Agroecología para la vida

La agroecología trata de cuidar y preservar los recursos naturales y el medio ambiente, al tiempo que garantiza la producción de alimentos sanos, nutritivos, de calidad y accesibles para las personas.

Además, procura rescatar prácticas y conocimientos tradicionales que, en diálogo con otras ciencias (agrícolas, pecuarias, sociales, económicas), incorporan elementos que contribuyen a transformar los sistemas alimentarios y agrícolas para hacerlos más sostenibles. En este sentido, las prácticas agroecológicas pueden contribuir a abordar las causas profundas de problemas urgentes como el cambio climático.

Veamos algunos datos sobre el alcance actual de la agroecología en el mundo. Se estima que, en 2022, el tamaño de mercado de la industria de alimentación ecológica a nivel mundial se aproximó a los 183.400 millones de dólares estadounidenses. Las previsiones apuntan a que este valor, sin embargo, va a seguir creciendo de forma constante en la próxima década hasta situarse en torno a los 547.000 millones en 2032.

Estas mediciones son siempre difíciles de realizar y susceptibles de discusión. Aun así, según datos del sector, se calcula que en 2021 había 76,5 millones de hectáreas dedicadas a la agroecología en el planeta, lo que representa el 1,5 % del total de la tierra agrícola del mundo. Hoy se ha demostrado que la producción agroecológica no tiene límites de escala, con niveles adecuados de productividad sostenible e ingresos.

En línea con los beneficios que aporta la agroecología, la Fundación Alboan desarrolla, junto con sus organizaciones aliadas de la Red Comparte en América Latina, varios proyectos que promueven la producción agroecológica local y el consumo de alimentos saludables para la vida de las personas y de la naturaleza. A través de estos proyectos se potencia el cuidado de la tierra y la preservación de los recursos naturales, al tiempo que se contribuye a una mayor seguridad alimentaria en poblaciones que viven en situación de exclusión y de pobreza.

En la ciudad de Pasto en Colombia, por ejemplo, y como parte del trabajo de la Red Comparte, se ha conformado Enjambre – Comunidad de agroecología y economía solidaria. Esta plataforma agrupa a 13 organizaciones de productores y productoras agroecológicas, varias universidades y otras organizaciones sociales.

A su vez, esta comunidad ha creado la Ecoferia Regional, como parte de un circuito de economía solidaria que está dirigido a fortalecer la producción y la comercialización de los productos agroecológicos, además de concienciar sobre el consumo solidario y el cambio cultural hacia formas de vida más regenerativas.

La Ecoferia Regional pretende aportar a la transición ecológica y social del territorio, a partir de la articulación de actores de la agroecología y la economía solidaria, propiciando la cooperación y el aprendizaje entre ellos, la integración intercultural y buscando, con ello, constituirse en un actor territorial con una propuesta política de agroecología para la vida.