La Sociedad Respiratoria Europea (ERS) y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) han publicado de forma conjunta el European Union Standards for Tuberculosis Care (ESTC), un repertorio de 21 normas que pretende cubrir los vacíos existentes en el tratamiento de la tuberculosis.
Las nuevas directrices, desarrolladas por un panel de 30 expertos, pretenden ser una nueva guía para médicos y trabajadores de la salud pública y asegurar así un mejor diagnóstico, tratamiento y prevención de la tuberculosis en Europa. En 2010, esta patología respiratoria afectó a un total de 74.000 personas en todo el ámbito de la Unión Europea (UE).
El nuevo estándar elaborado se basa en las recomendaciones establecidas a nivel internacional para el tratamiento de la tuberculosis, aunque adiciona algunas no existentes e incorpora nueva información de relevancia para los profesionales sanitarios. La normativa detalla, entre otras cosas, que todas las personas con síntomas, historia o factores de riesgo relacionados con la tuberculosis deben ser examinadas de forma preventiva. También detalla que se deben realizar pruebas de sensibilidad medicamentosa a los diagnosticados y que aquellos con alta probabilidad de desarrollar una tuberculosis farmacorresistente deben ser tratados durante un período mínimo de 20 meses.
Además, se establece el aislamiento respiratorio para aquellos pacientes de nuevo ingreso con sospecha de padecer tuberculosis infecciosa hasta la confirmación de su diagnóstico. La nueva normativa también incluye una sección especial en la que se establece una serie de recomendaciones específicas para los profesionales de los centros de salud.
«En Europa, la tuberculosis representa una seria amenaza para la salud pública, pero con la prevención precisa, su diagnóstico, y tratamiento, se puede mitigar», asegura el profesor Francesco Blasi, presidente de la ERS y coautor de las nuevas directrices. Blasi ha reconocido que estudios recientes han revelado la existencia de importantes deficiencias en el manejo de esta enfermedad y espera que las nuevas directrices contribuyan a reducir la propagación y a mejorar la atención de los pacientes afectados por tuberculosis.