.
En primer lugar, se prestó atención a los medios de transporte urbano públicos. En casi una de cada cinco zonas escolares estudiadas no se hallaron paradas ubicadas cerca de las inmediaciones del colegio: ocurría en cinco casos en Logroño, cuatro en Barcelona y Valencia respectivamente, tres en Sevilla, uno en Pamplona y otro de Vitoria. Por el contrario, en las 82 zonas escolares visitadas donde sí se hallaron dominaban las de autobús urbano: se contabilizaron una media de 2 paradas de este modo de transporte muy próximas al colegio en cuatro de cada cinco ocasiones. Asimismo en un 15% de las ocasiones se vieron paradas de tranvía (en Bilbao, Madrid, Barcelona, Sevilla y Valencia) y en un 10% de metro (en las capitales vitoriana, madrileña, barcelonesa, bilbaína y valenciana).
Los 100 centros educativos observados disponían de un perímetro totalmente cerrado, ya fuese con vallas o con los muros del propio edificio. De media, cada uno de ellos disponía de dos entradas específicas para los alumnos. En tres de cada cuatro ocasiones, se consideró que esos accesos tenían la suficiente anchura (una media de 4 metros) para evitar aglomeraciones, no así algunos hallados en el 26% de los centros analizados (en torno a los 2 metros).
Además, un 70% de los centros estudiados contaban con una zona de espera junto a esos accesos para que los alumnos pudiesen esperar de forma segura a entrar en el centro. Los que fallaron en este sentido eran la mitad de los colegios estudiados en San Sebastián, cuatro en Bilbao, Madrid, Sevilla y Valencia respectivamente, en tres de Barcelona y Pamplona respectivamente; uno de Vitoria, otro en A Coruña y un último en Logroño.
Durante el estudio, se comprobó que en el 90% de los casos el centro está señalizado correctamente con un cartel identificativo con su nombre y el tipo de centro que es, pero no ocurría lo mismo con todos sus accesos específicos del alumnado. Solo en uno de cada tres colegios seleccionados estaban señalizados. Sobresalen en esta materia de forma positiva todos los colegios visitados de Valencia, seis de Bilbao, seis de Pamplona y cinco de Logroño y San Sebastián. El tipo de señalización siempre eran placas o rótulos en la fachada.
La señalización es otra herramienta muy útil para evitar riesgos en los cruces. En primer lugar, en los pasos de peatones se señalizan básicamente con las marcas viales, generalmente bien pintadas (en el 88% de los casos). No siempre están acompañados de señales verticales (solo lo estaban los pasos de peatones del 51% de los casos), ni tampoco con semáforos (esto ocurría en 45% de las veces). Y por último, solo en un 28% de los casos los pasos de peatones tenían iluminación, en un 14% eran elevados, y en un 12% contaban con bandas de calmado de tráfico.
Los cruces serán más seguros en tanto en cuanto la velocidad de aproximación de los vehículos sea más reducida. En este sentido, en el 87% de las zonas escolares analizadas la velocidad de aproximación de los vehículos a los pasos de peatones se consideraba la adecuada. Sin embargo, para el tráfico de la zona no había una señalización de velocidad que les recordase a los vehículos en qué lugar están y a qué velocidad deben ir por ello. Solo en el 40% de los casos se observó y la limitación era de media, 30 km/h. Otra de las señales imprescindibles es la que anuncia que se trata de una zona escolar. Solo en la mitad de los entornos analizados existía una señalización vertical. En las ciudades donde más se encontró fue en Logroño y Madrid (en nueve entornos escolares estudiados respectivamente) y en Bilbao (en siete de ellas).
Para más información en las notas de prensa adjuntas y en las tablas que contienen.
CIUDAD | MOVILIDAD(1) | ESPACIO URBANO(2) | SEÑALIZACIÓN(3) | EN HORA PUNTA(4) | NOTA FINAL(5) |
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A CORUÑA | BIEN | MUY BIEN | REGULAR | MUY BIEN | BIEN |
BARCELONA | REGULAR | BIEN | REGULAR | MUY BIEN | ACEPTABLE |
BILBAO | BIEN | BIEN | ACEPTABLE | BIEN | BIEN |
LOGROÑO | REGULAR | BIEN | ACEPTABLE | MUY BIEN | ACEPTABLE |
MADRID | REGULAR | BIEN | REGULAR | MUY BIEN | ACEPTABLE |
PAMPLONA | BIEN | BIEN | ACEPTABLE | BIEN | BIEN |
SAN SEBASTIÁN | MUY BIEN | MUY BIEN | ACEPTABLE | MUY BIEN | BIEN |
SEVILLA | ACEPTABLE | BIEN | REGULAR | MUY BIEN | ACEPTABLE |
VALENCIA | REGULAR | BIEN | ACEPTABLE | MUY BIEN | ACEPTABLE |
VITORIA | MUY BIEN | BIEN | REGULAR | MUY BIEN | BIEN |
MEDIA | ACEPTABLE | BIEN | REGULAR | MUY BIEN | ACEPTABLE |
*A finales de septiembre, EROSKI CONSUMER comprobó la seguridad y el tipo de infraestructuras de la zona escolar más inmediata y que rodea a un total de 100 colegios ubicados en 10 ciudades españolas: A Coruña, Barcelona, Bilbao, Logroño, Madrid, Pamplona, San Sebastián, Sevilla, Valencia y Vitoria. Además, se analizó si durante las horas punta (ya fuese de entrada o salida de los alumnos) se producía alguna situación de peligro. (1) Movilidad: en este apartado se analizó el tipo de transporte público urbano que existía (número de paradas y visibilidad de las mismas), si había carriles bici y aparcamiento para vehículos privados (gratuito o regulado). (2) Espacio Urbano: en este bloque se comprobaron varios aspectos: del centro escolar (si estaba vallado o cerrado con otro sistema, el número de accesos específicos para los alumnos, la anchura de accesos, la zona de espera), de las aceras del entorno (anchura, estado del pavimento y disposición del mobiliario urbano), de los pasos de peatones (entorno peatonal o calzada cerca, si derivan al interior del centro, si tienen suficiente visibilidad, si las paradas de transporte público cercanas tienen pasos de peatones para cruzar la calzada), de los carriles bici (estado general del pavimento y disposición del mobiliario urbano), de los aparcamientos privados y públicos (si tenían espejos de visualización) y de los aparcamientos reservado para el transporte urbano colectivo (si existen, si se observan autobuses privados en hora punta y si hay que cruzar la calzada). (3) Señalización: en este apartado se observaron también varios aspectos: del centro (señalización de accesos y cartel identificativo), del entorno (posibles problemas en la acera, señal de zona escolar y limitación de velocidad), de los pasos de peatones (que tuviesen señales verticales, semáforos, estuviesen bien pintados, fuesen elevados, tuviesen iluminación, bandas de clamado de tráfico y la velocidad de aproximación a ellos fuese la adecuada), del carril bici (que tuviese señal vertical, marcas viales de sentido y velocidad, cruces señalizados y también estuviesen señalizados los posibles problemas en los carriles bici) y del aparcamiento reservado para el transporte urbano colectivo (que estuviese convenientemente señalizado con señales y/o marcas viales). (4) Hora punta: en este bloque se realizó una inspección durante las salidas y/o entradas de los alumnos al edificio (dificultades de acceso por retenciones y atascos, elementos que obstaculizan los accesos, semáforos que permiten cruzar la calzada sin correr, situaciones de peligro en los cruces), en el aparcamiento reservado para el transporte urbano colectivo (aparcan correctamente en su estacionamiento y no realizan maniobras mientras los niños descienden o suben al vehículo) y sobre seguridad (existencia de policía municipal o voluntarios, posibles ocasiones de peligro). (5) Nota final: Es el promedio de las calificaciones medias obtenidas en los cuatro bloques. Aunque es una valoración cuantitativa, estas notas se sometieron también a una revisión cualitativa.