El impacto del cambio climático
En Pakistán, las lluvias torrenciales y las inundaciones históricas de este año han causado estragos en gran parte del país. Con alrededor de dos millones de casas dañadas, se estima que medio millón de niños, niñas y sus familias están viviendo en asentamientos.
En algunas zonas de África Occidental, las inundaciones han destruido las cosechas, dejando a las comunidades en una situación de creciente pobreza e inseguridad alimentaria.
Dondequiera que ocurran, las inundaciones pueden aumentar la transmisión de enfermedades virales, especialmente infecciones transmitidas por el agua, como la diarrea y el cólera, y enfermedades de transmisión vectorial, como la fiebre amarilla y el dengue.
Por otro lado, en gran parte de África, particularmente en el Cuerno de África y el Sahel, las comunidades se están preparando para hacer frente a los impactos climáticos directos como la desertificación, el aumento de la sequía, la disminución de los cultivos o la calidad del agua, entre otros. Además, las olas de calor son cada vez más frecuentes, más intensas, más prolongadas y más mortíferas para los niños y niñas, así como para las mujeres embarazadas y lactantes.
El impacto bélico
Pero junto a la crisis climática están los conflictos y otras crisis prolongadas que dejaron a 36,5 millones de niños y niñas desplazados de sus hogares a finales de 2021, el número más alto jamás registrado. Esto incluye a 13,7 millones de niños y niñas refugiados y solicitantes de asilo, y a casi 22,8 millones de desplazados internamente en sus países.
También la escasez de agua y alimentos a raíz de la sequía, las inundaciones y los conflictos hace que casi ocho millones de niños y niñas menores de cinco años en 15 países afectados por crisis corran el riesgo de morir por desnutrición aguda grave, si no reciben alimentos y cuidados terapéuticos inmediatos.
El derecho a la alimentación
Recordemos la definición que el relator especial de las Naciones Unidas hacía sobre el derecho a la alimentación: “Se trata del derecho a tener acceso, de manera regular, permanente y libre, sea directamente, sea mediante compra en dinero, a una alimentación cuantitativa y cualitativamente adecuada y suficiente que corresponda a las tradiciones culturales de la población a que pertenece el consumidor y que garantice una vida psíquica y física, individual y colectiva libre de angustias, satisfactoria y digna”. Pero hoy, los niños y niñas con desnutrición aguda severa tienen hasta 11 veces más riesgo de morir por enfermedades que los bien alimentados.
El problema del agua
Solo en el Cuerno de África, 4,2 millones de niños y niñas se enfrentan a una grave escasez de agua, mientras que más de 7,5 millones de personas han sido desplazadas debido a la sequía.
En Afganistán, las necesidades de agua, saneamiento e higiene están aumentando, mientras asoma la posibilidad de un tercer fenómeno climático ‘La Niña’ consecutivo. El 64 % de los hogares encuestados se ven afectados por la sequía, el 79 % informa de falta de agua y el 51 % de que no tiene acceso a letrinas de calidad.
Los brotes de enfermedades continuaron registrándose a un nivel sin precedentes, con más de dos millones de casos de diarrea notificados. Y se prevé que próximamente casi 20 millones de personas se encuentren en niveles de emergencia de inseguridad alimentaria. Allí, 15 de las 34 provincias del país revelan niveles de desnutrición aguda grave superiores al 3 % y 875.000 niños y niñas menores de cinco años requieren tratamiento para salvar su vida por desnutrición aguda grave.
UNICEF está tomando medidas a la altura del desafío
Ante las crecientes necesidades humanitarias, el coste de la inacción es devastador para los niños y niñas. La estrategia de UNICEF pasa por actuar temprano y a escala, garantizar una respuesta humanitaria basada en el principio de salvar vidas y construir sistemas sostenibles ahora para amortiguar el impacto de las crisis superpuestas actuales y futuras en comunidades ya vulnerables.
Como hemos visto, las necesidades humanitarias de hoy son mayores que nunca. Hoy hay más niños y niñas que necesitan ayuda humanitaria que en ningún otro momento desde la Segunda Guerra Mundial. El mayor empeoramiento se ha producido en los últimos años: desde 2015 hasta ahora se ha triplicado el número de niños, niñas y sus familias que necesitan ayuda humanitaria.
➡️ Financiación de emergencia
UNICEF ha lanzado un llamamiento de financiación de emergencia por valor de 10.300 millones de dólares (9.757 millones de euros) para llegar en 2023 a más de 173 millones de personas, incluidos 110 millones de niños y niñas, afectados por crisis humanitarias, los efectos duraderos de la pandemia de covid-19 en todo el mundo y la creciente amenaza de eventos climáticos severos.
El sobrecargado sistema humanitario actual está luchando por responder a la enorme magnitud de estas crisis. Mientras tanto, la brecha entre la financiación necesaria para responder a las crisis humanitarias y la financiación obtenida es cercana al 60 %.
Por eso, ahora más que nunca, es fundamental que UNICEF y sus aliados cuenten con el apoyo adecuado, en el lugar y el momento adecuados, para que cada niño y niña que vive una situación de emergencia humanitaria tenga la ayuda y la protección que necesita para salvar su vida, donde y cuando lo necesite. Se precisa una financiación oportuna y flexible para salvar vidas hoy, y para anticipar y responder a los riesgos nuevos y emergentes antes de que sea demasiado tarde.