Uno de cada tres campings suspende por deficiencias en seguridad, accesibilidad y dotación de servicios

CONSUMER EROSKI ha visitado 101 campings (en la actualidad hay 1.206 en nuestro país, que en 2006 albergaron a 6,6 millones de usuarios) en 18 provincias: 10 en Barcelona y Madrid, 8 en Alicante y Málaga, 7 en Valencia y Murcia, 6 en A Coruña, Cantabria, Granada, Guipúzcoa y Navarra, 5 en Huesca, 4 en Asturias, 3 en Córdoba y Vizcaya y 2 en Álava, Valladolid y Zaragoza. Los técnicos, que se han hecho pasar por clientes y han pernoctado en dos de cada tres campings analizados, han valorado aspectos relacionados con su equipamiento y servicios, su estado de conservación y limpieza, su grado de accesibilidad y seguridad, así como la información que se le proporciona al campista.

Uno de cada tres campings suspendió la prueba, fundamentalmente por la carencia de equipamientos y servicios básicos (agua caliente en fregaderos y lavaderos, Internet, instalaciones deportivas…), así como por su falta de accesibilidad para discapacitados (la mitad no está preparado para las necesidades de estas personas) y deficiencias en seguridad (sólo uno de cada cuatro dispone de cámaras de vigilancia) y asistencia médica (el 90% sin personal médico propio o asistencia médica concertada). Las carencias se agravan a medida que disminuye la categoría, y las tarifas, de la instalación. Así, los mejores resultados se obtienen en los camping de primera categoría (también los más caros), y los peores, en los de tercera categoría (los que menos cobran). Pese a las deficiencias y necesidades de mejora, se ha constatado una evolución positiva respecto a un estudio similar realizado por esta revista cinco años antes. De hecho, la proporción de suspensos ha disminuido (del 37% al 29%) y el de buenas calificaciones («bien» y «muy bien») se ha duplicado (del 21% al 45%).

Además, la satisfacción de sus usuarios, tal y como reflejan los resultados de una encuesta realizada a 400 clientes de estas instalaciones, es generalizada (la valoran con ocho puntos sobre diez). El precio medio de una estancia de quince días para un matrimonio con un niño en temporada alta (agosto) es de 380 euros frente a los 300 euros de 2002, lo que supone un aumento del 27%, diez puntos por encima del IPC acumulado (16,6%).

La seguridad y la asistencia médica son fundamentales para gozar de unas vacaciones al aire libre sin preocupaciones. Tanto en una como en otra, sin embargo, se han constatado deficiencias. Así, a pesar de que la gran mayoría contaba con botiquín y en casi cuatro de cada diez se halló sala de curas o enfermería, apenas un 10% estaba dotado con personal médico de forma permanente o con un servicio de asistencia sanitaria concertado, medidas que garantizan una mejor reacción ante cualquier emergencia. La presencia de vigilantes o guardias de seguridad es una de las medidas más frecuentes (sólo dos de los 101 campings estudiados carecían de personal de este tipo). Por el contrario, la instalación de cámaras o sistemas de video sólo se aplica en uno de cada cuatro casos, y únicamente en campings de primera y segunda categoría. Además, el 29% no tiene un plan de catástrofes elaborado ni el 23% dispone de un plan de evacuación para actuar en caso de emergencia. A ello se suma el que un 30% de los campamentos que disponen del plan de catástrofes no lo revisa de manera anual, al igual que sucede con el plan de evacuación cuya revisión no se contempla en el 23%. Al menos, todas las instalaciones tenían extintores.

Si una persona con movilidad reducida decidiera ir a un camping de España se encontraría con serias dificultades. En casi la mitad de los analizados, no todas las instalaciones están adaptadas para salvar los problemas de accesibilidad. En el 23% de los campings ni siquiera lo están los baños.

Fregaderos sin agua caliente, en dos de cada diez Todos los campings tenían fregaderos, aunque en casi dos de cada diez sin agua caliente, y lavaderos (el 26% sólo con agua fría). El 94% disponían de al menos de una lavadora y el coste medio por colada era de 3,35 euros. La piscina es para muchos campistas una de sus instalaciones favoritas, principalmente durante los meses más calurosos. Casi siete de cada diez campings tenían, al menos, una. Sólo el 7% de los campings tenían gimnasio, el 38% cancha deportiva y el 20% pista de tenis. Asimismo, en más de la mitad de los campings (56%) tenían salón social y el 60% sala de televisión. El 86% de los campamentos disponía de parque infantil.

La conservación y limpieza se catalogaron como buenas o muy buenas. Sólo se detectaron carencias en las duchas y lavabos del 8% de las instalaciones analizadas. La pulcritud es extensible a las zonas infantiles y a los bares y restaurantes. Entre las carencias de servicios, destaca que sólo en el 56% de campings los usuarios podían utilizar una consigna para guardar objetos personales. Respecto al servicio de correspondencia, uno de cada diez campings carecía de él o de buzón (pese a ser obligatorio). Sólo en la mitad de las instalaciones se hallaron contenedores de reciclado de papel/cartón y pilas (en contenedores de vidrio, el 64%). Únicamente en uno de cada tres había servicio de Internet para el usuario, aunque el 81% disponía de página web y, de estos, en la mitad se podía realizar su reserva online. En cuanto a la forma de pago, en casi ocho de cada diez campings fue posible hacerlo con tarjeta.

(1). Información al usuario: se ha analizado la cantidad y variedad de información facilitada a los clientes: carteles, señalización, horario de recepción, idiomas en el que se facilita la información, disposición de mapas o planos de orientación en las instalaciones, existencia de buzón de sugerencias, hojas de reclamaciones, y servicio de megafonía.

(2). Mantenimiento y limpieza: se han comprobado aspectos como el estado de mantenimiento, conservación y limpieza de los vestuarios, aseos, duchas, piscinas, fregaderos y lavaderos, cafetería, bar o restaurante, etc. Asimismo, se ha valorado el estado de conservación de los equipamientos deportivos (canastas, porterías, redes, etc.), zonas de juego infantil, el estado de mantenimiento de suelos y pavimentos, la presencia de contenedores para el reciclaje la limpieza en general de todo el campamento.

(3). Accesibilidad: se ha observado el grado de accesibilidad a las instalaciones. Así, se ha comprobado la existencia de rampas o elementos similares que faciliten el acceso a las distintas dependencias de cada camping (bar, restaurante, aseos, etc.), la presencia de aparcamientos reservados para discapacitados, la existencia de grúas en las piscinas, la dotación de cabinas telefónicas situadas a menor altura, etc.

(4). Equipamientos y servicios: se ha valorado la dotación de servicios existente en cada camping como por ejemplo el número de duchas, aseos, fregaderos, lavadoras, etc., la existencia de espacios deportivos y de juegos para niños, la disponibilidad de plazas de aparcamiento, las actividades de ocio ofrecidas en cada camping, la dotación de papeleras, farolas, bancos, fuentes, etc., la disposición de supermercado, bar, restaurante, consigna, piscina, cajeros, servicio de correos, acceso a Internet, venta de prensa, etc. Asimismo, se ha observado la disposición de agua caliente en las zonas de uso común (duchas, fregaderos, etc.).

(5). Seguridad y asistencia médica: se ha comprobado la presencia de vigilantes (de día y de noche), la presencia de elementos antiincendios (extintores, mangueras, rociadores de agua, etc.), puertas, luces, y salidas de emergencia, la iluminación en las instalaciones, la presencia de elementos potencialmente peligrosos (tendido eléctrico no soterrado, torres de alta tensión), etc. Asimismo, se ha valorado la existencia de servicio médico y la dotación de servicios como botiquín, sala de curas o enfermería, así como la presencia de socorristas en las piscinas. También se ha valorado la información facilitada al usuario sobre medidas de alarma, evacuación o emergencia y la limitación de velocidad a los vehículos dentro del recinto.

(*) Cantidades expresadas en euros. Precios medios correspondientes a la temporada de verano de 2007 para un matrimonio con un niño de cinco años.

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