Unos mil millones de niños viven en la pobreza y uno de cada cinco no se puede permitir ir al colegio, según la ONU. Para concienciar de estos problemas, cada vez más padres y madres se lanzan a experimentar unas vacaciones solidarias con sus hijos, un viaje cerca o lejos de casa donde lo importante es conocer y ayudar a otras personas. Varias ONG organizan este tipo de experiencias a destinos como Sudáfrica, Bali, Marruecos, Nicaragua y Cisjordania. Con estos viajes en familia se intenta que aprendan desde pequeños a ser ciudadanos más responsables con el planeta y quienes lo habitan, hacer amigos de otras culturas y ayudar con soluciones. A continuación contamos cómo preparar a toda la familia para disfrutar con esta experiencia.
«En un viaje solidario en familia las comodidades que podamos perder frente a un viaje tradicional las compensará con creces todo lo que aprendamos, sobre todo los niños», señala Noemí García, de Ayuda en Acción
El turismo solidario en familia permite viajar y aprender participando en alguno de los proyectos sociales de una ONG que ya trabaja en la zona. Para que sea solidario, el viaje además tiene que ser sostenible o responsable con el entorno y con la gente que vive en el lugar. «Aunque muchos lo desconocen, esa opción también existe cuando viajamos en familia«, dice Noemí García, del equipo de comunicación de Ayuda en Acción. Y es que esta alternativa proporciona a los hijos una oportunidad única de conocer cómo viven otros pequeños de su misma edad y enriquecer sus experiencias.
Pero cuando el viaje es con niños, el miedo por la seguridad crece. Las ONG que preparan viajes solidarios en familia, sin embargo, explican que se trata más bien de una cuestión de confort. «Viajar con niños y hacer un turismo responsable y solidario implica menos comodidades, pero el mismo nivel de seguridad«, apunta García. «Aunque los pequeños lujos que podamos perder frente a un viaje tradicional lo compensará con creces todo lo que aprendamos no solo nosotros, sino sobre todo los niños», afirma.
1. Viajar cuidando el planeta
Los viajes solidarios en familia pueden planificarse con éxito si no se mira hacia los destinos típicos del turismo de sol y playa. Se puede ser un viajero responsable en casi cualquier lugar, pero el reto es huir de los resortes turísticos con «todo incluido».Cuando el viaje incluye naturaleza, crecen las posibilidades de que los pequeños disfruten al máximo. «Esto no significa que no podamos ir a la playa o la montaña, pero buscando destinos y opciones de alojamiento diferentes, como establecimientos ecológicos«, sugiere García.
En las excursiones, es importante respetar siempre el medio natural, tanto la vida vegetal como la animal que habita en el lugar. Esto incluye tirar la basura en los lugares habilitados -o, mejor aún, llevársela con uno-, no abandonar los caminos habilitados para reducir el impacto de las pisadas y no arrancar flores ni partes de plantas. Y, por descontado, hay que dejar tranquila a la fauna, por muy pequeña que sea.Imagen: monkeybusiness
2. ¿Dónde vamos de viaje solidario con los niños?
Cada vez que conocemos una cultura nueva, ampliamos nuestra visión del mundo y nos volvemos más tolerantes, más respetuosos con los que nos rodean. Por lo que si el turismo solidario en familia incluye pasar unos días en un poblado de África o en una comunidad de Bali, los pequeños convivirán con los niños locales, conocerán cómo viven y sus juegos. «Esta experiencia es muy enriquecedora», reconoce García.
Para quienes planifican por primera vez un viaje solidario con niños es más fácil optar por un sitio de habla hispana, como Ecuador, Bolivia, México o Cuba, a fin de que el idioma no sea un obstáculo
Existen muchos países en los que se pueden realizar este tipo de actividades. Para quienes planifican por primera vez un viaje solidario en familia es más fácil optar por un sitio de habla hispana, como Ecuador, Bolivia, México o Cuba a fin de que el idioma no sea un obstáculo.
Por lo general, los portales web de las ONG recogen los programas con todo detalle. Apic Pandora organiza viajes solidarios en familia y también proyectos internacionales para jóvenes entre 13 y 18 años. También se pueden seguir las propuestas de viajes en familia de Oxfam.
3. Aprender a través de la convivencia
Las tareas en familia durante unas vacaciones solidarias dependen de dónde nos encontremos. Los proyectos se crean en función de las necesidades existentes. Puede ser un proyecto cultural, apoyar la agricultura del lugar o actividades de recogida de basura en la playa o plantaciones. La agencia Tarannà organiza viajes solidarios en familia a Nicaragua para aprender cómo se elabora el café con niños y por qué es importante escoger productos de comercio justo.En estos viajes los pequeños aprenden valores sin darse cuenta. Por eso, las ONG recomiendan tomar parte en el mayor número de actividades previstas posibles. «Los viajes solidarios ayudan a sensibilizar y educar sobre las injusticias«, manifiesta Álvaro Sánchez, presidente de SoliDive. Por ello, estos viajes permiten llevar a cabo tareas de voluntariado para participar en el día a día de la comunidad de acogida.
Eso sí, hay que recordar siempre ser amable con la comunidad donde nos hospedamos y respetar sus decisiones, aunque a veces nos puedan parecer equivocadas.
4. ¿Y qué voy a comer?
Hay más experiencias en el viaje solidario para un niño: lo que comerá. García matiza que esta es una forma importante de tomar contacto con la cultura local. «Cuando viajas con hijos, a veces el tema de las comidas es más complicado, porque no se atreven a probar nuevos sabores. Pero puede ser un momento especialmente bueno para aprender mucho sobre la cultura y los modos de vida en otros entornos, además de una experiencia muy divertida», incide Sánchez.5. Papá, no hay cobertura
¿Dónde está el wifi? Antes de planificar un viaje solidario con niños a través de turismo responsable, hay que advertirles que es muy probable que no haya wifi, ni cobertura de teléfono, ni tampoco televisión.6. ¿Y esto cuánto cuesta?
Los precios dependen mucho de lo que incluye el paquete de viaje solidario. La horquilla va desde los 150 euros por persona a los 1.500 por dos semanas y cabeza. En estas cantidades grandes se paga por alojamiento y manutención dentro de las instalaciones del proyecto.- Puede seguir a Eva San Martín en Twitter.
Si el bolsillo no permite escoger un destino exótico al otro lado del mundo, no se agobie. También existen opciones de turismo responsable para viajar con niños y niñas cerca de la ciudad, pues el objetivo es encontrar una forma diferente de conocer el mundo y hacerlo de manera amable con quienes viven en el destino y con su entorno.
El movimiento asociativo Ecom organiza bailes en silla de ruedas, actividad inclusiva que sirve como alternativa a la actividad física y que tiene en cuenta las capacidades de todos. La edad mínima para participar son los seis años. La iniciativa enseñará a los pequeños a reflexionar sobre las limitaciones físicas y las capacidades diferentes de las personas.