El deporte para discapacitados no goza del mismo reconocimiento que el deporte convencional. Sin embargo, sus defensores le atribuyen un espectáculo casi mayor que éste. Deficientes visuales, amputados, paralíticos cerebrales y parapléjicos son algunos de los colectivos que tienen la oportunidad de demostrar su valía en la pista. Para todos ellos, el deporte no es sólo una manera de desarrollar su movilidad, sino que es una importante puerta de entrada a la integración social y, en ocasiones, el único camino “para aceptar que su vida, al menos en algunos aspectos, ha cambiado”.
Valor añadido para las personas discapacitadas
El deporte tiene beneficios indiscutibles para la salud de cualquier persona. No obstante, en el caso de los discapacitados, aporta otros valores añadidos como son el servir de factor de integración social y ayudar en el proceso de rehabilitación. El secretario de la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC) , José Luis Fernández Coya, reconoce que, en particular para los deficientes visuales, actúa como “un importante elemento integrador”, ya que les permite entrenar, competir y formar parte de clubes deportivos junto a personas videntes. Asimismo, explica que la práctica deportiva aporta mayor movilidad a aquellas personas que han perdido la vista a cierta edad y se encuentran inmersas en un proceso de rehabilitación.
En este sentido, existe un amplio abanico de posibilidades, con deportes adaptados a las posibilidades y situación particular de cada persona. “El deporte es una puerta que devuelve a la sociedad a quien ha sufrido un trauma y se encuentra inmerso en un proceso de aceptar que su vida, al menos en algunos aspectos, ha cambiado. Además, tiene la capacidad de evitar que una persona pierda su forma física debido a la falta de movimiento”, describe el director técnico de la Federación Española de Deportes para Minusválidos Físicos (FEDMF) , Miguel Ángel García. Cuando se practica deporte, se produce un desarrollo muscular que fortalece el cuerpo y mejora la calidad de vida de la persona.
“Promueve la independencia, otorga seguridad, anima a superar limitaciones y desarrolla valores”
Por otro lado, la coordinadora de programas deportivos de la Fundación Deporte y Desafío, Macarena Gómez Pulido, añade que el deporte “promueve la independencia, otorga seguridad, anima a superar limitaciones y desarrolla valores que son imprescindibles para la integración social de las personas”. En su opinión, las personas discapacitadas no tienen ninguna limitación a la hora de practicar deporte, siempre que esté adaptado a su circunstancia personal. Incluso, reconoce que sirve como factor de unión con la familia, ya que es habitual que se practique “con los padres, los hermanos o los primos”.
Los principales inconvenientes se encuentran a la hora de acceder a las instalaciones para practicar deporte. Por lo general, no existen recintos específicos para que las personas discapacitadas practiquen, por lo que los deportistas deben acudir a las mismas instalaciones que el resto de personas que no presentan ninguna discapacidad. Según Luis Fernández Coya, estas instalaciones “no siempre se encuentran accesibles” y, aunque en el caso de la natación no existe mayor problema puesto que las piscinas son iguales para unos y otros, existen disciplinas en las que las dificultades son insalvables. “Los jugadores de fútbol sala, por ejemplo, lo tienen muy difícil para encontrar recintos adecuados donde poder practicar”, precisa.
Reconocimiento y espectáculo
La lista de deportes que pueden practicar las personas discapacitadas es cada vez mayor. Prácticamente, no existe ningún deporte que les esté vetado. Incluso disciplinas como el esquí, la vela o el buceo, que parecen entrañar mayor riesgo, tienen “el mismo riesgo que para el resto de personas”, señala Macarena Gómez Pulido. Cada disciplina cuenta con monitores especialmente preparados para atender a los deportistas y las medidas de seguridad se cuidan al detalle.
En el caso del esquí, es quizás una de las modalidades más espectaculares, practicada por personas ciegas o con poca visión que aprenden a esquiar detrás de alguien que sí ve. Es necesario mantener plena confianza en el guía, en que sabrá dar las explicaciones correctas, y esquiar en perfecta sintonía con él. Cuando las personas tienen resto visual suficiente (no son completamente ciegas) esquían unos metros por detrás del guía, mientras que las parejas en las que también el guía tiene resto visual pueden alcanzar velocidades similares a las de los esquiadores sin ninguna minusvalía.
“Gracias al Plan de Apoyo al Deporte Paralímpico se obtienen unos rendimientos mucho más altos”
El director técnico de la FEDMF, considera que, “conforme la gente vaya conociendo más este deporte, la demanda para verlo será mayor, puesto que el espectáculo está garantizado”. En este sentido, José Luis Fernández Coya augura que esta situación no se dará en todas las disciplinas, como en el fútbol sala para invidentes, puesto que requiere mucho silencio para que los jugadores puedan escuchar los movimientos del balón y “la gente que acude a ver un encuentro lo que quiere es poder gritar para animar a su equipo”. En lo que coincide la mayoría es en que los Juegos Paralímpicos de Barcelona supusieron un punto de inflexión, por lo que aseguran afrontar las paralimpiadas de Pekín en 2008 “con mucha ilusión”.
Hasta entonces, los atletas españoles continúan su preparación, muchos de ellos gracias al Plan de Apoyo al Deporte Objetivo Paralímpico, ADOP. Este Plan se puso en marcha por primera vez en junio de 2005 con el objetivo de “facilitar los medios humanos y materiales necesarios (becas a deportistas y entrenadores, material deportivo, asistencia a competiciones internacionales, etc) para que los atletas paralímpicos puedan desarrollar la práctica deportiva en las mejores condiciones”, señalan desde el Comité Paralímpico Español. El proyecto finalizará, precisamente, en septiembre de 2008, tras los Juegos de Pekín. “Hay deportistas de elite que están becados por el Comité y que obtienen, gracias al programa, unos rendimientos mucho más altos”, subraya Luis Fernández Coya.
Principales disciplinas
Además del esquí, existen multitud de disciplinas que pueden practicar las personas discapacitadas. Algunas coinciden con las que practican el resto de deportistas mientras que otras han sido ideadas específicamente para estos colectivos:
- Ciclismo en tándem. Es un deporte específico para ciegos y deficientes visuales, que tiene prácticamente las mismas reglas que el ciclismo individual. El piloto maneja el manillar y cambia las marchas, mientras que la persona con problemas de visión va detrás.
- Slalom. Es un deporte que se practica en silla de ruedas y obliga a superar una serie de obstáculos en el menor tiempo posible. La prueba consta de dos recorridos: uno que es fijo en todas las competiciones y otro que varía en cada competición.
- Boccia. Se trata de una adaptación de la petanca que juegan los paralíticos cerebrales. En concreto, existen tres categorías para personas que no manejan las manos o lo hacen con mucha dificultad, personas que utilizan las manos o los pies para lanzar las bolas y personas que utilizan sólo las manos.
- Goalball. Está creado especialmente para deportistas ciegos y deficientes visuales. Los jugadores tienen que escuchar atentamente los movimientos del balón para detectar la trayectoria e interceptarlo. Se requiere una gran concentración y silencio.
- Atletismo. En él compiten todos los colectivos discapacitados, lo que le convierte en el deporte que tiene más pruebas y competidores. Se excluyen las pruebas de vallas, obstáculos, lanzamiento de martillo y salto de pértiga. Las personas que son ciegas compiten junto a un guía, con los brazos de ambos unidos con una cuerda. “Las sillas de ruedas y las prótesis que usan los atletas están especialmente diseñadas para la competición, con materiales muy ligeros y alta tecnología aplicada”, explican en el Comité Paralímpico.
- Baloncesto en silla de ruedas. Se juega en una cancha de las mismas características que una cancha olímpica tradicional. Incluso las canastas están a la misma altura.
- Esgrima. Se practica exclusivamente en silla de ruedas, que se encuentra anclada al suelo para permitir un mayor movimiento de los brazos. Es practicada por personas que han sufrido alguna amputación o tienen parálisis cerebral leve.
- Natación. Compiten deportistas ciegos, deficientes visuales, discapacitados intelectuales, minusválidos físicos y paralíticos cerebrales. Los nadadores saltan a la piscina sin ayuda técnica, ni siquiera las personas con alguna amputación tienen permitido nadar con prótesis. Existe señalización auditiva o táctil para personas ciegas y con deficiencias visuales, a las que se da un pequeño golpe en la cabeza con una barra de punta acolchada para avisarles de que han llegado a la pared de la pileta.