Adoptar animales

Adopción

La adopción es la mejor forma de asegurar un futuro digno para los animales abandonados. Es una alternativa solidaria a la compra de mascotas y, a menudo, la única salida para las decenas de perros y gatos que cada día llegan a las perreras de todo el país. Sin embargo, no es una fórmula muy extendida. Todavía hay demasiadas reticencias a la hora de adoptar un animal abandonado.

Lo importante es no poner condiciones a la hora de adoptar, no ceñirse a una raza o una edad concreta. Es una realidad que la mayoría de las personas prefiere adoptar un cachorro en lugar de un ejemplar adulto, pero las asociaciones que fomentan la adopción de animales abandonados aseguran que acoger a un animal adulto tiene importantes ventajas.

Lo importante es no poner condiciones a la hora de adoptar, no ceñirse a una raza o una edad concreta

Entre otras cosas, se tiene la seguridad de que el animal no va a crecer más, se conoce su carácter, suelen ser más agradecidos y protectores con sus nuevos dueños, se adaptan rápidamente al nuevo hogar y estilo de vida y, por lo general, tienen cierta disciplina, de la que carecen los cachorros más jóvenes. En el caso de los gatos, además de conocer su tamaño definitivo, una ventaja es que son más tranquilos y, por lo tanto, provocan menos destrozos en casa que un gatito.

La Asociación Nacional Amigos de los Animales (ANAA) entrega a los perros y gatos vacunados, desparasitados y esterilizados. Para cubrir parte de estos gastos, sólo se solicitan 65 euros por adopción en concepto de donativo y otros 20 euros, aproximadamente, para efectuar la identificación por microchip y abonar las vacunas contra la rabia.

Acogimiento temporal

Las casas de acogida para animales abandonados son muy importantes. Gracias a esta fórmula, se evita que tengan que permanecer en la perrera a la espera de encontrar una familia con la que convivir. Cuando esto sucede, según la Asociación Protectora de Animales S.O.S. Bilbao, los perros tienen «un gran riesgo de enfermar», sobre todo, los cachorros o los animales convalecientes. Encontrar una casa de acogida puede significar salvar la vida. «Por sus condiciones higiénicas y, en muchos casos, de hacinamiento, las perreras constituyen lugares en los que el riesgo de contagio de enfermedades infecciosas es muy elevado, con lo que la supervivencia de determinados animales es prácticamente imposible», añaden en S.O.S. Bilbao.

Esta asociación trabaja con familias de Bizkaia o alrededores, puesto que los cachorros deben acudir al veterinario para vacunarse y someterse a los reconocimientos habituales. Además, así es más sencillo mostrar los perros o gatos a las futuras familias adoptivas que viven en el entorno. La media de animales entregados por esta asociación cada año alcanza el millar. Para ello, cada día el personal voluntario actualiza el listado de animales en adopción y visita las perreras municipales con las que colaboran desinteresadamente para limpiar las jaulas, alimentar a los animales, llevarles mantas, curarles o sacarles de paseo.

«Las perreras constituyen lugares en los que el riesgo de contagio de enfermedades infecciosas es muy elevado»

El acogimiento siempre es temporal. Los animales permanecen con las familias varias semanas o meses. En algunos casos, los propios voluntarios y voluntarias de cada entidad acogen a los animales en su hogar debido a la saturación de las perreras. El trato que reciben en una casa siempre es más personalizado, lo que permite una mejoría más rápida en caso de padecer alguna enfermedad.

Por otro lado, las familias que acogen suelen tener la oportunidad de elegir el animal que prefieren -un cachorro, un perro grande, un gato…-, si bien tienen que cumplir unas normas:

• Han de ser conscientes de que el perro o gato es responsabilidad de la asociación de animales y, por lo tanto, no pueden negarse a entregarlo en adopción.
• En caso de querer adoptarlo ellas mismas, han de tramitar la gestión lo antes posible para evitar que pueda ser adoptado por otras personas.
• La familia de acogida se encarga de la manutención y desparasitación del animal. Los gastos veterinarios suelen correr a cargo de la asociación.

Otra opción: el apadrinamiento

Imagen: Tobias Toft

El apadrinamiento es una opción para aquellas personas sensibilizadas con el cuidado de los animales, pero que no disponen de tiempo o espacio para acogerles porque ya conviven con algún ejemplar. Mediante esta iniciativa, los padrinos ayudan en la manutención hasta que el animal es adoptado. Para apadrinar es necesario comprometerse con un donativo periódico. Algunas asociaciones no fijan una cantidad determinada, sino que la decide el propio padrino o madrina.

El gasto que genera el cuidado de los animales a cada asociación resulta elevado, por lo que a menudo tienen dificultades para afrontarlo. De esta forma, cuando un animal es apadrinado, los ingresos se destinan a financiar su estancia en una residencia, en el caso de que esté muy enfermo, o a cubrir las necesidades básicas de alimentación y mantenimiento del resto para que todos disfruten de los mismos beneficios.

Los padrinos reciben fotografías e información acerca del estado del animal, aunque también se permiten las visitas

Durante el tiempo que dura el apadrinamiento, los padrinos reciben fotografías e información acerca del estado del animal, aunque también se permiten las visitas. Asimismo, cuando el perro o gato son adoptados, se ofrece la posibilidad de apadrinar a otro animal. La Asociación Nacional Amigos de los Animales (ANAA) recuerda que al adoptar un perro o un gato se salvan dos vidas: «la de tu nuevo amigo y la de otro abandonado que podrá ocupar su lugar en el centro».