La mayor parte de las ciudades y pueblos de España no son «amigables» con los mayores, es decir, sus estructuras y servicios no son accesibles e inclusivos para las personas mayores con diversas necesidades y capacidades. Por este motivo, federaciones y asociaciones de jubilados y pensionistas han lanzado un llamamiento a las administraciones públicas para que impulsen la Red Mundial de Ciudades Amigables con las Personas Mayores, de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este llamamiento se enmarca en la celebración del Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional, dentro de la campaña «Doce Causas para 2012», impulsada por el Imserso en colaboración con la Unión Democrática de Pensionistas (UDP).
Para que un municipio pueda formar parte de este proyecto y ser considerado una ciudad amigable con las personas mayores, según los estándares marcados por la OMS, tiene que seguir una metodología en la que grupos de mayores identifican los aspectos positivos y negativos de su ciudad, señaló la UDP. La mayoría de las ciudades de nuestro país incumplen los estándares en aspectos como los espacios al aire libre, el transporte, la participación social, la comunicación e información, o los servicios comunitarios. Solo San Sebastián, Bilbao, Barcelona y Zaragoza están incluidas en la Red Mundial de Ciudades Amigables.
En la gran mayoría de ciudades y pueblos de España «se incumplen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Así, son manifiestas las carencias en cuanto a movilidad y trasporte, tanto peatonal, como transportes públicos. Las aceras estrechas y mal iluminadas, las barras demasiado elevadas de los autobuses y vagones de metro, las malas conexiones en el transporte público de las zonas rurales, son algunos de los incumplimientos más habituales», explicó el presidente nacional de UDP, Luis Martín Pindado.
En opinión de Pindado, «tenemos que ser conscientes de que el envejecimiento de la población, no solo va a cambiar el paisanaje de nuestra sociedad, sino que también cambiará el paisaje». «Desde la responsabilidad que tenemos cada uno: administraciones, asociaciones de mayores, y sociedad en general, debemos trabajar para mejorar y adaptar nuestros entornos a estos cambios sociales», defendió.
La Red Mundial de Ciudades Amigables con las Personas Mayores tiene como objetivos principales aprovechar el potencial de este colectivo en la sociedad e introducir cambios en los municipios para mejorar su calidad de vida. Para lograr estos cambios, las asociaciones de mayores piden, entre otras iniciativas, que se trabaje para ofrecer información «clara y accesible» sobre los servicios de salud y sociales para las personas mayores. Destacan además la necesidad de facilitar el acceso de los mayores a los espacios al aire libre, fomentar su acceso a la cultura y a espectáculos, desarrollar políticas para evitar su aislamiento y prestar especial atención a aquellos que estén en riesgo de exclusión social.