La banca ética gana fuerza como alternativa a la banca convencional, sobre todo, alentada por la crisis, que “ha enseñado el modelo agresivo de beneficios a corto plazo”. Annie Yumi Joh, responsable de Finanzas Éticas de SETEM, cree que la actual coyuntura económica ha puesto en evidencia “el excesivo riesgo que asumían los bancos para obtener el máximo beneficio” y, por ello, defiende la aplicación de criterios sociales en todas las operaciones. Recuerda que la banca ética en nuestro país va lenta, pero segura, y destaca su transparencia frente a la información “parcial y distorsionada” o los “mensajes publicitarios confusos” que se reciben en ocasiones de las entidades financieras. Por ello, anima a los ciudadanos a apostar por un modo de ahorro ético para dar una salida solidaria a los beneficios, velar por el ser humano y por el medio ambiente. “Buscamos a personas que ganen dinero con los intereses, pero quieran recuperar el valor social de éste, más allá del mero lucro”, subraya.
Lo cierto es que no. La crisis financiera puso en evidencia el excesivo riesgo que asumían los bancos para obtener el máximo beneficio y mostró cómo se alejaron de su papel principal: guardar dinero y prestarlo a quienes lo necesitan. La banca ética es una respuesta a las carencias de la banca convencional. Funciona con transparencia, financia proyectos que dan prioridad a las personas y ecología e, incluso, algunos bancos éticos son entidades sin ánimo de lucro.
Hay que determinar el alcance de la aplicación de los criterios sociales. Muchos bancos cuentan con fondos éticos y solidarios, pero no es lo mismo ofrecer un producto aislado, como un fondo ético, que aplicar criterios sociales en todas las operaciones, como hacen los bancos éticos. Tampoco se puede comparar una caja de ahorros con una banca ética, puesto que, si bien las cajas destinan una parte de sus beneficios a fines sociales, esto no siempre significa que sus políticas de inversión sean responsables. Desde SETEM hemos identificado que algunas cajas de ahorros tienen acciones en empresas que fabrican armas.
Más que medir la velocidad, damos importancia a crear un proyecto consolidado, arraigado y promovido por individuos y organizaciones comprometidos. El Proyecto Fiare, que nació en el País Vasco y ahora cuenta con más de 300 organizaciones en siete comunidades autónomas, es un ejemplo de ello.
“La crisis nos ha enseñado que el modelo agresivo de beneficios a corto plazo no es sostenible y nos lleva a un cada vez mayor deterioro social y ambiental”
La crisis nos ha enseñado que el modelo agresivo de beneficios a corto plazo, sin contemplar los impactos sociales y ecológicos, no es sostenible y nos lleva a un cada vez mayor deterioro social y ambiental. Además, nos ha demostrado la importancia de conocer dónde está nuestro dinero y cómo se usa por parte de la entidad financiera. Esta preocupación ha ayudado a que la idea de un ahorro ético y responsable se desarrolle e implante cada vez más.
Las dos opciones más representativas de banca ética en nuestro país son entidades financieras con sede en Holanda e Italia, reguladas por los bancos centrales del país en cuestión: Triodos Bank por el Banco Central Holandés y Fiare, en su condición de agente de Banca Popolare Ética en España, por el Banco de España.
“En general, los ciudadanos reciben de los bancos información parcial y distorsionada, o un exceso de información y mensajes publicitarios confusos”
En general, los ciudadanos reciben información parcial y distorsionada, o un exceso de información y mensajes publicitarios confusos. La desinformación que se genera hace que confundan términos y crean que las cajas de ahorros son iguales que la banca ética. Además, si tenemos en cuenta que la actividad bancaria es muy opaca, resulta muy difícil para la ciudadanía conocer a sus bancos y las actividades que realizan con su dinero. Nuestra labor consiste en investigar las prácticas de los bancos convencionales, informar a los ciudadanos, denunciar los casos de patente carencia de ética o vulneración de Derechos Humanos básicos y promover cambios en los bancos convencionales y opciones alternativas a estos.
Al trabajar con una banca ética, cada cliente tiene la posibilidad de manifestar sus preferencias de inversión, ya sea en proyectos sociales, ecológicos, culturales, etc. La cooperación para el desarrollo es uno de los campos más reclamados para los clientes de la banca ética. Un 36% de los proyectos financiados por Fiare apoyan proyectos solidarios desarrollados entre España y países empobrecidos.
Buscamos a personas que ganen dinero con los intereses, pero quieran recuperar el valor social de éste, más allá del mero lucro. Hace 10 años, pocos consumidores prestaban atención al hecho de que sus prendas deportivas se hubieran fabricado con mano de obra infantil. Hoy en día, como consecuencia del trabajo de grupos sociales e iniciativas como la Campaña Ropa Limpia de SETEM, me atrevería decir que nadie compraría productos si sabe que se han fabricado con mano de obra infantil. De la misma manera, será posible pensar que si la ciudadanía supiera que su dinero se usa para financiar armas, guerras o industrias tóxicas para el medio ambiente, podría presionar a su banco para que deje estas inversiones y/o llevar su dinero a la banca ética para asegurar un uso ético de sus ahorros. En la web de SETEM www.lossecretosdelosbancos.org es posible conocer algunas prácticas de los bancos.
Volvemos a la desinformación y la confusión entre la ciudadanía. Todavía hay una gran confusión al discernir entre qué es una banca ética y cómo se diferencia de una caja de ahorros y su obra social. Pero no podemos olvidarnos de que el sector bancario es muy maduro, marcado por una feroz competencia y, sobre todo, que los medios y recursos económicos y publicitarios de los bancos convencionales superan con enorme diferencia los manejados por un proyecto de banca ética nacida de la ciudadanía, como el Proyecto Fiare.
“No sólo se da salida solidaria a los beneficios, sino que se vela por el ser humano y el medio ambiente en cada préstamo que se otorga”
No sólo se da salida solidaria a los beneficios, sino que se vela por el ser humano y el medio ambiente en cada préstamo que otorga la banca ética, en todo su funcionamiento. La filosofía de aplicar la ética humana en todas las transacciones financieras es la gran diferencia entre la banca ética y la obra social. ¿Será ético obtener dinero al invertir en empresas que financian el conflicto en Darfur y destinar una parte de los beneficios a un fin social o será más ético no invertir en empresas controvertidas y prestar dinero a proyectos que tienen un impacto positivo en las personas y en el planeta? ¿Queremos trabajar con entidades financieras que son cómplices de que los países más pobres pierdan cada año 160.000 millones de dólares por la evasión fiscal o queremos apostar por una banca ética que funciona al margen de esos paraísos fiscales?
“Tener la conciencia tranquila cuando nos vamos a dormir es un valor fundamental al elegir un banco u otro”
Resulta difícil competir con bancos que cuentan con presupuestos astronómicos para sus campañas publicitarias y con mucha presencia a través de sucursales a pie de calle. Según mi experiencia, mucha gente opta por elegir un banco porque “les suena” o se lo han recomendado personas conocidas y familiares, sin plantearse si es coherente con sus principios y valores personales. A su vez, este obstáculo podría ser una ventaja para el movimiento de la banca ética, porque aunque no gastamos dinero en espacios publicitarios en los medios de comunicación, el boca a boca es la publicidad más efectiva y una de las claves del crecimiento de la banca ética. Tener la conciencia tranquila cuando nos vamos a dormir es un valor fundamental al elegir un banco u otro.
En el caso de Fiare, uno de los pilares del proyecto es la participación democrática. Todos los socios, a pesar de la cuantía aportada, tienen voz y voto en la toma de decisiones. Esta estructura jurídica es radicalmente diferente a las sociedades anónimas, que se rigen por otra filosofía: más acciones, más voz. En el caso de Fiare, además de la ciudadanía, el proyecto cuenta en su base social con cooperativas, ONG, entidades de economía solidaria, etc. Se limita a que empresas con ánimo de lucro se asocien para evitar que se desvirtúen los principios del proyecto.
“La fuerza principal es dar un valor social al dinero”
Desde el principio, las iniciativas de banca ética han partido de perspectivas e inquietudes muy variadas y, en la actualidad, se puede decir que ese abanico es cada vez mayor. Podría ser un banco que apuesta más por inversiones “verdes”, como el caso de Triodos Bank, uno que nace desde las organizaciones sociales y cooperativas, como el caso de la Banca Popolare Ética, o incluso uno que no cobra intereses, como el caso de JAK, la banca ética sueca. Sea cual sea el modelo de la banca ética, la fuerza principal es dar un valor social al dinero.
La red BankTrack, compuesta por más de 30 organizaciones internacionales, trabaja para presionar a los bancos para que respeten los Derechos Humanos y la conservación del planeta. Para conseguir esta misión, se realizan estudios e investigaciones muy rigurosas sobre las prácticas de bancos y los impactos en las comunidades de los países pobres. El nivel de conocimiento y la profesionalidad de los miembros de la red hacen que sea un interlocutor válido ante los bancos. Ese diálogo con las entidades es el factor que puede propiciar los cambios que buscamos en el negocio financiero. Unos cambios que, como ha demostrado la actual crisis, no pueden esperar más.