Ricos más ricos, pobres más pobres. Así resume Oxfam Intermón la situación actual, en la que la desigualdad se ha acomodado en un asiento de primera fila. Cada vez los extremos ganan más terreno y dejan pocas opciones a quienes carecen de oportunidades. Si continúa esta tendencia, advierte Oxfam Intermón, en 2016 “el 1% más rico tendrá más del 50% de toda la riqueza del planeta”. Esto es, un 1% tendrá más que el 99%. ¿Por qué pasa esto? ¿Se puede remediar? El siguiente artículo desvela algunas claves.
Desigualdad extrema en el reparto de la riqueza
Muchas personas aspiran a hacerse ricas. Su sueño es ganar dinero porque, dicen, quieren vivir mejor. Sin embargo, la calidad de vida no siempre está unida al dinero, del mismo modo que los lujos no nos hacen más felices. «Los objetos que más nos satisfacen son los cotidianos, como una televisión, una nevera, una lavadora o un horno microondas. Y también las experiencias por encima de las posesiones materiales», asegura el Observatorio de la Felicidad.
La riqueza que en 2014 se concentraba en 80 personas, en 2010 se repartía entre 388
¿De qué sirve entonces la acumulación? El año pasado Oxfam Intermón indicó que las 85 personas más ricas del mundo acumulaban casi la misma riqueza que los 3.500 millones de personas que constituyen la mitad más pobre de la población mundial. Este año la cifra ha descendido a 80 personas. Pero lo llamativo no es esto, sino que en 2010 esa misma riqueza se concentraba en 388 personas. Cada vez los ricos son más ricos y los pobres, más pobres. «Si no se toman medidas para detener el vertiginoso incremento de la desigualdad, el 1% más rico tendrá en 2016 más del 50% de toda la riqueza del planeta, más que el 99% de la población», alerta Oxfam Intermón.
Quienes quieran saber quiénes son las personas más ricas del mundo pueden consultar la lista de millonarios de Forbes, ya que Oxfam se ha basado en ella para calcular el reparto de la riqueza en el planeta. Este se recoge en el informe «Tenerlo todo y querer más«, que denuncia «actividades de lobby dirigidas a favorecer un entorno normativo que proteja y fortalezca aún más» los intereses de las empresas de la élite rica. Estas se agrupan en torno a los sectores farmacéutico-sanitario, financiero y de seguros, donde más han aumentado el número de milmillonarios y «que más invierten en lobby«, destaca el documento. Esta situación favorece que la riqueza de unos y otros crezca a un ritmo diferentes y que, por lo tanto, la brecha profundice. De ahí que exista una desigualdad extrema.
¿Qué ocurre en España? Por detrás de Letonia, España es el segundo país más desigual de Europa y en el que el sistema fiscal «es menos efectivo en la reducción de la desigualdad», determina Oxfam Intermón. Para evidenciar esta afirmación aporta un dato: «El 1% más rico de la población española concentra más riqueza que el 70% más pobre».
Consecuencias de la desigualdad
El informe advierte de un «aumento descontrolado de la desigualdad» que lastra la lucha contra la pobreza en todo el mundo. Y lo que es peor, se pelea por mantenerlo. Cada año se destinan millones de dólares a la protección de los intereses de las citadas empresas: en 2013, el sector financiero dedicó más de 400 millones de dólares a actividades de grupos de presión solo en Estados Unidos y 571 millones de dólares, a las campañas de los partidos; en la Unión Europea, se achaca a los lobistas del sector financiero un gasto de 150 millones de dólares anuales para influir en las instituciones.
Todo esto sucede mientras «una de cada nueve personas carece de alimentos suficientes para comer y más de mil millones aún viven con menos de 1,25 dólares al día», subraya Oxfam Intermón. La desigualdad en el reparto de la riqueza hace que los 70 millones de personas más ricas del planeta estén en condiciones de tener más posesiones que los 7.000 millones restantes, añade la organización. Si bien el informe destaca que los sectores que más contribuyen a la desigualdad son también algunos de los que más colaboran en causas sociales, la proporcionalidad en el desembolso no es igual:
- La crisis del virus del Ébola en África Occidental ha recibido tres millones de dólares entre aportaciones en efectivo y productos médicos de tres empresas farmacéuticas que forman parte de la Federación Internacional de Asociaciones de Industriales farmacéuticos (IFPMA). Pero estas mismas empresas -GSK, Johnson and Johnson y Novartis- invirtieron más de 18 millones de dólares en actividades de lobby en Estados Unidos durante 2013.
Oxfam Intermón insiste en que el propio Fondo Monetario Internacional ha alertado de que la desigualdad extrema «daña el crecimiento económico del conjunto de la sociedad». Sin embargo, las prácticas para mantenerla se perpetúan mediante un «riesgo calculado» de partidas destinadas a grupos de presión, que se espera que se traduzcan «en políticas que reviertan en un entorno empresarial más favorable y rentable, compensando con creces el desembolso realizado».
Para quienes piensen que el sistema actual no se puede cambiar, que es imposible acabar con la desigualdad y que siempre habrá pobres y ricos, Oxfam Intermón apela a un cambio de mentalidad: “El aumento de la desigualdad no es inevitable”. Propone políticas de redistribución y una serie de medidas para que la población mejore su situación:
- 1. Hacer que los gobiernos trabajen para los ciudadanos y hagan frente a la desigualdad extrema.
- 2. Fomentar la igualdad económica y los derechos de las mujeres.
- 3. Pagar a los trabajadores un salario digno y reducir las diferencias con las desorbitadas remuneraciones de los directivos.
- 4. Distribuir la carga fiscal de forma justa y equitativa.
- 5. Subsanar los vacíos legales en la fiscalidad internacional y las deficiencias en su gobernanza.
- 6. Lograr servicios públicos gratuitos universales para todas las personas en 2020.
- 7. Modificar el sistema mundial de investigación y desarrollo (I+D) y de fijación de los precios de los medicamentos para garantizar el acceso de todas las personas a medicamentos adecuados y asequibles.
- 8. Establecer una base de protección social universal.
- 9. Destinar la financiación para el desarrollo a la reducción de la desigualdad y la pobreza y fortalecer el pacto entre la ciudadanía y sus gobiernos.