Cerca de 6,5 millones de niños en América Latina y el Caribe (el 10%) no están inscritos en los registros civiles de sus países, una «situación que atenta contra el pleno disfrute de sus derechos sociales, económicos, civiles y culturales», según indica el ?Boletín Desafíos Nº13?, publicado por la Comisión Económica de la ONU para América Latina y el Caribe (CEPAL) y UNICEF. Antes esta situación, ambas organizaciones reclaman la meta de cumplir con el registro universal de nacimientos en 2015.
Contar con un registro universal significa inscribir de manera oficial a todos los niños nacidos en el territorio de un país, independiente de su origen étnico, sexo, condición económica, origen geográfico o el estatus migratorio o nacionalidad de sus padres, explica la CEPAL. Según el informe, el conjunto de requisitos solicitados a los progenitores constituye uno de los principales impedimentos para avanzar en esta materia, por ejemplo, que la madre deba estar acompañada por el padre para registrar a su hijo, que los progenitores tengan que presentar su propio certificado de nacimiento o que deban probar la residencia en una determinada ciudad o país.
Los más perjudicados por el incumplimiento del derecho a la identidad y el registro universal son los menores de edad pertenecientes a los sectores más pobres y marginados de la región, como los indígenas, afrodescendientes, migrantes y familias de áreas rurales, zonas remotas o fronterizas.
El estudio de la CEPAL y UNICEF indica que el porcentaje de menores de cinco años en América Latina y el Caribe registrados como nacidos subió del 82% en 2006 al 90% en 2010, lo cual acerca a la región a la meta de cobertura completa en 2015. No obstante, «el incremento del promedio regional esconde enormes disparidades entre estados, provincias, municipios y grupos socioeconómicos dentro de los países», precisa.