Entrevista

Alberto Soteres, director General de Save the Children en España

Cada año que pasa tenemos más trabajo porque las diferencias entre ricos y pobres siguen creciendo
Por Miren Rodríguez 11 de marzo de 2005
Img 60354 p
Imagen: CONSUMER EROSKI

Economista de profesión y madrileño de 53 años, Alberto Soteres recaló hace una década “casi por casualidad” en una ONG y desde entonces dedica su vida profesional a la gestión en el ámbito de la cooperación y del voluntariado. Los últimos dos años los ha pasado en la dirección general de Save the Children en España, una organización con solera en el mundo -nació en 1919- pero de implantación reciente en nuestro país. Con 14.000 colaboradores, cinco millones de euros anuales de presupuesto y una estrategia de trabajo orientada cada vez más al campo internacional, la salvaguarda y protección de la infancia es su principal objetivo, un cometido para el que, por desgracia, no faltan motivos. “Cada año que pasa tenemos más trabajo porque las diferencias entre ricos y pobres siguen creciendo”, constata Soteres.

¿Cuándo, cómo y por qué se crea Save the Children?

Nace hace 86 años, en 1919 y lo crea una mujer inglesa, de clase burguesa, muy preocupada por el tema de los niños y sobre todo por su situación después de la I Guerra Mundial, momento en el que primaba ayudar principalmente a los huérfanos de guerra.

Con 86 años de vida, Save the Children debe ser una de las ONG más longevas.

Sí, probablemente, yo no me sé muy bien los calendarios de creación de otras ONG, pero sé que somos más antiguos que Oxfam. Posiblemente, quitando Cruz Roja y alguna otra específica yo diría que es una de las ONGs más antiguas que existen en el mundo.

¿Desde cuándo está en España?

Save the Children empieza a funcionar en España en el año 1999, pero no parte de cero. Lo que hace es asociarse con una organización que ya existía en nuestro país desde 1990 llamada Fundación para la Cooperación y la Educación (FUNCOE).

¿En España en qué proyectos centran su trabajo?

Realizamos proyectos destinados a la educación y sensibilización de la sociedad sobre los temas de desarrollo y acerca de la protección y promoción de derechos de la infancia. Se promueven trabajos específicos relacionados con la violencia contra la infancia, maltrato físico, tráfico infantil, abuso sexual, trabajo infantil y otros centrados en ejercer una presión a los gobiernos o autoridades para las modificaciones legislativas, aplicación de derechos, etc. En España se suelen hacer programas con menores de edad y colectivos desfavorecidos, se trabajan en proyectos que en definitiva lo que buscan es la igualdad de oportunidades dentro del país para los más pequeños.

Desde el punto de vista del fomento de los derechos y la defensa de los más pequeños en España, ¿cómo valora la situación de la infancia en nuestro país?

La situación de la infancia en España es muy buena, absolutamente equiparable o similar a la de cualquier otro país desarrollado. Lo que pasa es que nosotros nos centramos precisamente en todos esos colectivos que existen en todos los países y que por alguna circunstancia se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad o de mayor desprotección que la media del país. En España hablamos de menores inmigrantes, de discapacitados y de lo que llamamos menores en situación de riesgo social, es decir, aquellos menores que están bajo tutela judicial o que están en una situación judicial complicada.

¿Estas labores de ayuda las realizan en colaboración con otras instituciones como gobiernos, administraciones??

Sí, nosotros diseñamos los proyectos, y fundamentalmente esos proyectos son financiados por instituciones públicas o privadas. Aunque la financiación venga de los dos sitios, siempre son proyectos que de alguna manera se integran en las políticas o actuaciones de las diferentes administraciones oficiales. Nunca actuamos al margen de las propias administraciones de cada país. Los proyectos de los que he hablado antes se hacen de acuerdo a las políticas educativas y de reinserción tanto del Ministerio de Asuntos Sociales como del Ministerio de Educación y de las diferentes consejerías tanto de Educación como de Bienestar Social de las comunidades autónomas o las concejalías de los diferentes ayuntamientos.

¿Se puede cuantificar el número de niños y jóvenes a los que han podido ayudar durante todos estos años en España?

Es difícil de saber porque los programas son muy variados. Nosotros estimamos que los diferentes programas que en este momento estamos realizando en España repercuten sobre 50.000 niños. Pero a lo largo de los años que llevamos funcionando, y si tenemos en cuenta los programas que se han hecho en diferentes colegios y escuelas, supera el millón los niños que en algún momento han sido beneficiarios de alguno de los programas de Save the Children.

En el caso de su organización, ¿prima más el trabajo de España o tiene más importancia la labor que realizan fuera, en otros países?

En estos momentos el 60% de nuestras actividades o del presupuesto lo empleamos en el programa dentro de España y el 40% en proyectos de cooperación fuera. Esto está cambiando a favor de los programas de cooperación exterior. Hasta ahora, nosotros hemos mantenido la inercia de la organización anterior, de FUNCOE, que casi en un 90% trabajaba en España. Al incorporarnos a la alianza internacional Save the Children, lo que hemos hecho es desarrollar mucho más rápidamente lo que son programas de cooperación, es decir los de fuera de España. La tendencia es que estos programas de cooperación crezcan más porque el campo es mayor, las financiaciones que existen para trabajar fuera son mayores y también es cierto que desde el punto de vista objetivo la necesidad de mejorar la situación real de los niños es mayor fuera que dentro.

Entonces, ¿el número de niños necesitados ha aumentado o disminuido en los últimos años?

Ha aumentado, las necesidades en el mundo van creciendo y lo hacen por dos razones: primero porque la población aumenta fundamentalmente en los países menos desarrollados y porque a pesar de que todos los países se desarrollan económicamente, las desigualdades entre los más ricos y los más pobres se siguen ampliando. Al final nuestra labor es intentar reducir esa diferencia entre la situación entre unos y otros, que cada vez es mayor.

Su organización trabaja específicamente en las consecuencias que causa la guerra en los más pequeños, ¿qué hacen en esos casos para tratar de paliar esos daños?

Nosotros tenemos como una de las líneas principales de nuestra actuación el campo de los niños menores afectados por conflictos armados, y ahí hacemos diferencia entre dos campos: los niños que como consecuencia de un conflicto armado se ven afectados en mayor medida que los mayores. Una de las frases de la fundadora de Save the children era que toda guerra, sea justa o injusta, sea vencedora o perdedora, al final siempre es una guerra contra los niños. Y por otro lado, los niños que se ven implicados como actores de esos conflictos, los niños enrolados en ejércitos oficiales o en guerrillas no oficiales, y esa es una línea específica que trabajamos, la de los niños soldado. En el plan estratégico de toda la alianza a nivel internacional, la principal línea estratégica de actuación de Save the Children de aquí al año 2020 va a ser la educación en situaciones de crisis y específicamente de crisis en situaciones de conflictos armados. Esa va a ser la principal línea de actuación de los 28 países que formamos parte de la alianza.

Además del trabajo con otras delegaciones de Save the Children, ¿trabajan conjuntamente con otras ONG?

Sí, una estrategia internacional de la alianza es colaborar con otras ONG con las que seamos complementarias o tengamos alguna coincidencia. De hecho, son varios los países en los que Save the Children trabaja conjuntamente con Care International o World Vision, UNICEF etc.

¿Cree que esto es positivo?

Creo que es muy positivo, incluso no sólo en ONG complementarias en el tema de la infancia por ejemplo, sino con otras que trabajen otros sectores y que en un momento determinado y en un proyecto concreto puedan resultar complementarias.

¿Cree que el aumento de ONG en los últimos años es un indicador positivo de la capacidad de solidaridad de la sociedad española?

Yo diría que es positivo pero habría que matizar en el sentido de que la sociedad española necesita una planificación o aclaración de lo que es este sector. En mi opinión el tercer sector, el de la ONG, es muy nuevo. En España tiene escasamente 20 años de actualidad y de repente hay un “boom”. Como todo sector nuevo de actividad necesita que se vaya clarificando, hay mucha diversidad y a cualquier cosa se le llama ONG; dentro de esta denominación entran desde fundaciones de tipo cultural, deportivo hasta organizaciones como la nuestra, de cooperación y ayuda al desarrollo. Yo diría que es bueno que haya muchas ONG porque eso significa que son una representación de la sociedad civil que se organiza por otros cauces que no son meramente el de los partidos políticos, y eso es bueno para cualquier sociedad, pero también es bueno que el sector se clarifique.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube