Cuando las condiciones del parto se tornan peligrosas, los ginecólogos no dudan en practicar una cesárea, técnica quirúrgica de la que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se está abusando demasiado en los países desarrollados.
La advertencia de la OMS viene porque se trata de una práctica que no está exenta de riesgos y muchas veces se realiza sin seguir estrictos criterios médicos. La mayoría de los especialistas aconseja no realizar más de tres cesáreas en una misma mujer. «Ese es el máximo dentro de un intervalo de seguridad razonable», señala María Benedicto, ginecóloga del Hospital USP San José de Madrid.
El principal peligro de practicar una tercera cesárea es la rotura de la bolsa uterina. La cirugía genera una cicatriz uterina y debilita la pared del útero, con lo que hay más posibilidades de rotura de la bolsa. La tasa de roturas tras dos cesáreas previas se cuadruplica.
En el Hospital La Paz de Madrid, las mujeres que están obligadas a una tercera cesárea tienen la opción de ligarse las trompas en la misma intervención. Sin embargo, ha habido casos en los que se han llegado a realizar hasta cinco cesáreas a una misma mujer, según dice Antonio González, jefe de Obstetricia de La Paz.
Mortalidad neonatal
Los expertos advierten también de las cesáreas selectivas, aquellas que se practican sin justificación médica y que incrementan la mortalidad neonanatal. Según un estudio realizado por los Centros para el Control de las Enfermedades de Estados Unidos (CDC), en estos casos la mortalidad crece 2,9 veces en las primeras semanas de vida del bebé.
Este trabajo es el primero que ha evaluado este riesgo en mujeres sin complicaciones médicas. El estudio se realizó con datos referentes a casi seis millones de nacimientos y algo menos de 12.000 muertes neonatales que se produjeron en Estados Unidos entre 1998 y 2001.
Pese a estos datos, los investigadores de los CDC dicen que no debe cundir la alarma. No obstante, admiten su preocupación por el rápido aumento del número de cesáreas que se realizan en mujeres que no las necesitan.
Mortalidad neonatal
Los expertos advierten también de las cesáreas selectivas, aquellas que se practican sin justificación médica y que incrementan la mortalidad neonatal. Según un estudio realizado por los Centros para el Control de las Enfermedades de Estados Unidos (CDC), en estos casos la mortalidad crece 2,9 veces en las primeras semanas de vida del bebé.
Este trabajo es el primero que ha evaluado este riesgo en mujeres sin complicaciones médicas. El estudio se realizó con datos referentes a casi seis millones de nacimientos y algo menos de 12.000 muertes neonatales que se produjeron en Estados Unidos entre 1998 y 2001.
Pese a estos datos, los investigadores de los CDC dicen que no debe cundir la alarma. No obstante, admiten su preocupación por el rápido aumento del número de cesáreas que se realizan en mujeres que no las necesitan.
En España se realizan unas 36.000 cesáreas perfectamente prescindibles al año, según los datos de la OMS, una cifra que, a su juicio, es demasiado elevada. ¿Por qué tantas? Pues principalmente por el deseo de los médicos de garantizar la salud fetal por encima de todo y, de paso, evitar acciones judiciales en caso de que se produzcan complicaciones en el parto natural.
El 24% de los bebes que nacen en los centros públicos de España lo hacen por la técnica de rasgar el abdomen de la madre para acceder a la cavidad uterina y extraer a la criatura de su interior, mientras que en los centros privados se supera la cota del 40%. Ambos porcentajes están muy alejados de la recomendación de la OMS, que cree que debe limitarse al 15% el número de partos que terminan en cesárea.
En teoría, existen tres motivos para decidirse por esta opción: que el niño sea tan grande que no quepa por el canal del parto; que el feto, por el motivo que sea, esté sufriendo, o bien que su seguridad no esté del todo garantizada. Cuando concurre alguna de estas circunstancias, los médicos se deciden por el camino más corto para dar a luz.