La congelación permite conservar alimentos durante periodos más o menos largo de tiempo. Si se congelan productos de calidad, y estos se descongelan de forma correcta, se mantendrán las propiedades hasta el momento de su consumo. Pero para ello, un almacenamiento adecuado de los alimentos en el congelador que incluye la organización y supervisión periódica de los mismos es esencial. Como en el caso de la despensa y la nevera, los alimentos que se tenga intención de congelar deben rotarse para asegurarse de que los que se han congelado primero son los que salen también antes. El artículo explica cómo organizar el congelador y cómo mantenerlo limpio.
Con la congelación, el agua de los alimentos se convierte en hielo. El almacenamiento de los alimentos a temperaturas de congelación (-18 ºC es la temperatura en la que la proliferación de bacterias es casi imposible) hace que bacterias o mohos que puedan estar presentes en los alimentos queden inactivados. Pero debe tenerse en cuenta que, a pesar de que la congelación detiene el metabolismo de los microorganismos, no los elimina, por tanto, el cadena de frío, para impedir la proliferación de microorganismos. La seguridad de los alimentos queda garantizada con la congelación, salvo que no se hayan evitado los cambios de temperatura.
Cómo organizar el congelador
Tener un congelador ordenado y limpio es una de las principales formas de mantener los alimentos más seguros. Es importante no descuidarlo y evitar tenerlo como simple almacén en el que se van introduciendo productos sin control alguno.
La bandeja de congelación es adecuada para las cubiteras y otros productos pequeños planos.
En el primer cajón pueden almacenarse los productos que se deben consumir más a corto plazo, ya que es el más accesible.
En los cajones inferiores podrán guardarse los alimentos con una previsión de consumo más larga.
Deben utilizarse bolsas o recipientes herméticos para evitar que se deshidraten los alimentos.
Poner una etiqueta con el nombre del alimento y la fecha de congelación, de manera que se pueda leer de forma fácil.
Agrupar los alimentos por grupos: pescados, carnes, aves o verduras.
Congelar en raciones o cantidades que se calculan que serán las que se consumirán.
Los alimentos ya cocinados han de introducirse en un recipiente hermético una vez estén enfriados. Si se introducen calientes, puede ponerse en riesgo el resto de alimentos congelados.
Es importante impedir que se forme hielo en las paredes del congelador, ya que se impide la correcta transmisión del frío, con los consecuentes efectos negativos en los alimentos. Para ello, la puerta se abrirá solo lo necesario y se comprobará que las gomas están en buen estado. De este modo, se evita la entrada de aire en el interior y la formación de hielo.
Debe revisarse el congelador de manera periódica para eliminar posibles alimentos que hayan podido estropearse.
A pesar de que los tiempos de conservación varían en función de la calidad del alimento, el pescado puede conservarse congelado entre tres y seis meses; las frutas y verduras, de seis a doce meses; la carne de ave o cerdo, unos seis meses; y los alimentos cocinados, de tres a seis meses.
La organización de alimentos descrita sirve para todo tipo de congeladores, tanto los que tienen los cajones debajo de la nevera, como si se trata de congeladores verticales o arcones. En este último caso, es importante colocar los alimentos en recipientes herméticos de fácil acceso, realizando una rotación de alimentos para impedir que se acumulen durante mucho tiempo. En este tipo de congeladores, puesto que cabe mayor cantidad de alimentos, pueden crearse compartimentos para dividir y organizar mejor los alimentos, ya que hay un mayor riesgo de que se vayan acumulando.
Cómo mantener limpio el congelador
El congelador, como la nevera, debe descongelarse y limpiarse para quitar el hielo y escarcha que haya podido formarse. Para hacerlo, lo primero que debe hacerse es desconectarlo de la luz y dejar que se vaya descongelando. Es importante no usar cuchillos u otros utensilios rascadores de hielo, pues se podrían dañar las paredes. Los alimentos congelados se guardarán en la nevera el mínimo tiempo posible. Los cajones se sacarán y se lavarán con agua tibia y jabón. El interior también se frotará con una bayeta humedecida con agua y jabón, prestando especial atención a las gomas. Aprovecharemos la limpieza del congelador para descartar aquellos alimentos que haga mucho tiempo que se guardan congelados.
Cada congelador tiene una capacidad determinada, que viene indicada con el número de estrellas del aparato. Cada estrella indica -6 ºC. Teniendo en cuenta que la congelación en el ámbito doméstico debe realizarse a -18 ºC, el electrodoméstico deberá contar al menos con tres estrellas, que son el número que permiten una congelación a unas condiciones adecuadas. Un congelador de cuatro estrellas garantiza una temperatura de -24 ºC, que permite que la congelación se realice sin riesgo sanitario.