La incidencia del dolor lumbar se hace mayor debido al sedentarismo, según los médicos

Esta dolencia, con mayor presencia en países desarrollados, es la segunda causa de baja laboral
Por EROSKI Consumer 9 de octubre de 2003

El sedentarismo incrementa la incidencia de dolor lumbar, segunda causa de absentismo laboral después del resfriado común, según informó el Centro de Medicina Deportiva y Rehabilitación (MeDyR) de Madrid.

Carlos González de Vega, especialista en Medicina de la Educación Física y del Deporte y director médico de este centro, apunta que la lumbalgia se trata de una molestia localizada en la zona baja de la espalda, que «puede limitar la actividad diaria». Las lumbalgias, que pueden aparecer de forma silente y hacerse más intensas a medida que avanzan los días o aparecer con intensidad desde un primer momento, se producen principalmente por alteraciones en las cinco vértebras lumbares y en la zona sacra.

Por otra parte, los estudios sobre las causas de los dolores lumbares han puesto de manifiesto que la incidencia de lumbalgia es más frecuente en los países con un nivel de desarrollo más alto, apunta este experto.

«Nueve de cada diez dolores lumbares están relacionados con una falta de función en esa zona y una mala compensación de la musculatura lumbar y la abdominal, que es la que compensa la musculatura lumbar», añade.

La musculatura lumbar es la encargada de corregir la basculación de la zona pélvica y puede ser ejercitada. Para ello, este experto recomienda realizar ejercicios como «esconder la barriga durante cuatro o cinco segundos para soltarla muy lentamente después; un ejercicio muy simple que se puede compaginar con otras tareas y actividades sin ningún esfuerzo». Otras actividades físicas que recomienda son caminar 30 minutos diarios o subir las escaleras a pie.

Una vez que se padece el dolor lumbar, hay que aplicar diferentes medidas en función de la fase en la que se encuentre el paciente. El reposo está indicado en una fase aguda y durante las primeras 24 horas, si bien es cierto que el reposo mantenido empeora el dolor lumbar. Lo ideal, señala, «es que la persona vuelva a un cierto grado de actividad lo antes posible».

Según un estudio llevado a cabo en Finlandia, por el cual se hizo un seguimiento de 6-8 años a 25.000 pacientes con dolor lumbar, las personas que siguieron una terapia física recuperadora y se incorporaron a la actividad, experimentaron mejoras «claramente superiores» respecto a los que hicieron reposo e, incluso, frente a los que se incorporaron a la actividad física solamente.

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