Un virus que plantea un nuevo riesgo potencial de transmisión de enfermedades del mono al hombre ha sido identificado por un equipo de científicos norteamericanos y cameruneses, anuncia la revista científica Lancet en su número del sábado.
Tras realizar una investigación entre nueve comunidades rurales de Camerún, los científicos, dirigidos por Nathan Wolfe, de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (EEUU), constataron que, de las 1.800 personas examinadas, 1.100 habían estado en contacto con sangre y otros fluidos corporales de simios, y que el uno por ciento de éstas (diez individuos) presentaban anticuerpos de un espumavirus denominado SFV (simian foamy virus).
Descubiertos hace unos cincuenta años, los espumavirus son retrovirus que se encuentran en la mayoría de los simios, en los gatos y en los bovinos. No son patógenos, es decir que no producen ninguna enfermedad, pero casos de seropositividad fueron señalados en cuidadores de monos de parques zoológicos.
Los análisis practicados en las personas infectadas en Camerún muestran que éstas estuvieron en contacto con tres especies de simios (gorilas, mandriles y cercopitecos de Brazza).
Ese contacto fue establecido no por el consumo de carne de caza sino por una infección sufrida al manipular animales abatidos o a raíz de mordiscos provocados por monos heridos. Se considera que el sida y la fiebre de Ébola tienen ese origen.
«Nuestros resultados muestran que los retrovirus se cruzan activamente en las poblaciones humanas y demuestran que los habitantes de África central están afectados actualmente por el SVF. Los contactos con los primates no humanos, que se producen durante la caza o el sacrificio de esos animales, pueden pues desempeñar un papel en la aparición de retrovirus humanos. La reducción de la caza de dichos animales permitiría reducir la frecuencia de la aparición de enfermedades», resume Nathan Wolfe.
«Este descubrimiento no constituye en absoluto el anuncio de una nueva epidemia», recalca Martine Peeters, científica del Instituto francés de Investigación para el Desarrollo (IRD) de Montpellier. «No obstante, dado que el tiempo de incubación de esos virus es muy largo, hay que tener una actitud vigilante», agrega Peeters, especialista de enfermedades emergentes.