La cápsula endoscópica inició sus primeros pasos en España en junio de 2001 y, desde entonces, se ha ido implantando su uso. El primer estudio protocolizado en veinte pacientes lo ha llevado a cabo el hospital Clínico de San Carlos, en Madrid. Los doctores Juan Andrés Ramírez Armengol y Servando Fernández Díez, del Servicio Central de Endoscopias de este centro, opinan que la cápsula endoscópica es una necesidad clínica, que completa la endoscopia instrumental habitual en la exploración del intestino delgado.
Los clínicos pueden explorar el tracto del intestino delgado con una técnica bien tolerada por los pacientes que, a su vez, ofrece imágenes de calidad, con una sensibilidad mayor que la enteroscopia y la misma especifidad. En las sesiones científicas del ultimo Congreso de la Sociedad Española de Patología Digestiva se presentó a los especialistas la segunda generación de esta cápsula endoscópica, que se conoce por las siglas «M2A Plus».
Mapa virtual
Al igual que la primera, este dispositivo está compuesto por una cápsula que se ingiere. En su interior lleva alojada una microcámara que toma imágenes del intestino delgado. Los ingenieros y técnicos de la empresa Given Imaging han perfeccionado este ingenio, de tal forma que ahora es capaz de identificar en un mapa virtual del torso la localización de la lesión. De esta forma se simplifica el posterior trabajo del endoscopista o el del cirujano a la hora de abordar la patología diagnosticada.
En una reunión sobre enfermedades digestivas, que tuvo lugar antes del verano en San Francisco (EE.UU.), se determinó que la cápsula endoscópica tiene una capacidad de diagnóstico próxima al 70% y es el examen de elección en una gran variedad de patologías y desórdenes del intestino delgado. Algunos expertos han subrayado que es significativamente más eficaz que los métodos clásicos de diagnóstico, como la enteroscopia tradicional y los rayos X. En esta parte del organismo es difícil establecer un diagnóstico ya que las patologías que le afectan tienen síntomas imprecisos y están, en la mayor parte de los casos, en estado avanzado. Los métodos convencionales permiten únicamente la visualización del primer tercio del intestino delgado.
Esta situación ofrece una idea de la importancia que tienen los avances diagnósticos de la citada cápsula, que puede obtener imágenes de zonas del intestino delgado hasta ahora inaccesibles. Algunas de estas patologías, de difícil diagnóstico, pueden ser localizadas con el dispositivo y ahorrarse así hasta veinte pruebas diferentes. Varios especialistas estadounidenses señalaron en la reunión de San Francisco, tras presentar conclusiones de ensayos con más de cincuenta pacientes, que la cápsula es dos veces más efectiva a la hora de descartar la enfermedad de Crohn, en comparación con el diagnóstico con bario.
Esta herramienta de diagnóstico no invasiva para el tracto gastrointestinal, con unas dimensiones de 30 x 11 milímetros, tiene que ser ingerida y con ayuda de la peristalsis (movimiento natural del intestino delgado) se va desplazando suavemente y sin dolor a través del tracto gastrointestinal. Mientras la cápsula recorre esta parte del organismo va captando imágenes en color que, en tiempo real, transmite a una unidad receptora que las almacena.
El paciente lleva en un cinturón el equipo que recibe las señales de vídeo, pudiendo realizar sin problemas cualquier actividad normal de su vida. El proceso tiene una duración aproximada de siete horas, desde que se ingiere la cápsula hasta que se expulsa por el ano. En este tiempo, la microcámara ha tomado unas cincuenta mil imágenes que pueden ser consultadas y archivadas por el clínico.