La transformación que viene experimentado la sociedad española en los últimos años es cada día más notable, y la causa de este cambio radical es el fenómeno migratorio. Desde 2000, la cifra de extranjeros empadronados se ha cuadruplicado: España ha dejado de ser un país de emigrantes para convertirse en un Estado receptor de inmigración. El punto de inflexión ha sido el año 2003, cuando el número de extranjeros empadronados superó por primera vez al de los dos millones de españoles que residen más allá de nuestras fronteras. Es más: España es en la actualidad el país de la Unión Europea que recibe mayor porcentaje de inmigrantes, con unas 600.000 entradas anuales. Esta gran afluencia de inmigrantes, jóvenes en su gran mayoría, está modificando la pirámide de población española.
Los psicólogos coinciden en subrayar que los inmigrantes sufren, en mayor o menor medida, un sentimiento de pérdida. Por un lado, la migración impone un abandono de familiares y amigos, de cambio de costumbres, de inmersión en una nueva cultura e incluso en una lengua distinta. Por otro, estas acciones se traducen, muchas veces, en estados como los que se detallan a continuación:
- Soledad: Una vez que la persona llega a un país que no es el suyo se encuentra con un panorama más que desolador. No pueden traer a la familia porque primero tienen que tener estabilidad económica. Además, el hecho de que sus familiares más cercanos, como sus hijos, especialmente en el caso de las mujeres, se hayan quedado en el país de origen produce una nostalgia difícil de superar.
- Sentimientos de fracaso: Piensan que tanto esfuerzo no les ha servido porque no pueden progresar en el mercado y no pueden conseguir trabajo.
- Situaciones extremas de supervivencia: Es la lucha por la supervivencia. Su preocupación principal es dónde comer y dónde dormir.
Estas emociones, cargadas de anhelos y ausencias, son las que motivan muchas de las llamadas que reciben los orientadores de los centros del Teléfono de la Esperanza en España , pero también en los centros latinoamericanos- países de origen de muchos inmigrantes- donde cada vez más a menudo la cotidianeidad está alterada para muchas familias, fragmentadas por la partida de un padre, una esposa o un hijo.
El teléfono solidario
Desde El Teléfono de la Esperanza, una asociación formada por más de 2.000 personas y que se extiende por Europa y Suramérica, aseguran que en la actualidad este tipo de llamadas, en el que se tratan problemas vinculados de una forma u otra al fenómeno migratorio, es cada vez más frecuente en los distintos centros del Teléfono de la Esperanza en España, país de acogida de estos inmigrantes. Actualmente, una de cada cuatro personas que llama es inmigrante,
Actualmente, una de cada cuatro personas que llama es inmigrantepese a que este colectivo sólo representa el 8,5% de la población total en nuestro país. El mismo fenómeno se da en los Teléfonos de la Esperanza de los países de origen de la inmigración, como los de Honduras, Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Al fin y al cabo, son dos caras de una misma moneda. «El hecho de que en Ecuador, por ejemplo, en las últimas décadas haya emigrado una quinta parte de su población sólo se puede calificar como una auténtica catástrofe social», recuerdan desde esta organización.
La necesidad de ser escuchados
Los profesionales que trabajan en El Teléfono de la Esperanza explican detalladamente las razones que llevan a los inmigrantes a utilizar este servicio gratuito y a disposición de quien lo necesite 24 horas diarias.
- El desarraigo. «Los que sufren más el desarraigo suelen ser los que no tienen capacidad de elección», advierten desde la organización. Aseguran que la migración no es habitualmente un proceso democrático, sino que la decisión tomada por una persona suele afectar a otras, que en el mejor de los casos han sido persuadidas para emprender una nueva vida lejos de su hogar de origen. Entre los persuadidos, pero no convencidos, se encuentran los niños, las mujeres que siguen a sus maridos (aunque algunas veces es al revés) y las personas mayores que acuden a la llamada de los hijos, sea para ayudarlos o para ser ayudados. Estos miembros de la familia, que sienten que su opinión no cuenta en este asunto, generalmente tienen más dificultades de adaptación que aquellos que participan activamente en la decisión de emigrar y frecuentemente padecen depresión, ansiedad o muestran algún tipo de somatización.
- Explotación y xenofobia. El racismo y sus diversas formas de manifestación son otras de las principales razones que motivan a los inmigrantes a acudir al Teléfono de la Esperanza. Un estudio de la Fundación de Cajas de Ahorros revela que un 26% de los españoles no se manifiesta dispuesto a que sus hijos compartan el colegio con inmigrantes, y un 43% asegura que la inmigración es un factor que influye en el aumento de la delincuencia. Estos datos dibujan un panorama en el que está claro que no es sencillo abrirse camino para un extranjero, ni que éste pueda mantener sin un cierto esfuerzo una saludable armonía emocional.
Algunos inmigrantes nunca olvidarán el auténtico infierno por el que tienen que pasar para cruzar la frontera e ingresar de forma irregular en España, pasaje durante el cual pueden llegar a ser robados o violados, informan desde El Teléfono de la Esperanza. Ni tampoco las múltiples humillaciones que tienen que soportar de patrones sin escrúpulos que se aprovechan de la precaria situación de algunos de ellos, especialmente de los indocumentados, quienes llegan a padecer tal miedo crónico a ser expulsados del país que se sienten anulados como personas. «Las ofertas de trabajo engañosas o directamente inexistentes son bastante habituales.
«Las ofertas de trabajo engañosas o directamente inexistentes son bastante habituales»
En muchas ocasiones, al inmigrante se le promete que en cuanto llegue va a tener un puesto de trabajo esperándole y, luego, comprueba que esa oferta laboral era falsa. En el caso de las mujeres, en el peor de los casos, el trabajo consiste en la prostitución?, explica Carlos Julio Moya, coordinador de programas del Teléfono de la Esperanza de Madrid. Así es como el sueño inicial de una vida mejor gracias a la emigración se va transformando en una pesadilla en la que el miedo, el sentimiento de culpa y de vergüenza u otros síntomas de estrés postraumático dominan la voluntad del inmigrante. ?Personas que, por ejemplo, nunca ejercerían la prostitución u otros oficios que someten sus valores y su dignidad, terminan sucumbiendo en el país donde emigran, sobre todo, porque en estas circunstancias carecen de la red de ayuda familiar que dispondrían allí y porque llegan a sentir que tienen ya poco que perder. - Separaciones familiares. En las familias transnacionales, con una parte allí y otra aquí a causa de la emigración, se suceden las separaciones y las reagrupaciones de sus miembros, de manera que los vínculos familiares se reestructuran periódicamente. Así, a menudo, los padres tienen que dejar a sus hijos con otro pariente, por ejemplo, una abuela o una tía, que sustituye al cabeza de familia. Estas partidas y reencuentros colocan a todos los miembros de la familia (y sobre todo a los más dependientes) en una situación de pérdida ambigua en la que no existe claridad sobre quién está fuera o dentro del núcleo familiar y acerca de qué función cumple cada miembro. Esto es lo que la psicoterapeuta Pauline Boss llama ?fronteras familiares ambiguas?. Las crisis emocionales y los problemas psicosomáticos surgen, sobre todo, en los periodos de reagrupamiento de la familia debido a la confusión vital a la que se somete a todos sus miembros.Programa ‘Entre Amigos’
En la sociedad actual existen muchas personas que se sienten solas, aisladas, y que reconocen que tienen serios problemas para relacionarse con otros. Por muy diversas circunstancias, hay situaciones en la vida que separan a las personas de sus seres queridos o que les llevan a encerrarse en sí mismos. El Teléfono de la Esperanza no es ajeno a este tipo de situaciones y por eso ha considerado necesario crear un programa, que se llama ‘Entre Amigos’, dirigido a aquellas personas que se sienten solas o incomunicadas y que desean relacionarse e integrarse en grupos de diálogo y convivencia. ‘Entre Amigos’ pretende facilitar el intercambio de experiencias, en el marco de un ambiente acogedor y familiar que sirva de punto de partida para que los participantes puedan establecer un ámbito de encuentro y comunicación.
Con estos objetivos, se invita a todo el que lo desee a participar en unos grupos que se reúnen cada quince días (dos sábados al mes) durante todo el año. En estas reuniones se crea un clima especialmente propicio para el diálogo,
En estas reuniones se crea un clima especialmente propicio para el diálogo
de manera que sea fácil introducir un tema interesante de conversación mientras se comparte un café. La música, el baile y la comida son ingredientes que nunca faltan para crear un ambiente distendido y agradable que facilite la relación entre las personas.En la actualidad, en aquellos centros del Teléfono de la Esperanza en España donde se ha puesto en marcha el programa ‘Entre Amigos’ se constata que entre el 50% y el 60% de los participantes en los grupos son personas inmigrantes que han encontrado allí un ámbito en el que se encuentran a gusto y en el que sienten que pueden comunicarse de verdad.