La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha ordenado 3.747 laboratorios que destruyan cepas de una pandemia de gripe, enviada a 18 países como parte de análisis rutinarios, debido a un riesgo, pequeño pero real, de que estas muestras puedan provocar una pandemia global de gripe.
«El riesgo de que el trabajador de un laboratorio enferme es relativamente bajo, pero un amplio número de laboratorios lo tienen y si alguien se infecta, el riesgo de enfermedad severa es alto y éste virus ha mostrado ser muy contagiable», aseguró el ejecutivo para la gripe de la OMS, el doctor Klaus Stohr.
Las cepas del virus fueron enviadas a principios de 2004 por una compañía estadounidense, a petición de el Colegio de Patólogos estadounidenses, a numerosos laboratorios, el 99% de ellos en Estados Unidos, 14 en Canadá y 61 muestras fueron a parar a 16 otros países en Europa, Asia, Oriente Próximo y América del Sur, según la OMS.
Patógenos mortales
El pasado 26 de marzo, las autoridades sanitarias canadienses informaron a la OMS de que un laboratorio de este país había detectado la cepa de 1957. El pasado viernes, finalmente se descubrió que el virus procedía de unas muestras que el laboratorio había recibido del Colegio de Patólogos Estadounidenses. Estos envíos han reavivado las dudas sobre la seguridad del manejo de patógenos mortales, un asunto que ya llevó a que EEUU adoptase normas más severas después de los envíos de antrax de 2001.
Ninguno de los tres laboratorios públicos españoles con los que trabaja la OMS está incluido entre los 3.747 a los que esta organización envió el virus de la gripe que ahora ha mandado destruir ante su peligrosidad.
De momento se desconoce por qué se enviaron muestras de la pandemia de 1957, que mató a entre uno y cuatro millones de personas, en el equipo de análisis de competencias enviado de manera rutinaria a laboratorios. Se trata de una decisión que Stohr calificó de «imprudente» y «desafortunada». Este virus fue «un virus epidémico durante muchos años», aseguró el portavoz de la OMS desde la sede de la organización, en Ginebra. «El riesgo es bajo pero las cosas pueden empeorar mientras esas muestras estén en el exterior», indicó.
La cepa de 1957 no ha sido incluida en las vacunas contra la gripe desde 1968, y ninguna persona nacida después de esta fecha esta inmunizada frente a ella.
Algunos de los laboratorios fuera de Estados Unidos ya han destruido las cepas, aseguró el portavoz, y la OMS espera que el resto desaparezca antes del viernes.