Un grupo de expertos argentinos han creado el primer clon bovino transgénico cuya leche contiene hormona del crecimiento humana. Pampa Mansa es el nombre de la ternera nacida hace un año a unos 200 kilómetros de Buenos Aires, fruto de la fusión por descarga eléctrica entre una célula de un feto de la raza Jersey y un óvulo vacuno sin núcleo.
La particularidad de esta ternera es que, al diseñarla, los expertos de la empresa del grupo argentino Sidus, Bio Sidus, han manipulado la célula original extraída del feto, sustituyendo el gen bovino de la betacaseína por el de la hormona del crecimiento humano (hGH o somatotropina), un elemento que sólo se encuentra de forma natural dentro del ADN humano. Para obtener esta ternera, los expertos han utilizado vacas de la raza Jersey, ya que consideran que poseen una alta dosis de betacaseína activa en sus genes, que hace que la leche sea muy rica en proteínas.
La nueva ternera contiene, en lugar de betacaseína, gran cantidad de somatropina u hormona del crecimiento humana, una proteína producida por la hipótesis, pequeña glándula sujeta a la base del cerebro cuyas secreciones gobiernan el desarrollo óseo y muscular. Cuando esta glándula no produce suficiente hormona de crecimiento, se produce lo que se conoce como «déficit hipofisario» o enanismo.
Este problema cuenta, desde principios de los años ochenta, con un método basado en el cultivo de bacterias y células de mamíferos en las que se introduce el gen de la somatotropina y de las que extrae hormona de crecimiento. Según el nuevo hallazgo, la ternera transgénica entrega en su leche la cantidad necesaria de somatotropina en estado puro. Andrés Bercovich, uno de los expertos responsables de la investigación, asegura que «el gen de la hormona humana está en su secuencia correcta dentro de la vaca, y aparece en todo el animal pero sólo se activa en las glándulas mamarias», informa El País.