Garantizar el acceso al agua y al saneamiento
Este mes de marzo, coincidiendo con el Día Mundial del Agua, se ha celebrado en Nueva York (EE. UU.) la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Agua, en la que dirigentes mundiales, organizaciones interesadas y otros participantes se han reunido por primera vez en 46 años con el fin de examinar los avances realizados para garantizar el acceso al agua y al saneamiento para todos y todas, sexto objetivo de desarrollo sostenible (ODS) de la Agenda 2030 acordado internacionalmente.
Sin embargo, los datos nos dibujan una situación difícil y la necesidad de acelerar los procesos para la consecución de dicho objetivo:
- 2.200 millones de personas no tienen acceso seguro a agua potable en el mundo, de entre ellas, 600 millones son niños y niñas.
- Cada año mueren 400.000 niños y niñas menores de cinco años por causas relacionadas con servicios inadecuados de agua y saneamiento.
Triple amenaza de crisis relacionada con el agua
Coincidiendo con la Conferencia Mundial del Agua, UNICEF ha publicado un informe. En él advierte de que una triple amenaza de crisis relacionada con el agua pone en peligro la vida de 190 millones de niños y niñas en África y reclama inversiones urgentes en servicios de agua, saneamiento e higiene.
El informe se refiere a tres crisis acuciantes en diez países de África Occidental y Central: servicios inadecuados de agua y saneamiento, enfermedades relacionadas con la precariedad de estos servicios y el alto riesgo climático.
África se enfrenta a una catástrofe hídrica. En un momento en que las perturbaciones relacionadas con el clima y el agua se están intensificando a nivel mundial, no existe ningún otro lugar del mundo en el que los riesgos sean tan altos para la infancia.
Claves para entender cómo afecta la crisis climática al acceso al agua potable
➡️ Desastres naturales cada vez más frecuentes
Los fenómenos meteorológicos extremos y los cambios en los patrones del ciclo del agua están dificultando el acceso al agua potable, especialmente en las zonas más vulnerables. De hecho, alrededor del 74 % de los desastres naturales que tuvieron lugar entre 2001 y 2018 estuvieron relacionados con el agua, incluidas las sequías e inundaciones, y se espera que la frecuencia e intensidad de tales catástrofes aumenten con el cambio climático.
Estos desastres naturales provocan destrucción y contaminación de los suministros de agua, lo que incrementa el riesgo de enfermedades como el cólera y la fiebre tifoidea, a las que los niños y las niñas son particularmente vulnerables.
➡️ Aumento de las temperaturas
El aumento de las temperaturas relacionado con el cambio climático puede atraer patógenos mortales a las fuentes de agua dulce, lo que convierte al agua en un elemento peligroso para el consumo de las personas.
➡️ Estrés hídrico
El cambio climático exacerba el estrés hídrico (áreas de recursos hídricos extremadamente limitados), lo que lleva a una mayor competencia por el agua, e incluso puede derivar en conflictos armados. Se calcula que hacia el año 2040, casi uno de cada cuatro niños y niñas vivirá en áreas de estrés hídrico extremadamente alto.
➡️ Aumento del nivel del mar
No podemos olvidar, además, que el aumento del nivel del mar está causando que el agua dulce se vuelva salada, comprometiendo los recursos hídricos de los que dependen millones de personas.
Agua segura, accesible y asequible para todas las personas
La disponibilidad de agua no es suficiente, también debe ser segura, accesible y asequible. Esto significa que debe proceder de una fuente fiable, como un pozo, grifo o bomba manual; estar libre de contaminación fecal y química; disponible durante al menos 12 horas al día; y situada en el hogar o a un alcance razonable. En muchos países, niños, niñas y mujeres son quienes se encargan de transportar el agua para toda la familia, una situación que les expone a muchos peligros en materia de seguridad y vulnerabilidad.
Como parte de nuestro mandato de proteger a la infancia, UNICEF es uno de los actores clave a la hora de abordar la seguridad del agua en todo el mundo. Trabajamos en 125 países mano a mano con gobiernos, sociedad civil, sector privado y otras agencias de la ONU y organizaciones internacionales, con el objetivo de establecer sistemas de suministro de agua resilientes y sostenibles que lleguen a los hogares, las escuelas, los centros de salud y los espacios públicos.
Entre 2018 y 2021, llegamos a 69,9 millones de personas con acceso a agua potable y a 59,6 millones con servicios básicos de saneamiento. En el periodo 2022-2025 nuestro objetivo es llegar a otros 50 millones de personas con agua potable segura.
Porque invertir en servicios de agua, saneamiento e higiene resilientes al clima no es solo proteger la salud de la infancia hoy, sino también garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.