Al abrir una lata de sardina para usar como relleno de un bocata, echar las patatas al aceite de la sartén o andar en bici por el campo, puedes tener un accidente leve y hacerte una pequeña herida, o también le puede pasar a tu hijo al saltar a la comba en el patio del colegio. Ante un corte, una quemadura o tan solo un hematoma, ¿sabes siempre cómo actuar? ¿Qué harías primero: limpiar la zona o taparla? ¿Y después? Si no lo sabes, en las siguientes líneas te comentamos qué debes hacer en casa y en el centro escolar, y si crees que sí, lee y comprueba para ver si estás en lo cierto en cuanto a estos primeros auxilios.
A todos nos puede pasar. Un despiste, un error al manipular un objeto o una caída pueden originar en nuestra piel un arañazo, un corte, un pinchazo, una quemadura superficial… heridas leves que erosionan esta gran capa protectora y que no precisan de asistencia sanitaria, pero sí de unos cuidados de primeros auxilios.
¿Cuándo sí acudir a un centro de salud u hospital? Si el sangrado de la herida es abundante o a chorro o la herida es profunda o grande o si sus bordes están muy separados; si se ha producido en la cara, los ojos o en los orificios naturales (boca, nariz, genitales); si tiene dentro cuerpo extraños muy enclavados —ni los intentaremos quitar, por riesgo a que sangre más—; y si no estás seguro de la gravedad. Por supuesto, también, en el caso de que se produzca una amputación; entonces, habrá que envolver la parte amputada en unas gasas estériles humedecidas con suero fisiológico o con agua y guardarla en una bolsa de plástico bien cerrada dentro de un recipiente con hielo, como explica Cruz Roja Española en su campaña ‘En tu hogar, quiérete mucho’.
Cómo curar rápido una herida
Para el resto de las pequeñas lesiones, habría que proceder de la manera que aconseja la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp), que agrupa a las empresas que fabrican y comercializan productos destinados al autocuidado de la salud. Eso sí, antes hazte con un botiquín casero que contenga material de cura básico como gasas, apósitos, antiséptico, esparadrapo y suero fisiológico; lo mismo que en un botiquín de viaje, muy útil durante un día de excursión, una escapada de fin de semana o las vacaciones.
- La persona que haga la cura debe lavarse las manos y, si es posible, usar guantes desechables; sin látex son los más recomendables.
- Si la herida sangra, hay que tratar de detener la hemorragia presionando una gasa sobre la lesión. Una vez que deja de sangrar, debemos limpiarla, con agua y jabón suave, desde el centro hasta los bordes.
- Si la herida tiene cierta profundidad, es aconsejable limpiarla con suero fisiológico y seguir el mismo procedimiento.
- Una vez que la herida está limpia, se debe valorar si aplicar o no un antiséptico para evitar que se infecte. Anefp cita entre los productos que usar al agua oxigenada, el alcohol, la povidona yodada, las soluciones de mercurocromo y los preparados a base de clorhexidina. Sin embargo, para el Instituto Nacional de Salud americano, no es recomendable usar “limpiadores cutáneos, alcohol, peróxido, yodo ni jabones con químicos antibacterianos, ya que pueden dañar el tejido de la herida y demorar su cicatrización”. En concreto, en este estudio publicado en la revista de la Academia Americana de Dermatología, se explica por qué no utilizar el agua oxigenada: en concentraciones bajas, podría causar tan solo síntomas transitorios, como blanqueamiento o ampollas, mientras que las de concentración más alta (de entre el 9 y el 45 %) podría originar daños más graves en la piel. Entonces ¿qué usar? Clorhexidina es lo que indican distintas guías de primeros auxilios. Lo idóneo es alguna sustancia que no tiña, “comprobando antes que la víctima no sea alérgica a sus componentes”, expone la del Samur y Protección civil. Eso sí, nada de emplear algodón.
- Para proteger la herida y evitar que se reabra e infecte, la cubriremos con un apósito, tirita o vendaje.
- ¿Y después? Toca examinar la herida a diario. Si el apósito se moja, hay que retirarlo y poner uno nuevo.
- Y cuando la herida empiece a cicatrizar, formando una costra, ya no será necesario seguir cubriéndola.
Imagen: saulhm
Si por el golpe ha aparecido un hematoma, lo más adecuado es, después de la contusión, mojar la zona afectada con agua fría y aplicar un gel o pomada que favorezca la circulación de la sangre y la reabsorción del hematoma.
Ante una quemadura leve, hay que enfriar la piel bajo el agua del grifo durante 15 minutos y, luego, desinfectarla con un antiséptico, preferiblemente en forma de gel, para que refresque la lesión, aunque esto último no siempre esto es necesario, como apuntamos en el artículo ‘Cómo tratar las quemaduras leves’.
Cómo actuar ante una herida en los niños
Ante todo calma y que siempre el niño esté acompañado. Por lo demás, las instrucciones son las mismas, como se apuntan en las distintas guías prácticas de primeros auxilios para padres ante accidentes infantiles, como las elaboradas desde el Hospital Niño Jesús de Madrid, y que son recomendadas desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) o la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP).
A ellas se une la ‘Guía de Ayuda para Centros Docentes. Manejo práctico de los problemas de salud pediátricos más frecuentes. Consejos para el profesorado y los cuidadores escolares’, actualizada en 2019 por la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). En este documento, importante para tener en cuenta también en el hogar, se especifica:
- Si la herida es en una extremidad, elevarla y mantener la presión en esa postura durante unos 10 minutos (tiempo en el que se produce la coagulación).
- Ante una herida penetrante, taparla con un apósito y colocar al niño semisentado. Pero, si se localiza en el abdomen, lo tumbaremos en el suelo con las piernas ligeramente flexionadas
- No se aconseja el uso de povidona yodada (Betadine), agua oxigenada, alcohol o derivados mercuriales (Mercromina).
- ¡Importante! Hay que saber si el menor tiene puesta la vacuna del tétanos hace más de cinco años (si es una herida sucia) o más de diez años (si es limpia). En el caso de que lleve al día el calendario vacunal, lo más seguro es que no necesite revacunación. Pero, si no lo está, habrá que ir al centro de salud para que le pongan gammaglobulina antitetánica (si la herida es sucia o se ha producido con un objeto sucio) y la vacuna antitetánica.
Además, la Asociación para el Autocuidado de la Salud recomienda que, en el caso de magulladuras y roces producidos por caídas, es mejor cubrirlos con apósitos con hidrocoloides, que evitan la infección, reducen los tiempos de cicatrización y permiten el baño.
No es lo mismo una herida de día que de noche. Un estudio realizado por investigadores de las universidades de Cambridge y Manchester (Reino Unido) y publicado en 2017 por la revista Science Translational Medicine ha revelado que las heridas que se producen de día sanan antes que las que se originan por la noche; en concreto la diferencia en el periodo de curación puede ser de hasta 11 días.
La culpa la tienen los fibroblastos, unas células que desempeñan un papel clave en la cicatrización de las heridas y que están más activas, y por lo tanto acuden más rápido al lugar de la herida, durante las horas de sol. Mientras que las heridas producidas de día tardan unos 17 días en curarse, las nocturnas llegan a 28.