¿Qué son los circuitos económicos solidarios?
Los CES son redes de colaboración que conectan a personas productoras y consumidoras bajo principios de justicia social, sostenibilidad y respeto por el entorno. Buscan articular prácticas de economía social ya existentes, fortaleciendo así una economía local basada en la solidaridad, la equidad y el respeto por la diversidad cultural.
En América Latina, los circuitos económicos solidarios se nutren de los valores del Buen Vivir, que promueve una vida en armonía con la naturaleza y la comunidad. En nuestro entorno cercano, existe la propuesta homóloga: los mercados sociales. Funcionan bajo los principios de la economía social y solidaria y son promovidos por REAS (Red de Economías Alternativas y Solidarias).
El Merkatu Soziala de Euskadi es un buen ejemplo de ello. Este mercado cuenta con más de 90 entidades con cientos de productos y servicios diferentes, desde alimentos frescos, a servicios de luz y finanzas, pasando por tiendas de ropa, electricistas, fontaneros, agencias de comunicación, etc.
¿Cómo funcionan?
Los CES se estructuran como espacios de conexión entre personas productoras, consumidoras y otros actores económicos, como cooperativas y redes de apoyo. Lejos de ser una mera red de comercialización, las participantes del circuito se comprometen a consumir todo lo que necesitan dentro del mismo, así como producir todo lo que otras partes pueden necesitar.
El espacio permite el intercambio de bienes y servicios bajo criterios éticos, democráticos y ecológicos. Pero también busca cubrir necesidades básicas de las personas y colectivos involucrados.
¿Por qué es importante?
Estas redes ayudan a potenciar una economía local más sostenible. Aseguran que los recursos económicos permanezcan dentro de las comunidades donde se generan y, además, visibilizan los valores de la equidad de género, la interculturalidad y el respeto por la naturaleza.
Estas redes pueden convertirse en estrategias efectivas para promover la intercooperación entre empresas, organizaciones y personas consumidoras con el fin de construir un mercado social basado en principios éticos y sostenibles.
La Red Enjambre en Nariño y Putumayo (Colombia) es un buen ejemplo de este tipo de redes que aglutina a 13 actores y más de 150 familias en seis municipios con procesos de transición agroecológica. Se trata de una comunidad de agroecología y economía solidaria apoyada, entre otras, por Suyusama, una organización aliada de la Fundación Alboan. Apoyar a este tipo de iniciativas forma parte de la estrategia de acompañamiento para favorecer medios de vida dignos a comunidades que viven en situación de exclusión y pobreza en América Latina.
¿Cómo podemos participar?
Como personas consumidoras, tenemos la posibilidad de apoyar a estos circuitos a través de nuestras decisiones del día a día. Optar por productos locales, de comercio justo y sostenibles es una forma efectiva de contribuir a una economía más solidaria y respetuosa con el entorno.
En resumen, los circuitos económicos solidarios nos invitan a ser parte activa de un modelo de consumo más consciente. Al tomar decisiones de compra más informadas, estamos contribuyendo no solo a nuestro bienestar, sino también a la construcción de un mundo más equitativo y sostenible.