La epidemia de neumonía atípica se cobró ayer nueve vidas más en China, por lo que son ya 139 los muertos, y 203 los nuevos casos registrados, 96 de ellos en Pekín, según anunció el Ministerio chino de Sanidad, que precisó que el número total de casos asciende a 3.117. Tres de las nuevas muertes se produjeron en Pekín, otras tres en la provincia vecina de Hebei, una en Shanxi (norte), una en Montolia Interior (norte) y una en Gansu (noroeste). El número total de casos sospechosos en China asciende a 2.106.
No obstante, los casos de la enfermedad están retrocediendo en Hong Kong, Singapur, Toronto (Canadá) y Vietnam, señaló el director ejecutivo de la sección de enfermedades contagiosas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), David Heyman. «Los informes de que disponemos de Hong Kong, Singapur, Toronto y Vietnam revelan que la epidemia alcanzó un nivel límite y que hay menos casos cada día e, incluso, en ciertos países no hay nuevos casos, como en Vietnam», declaró Heyman.
Por otra parte, Pekín está construyendo a marchas forzadas un hospital de aislamiento para enfermos del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS) cerca de la Gran Muralla, con capacidad para más de mil enfermos. El hospital, en cuya construcción trabajan 7.000 obreros noche y día para terminarlo en ocho días, se encuentra en Xiao Tangshan (distrito de Changping), a 65 kilómetros de la capital.
El domingo por la tarde más de 230 médicos y enfermeras se trasladaron al nuevo centro, que entrará en pleno funcionamiento el próximo día 30. El hospital está especialmente diseñado para atender a enfermos de neumonía atípica, y contará con 508 habitaciones dobles, con baño y aire acondicionado individual, además de aparatos de ventilación asistida e incineradoras para desechos.
7.000 chinos en cuarentena
Más de 7.000 chinos, por otra parte, están bajo cuarentena por haber estado en «estrecho contacto» con enfermos de SRAS, medida que afecta sobre todo a hospitales y universidades de Pekín, donde se han dado brotes de neumonía atípica.
Desde hace una semana, el Gobierno central ha movilizado a todo el país para «vencer la lucha contra el SRAS» y está tomando drásticas medidas para cortar la expansión de una enfermedad que está poniendo en jaque su economía y su prestigio internacional. El Ejecutivo chino quiere implicar a toda la población en la «batalla contra el SRAS», para lo cual ha iniciado una campaña mediática sin precedentes y colgado eslóganes que recuerdan que, para acabar con la enfermedad, todo el país debe trabajar unido.