El cohousing o covivienda para personas mayores ya es una realidad en España, pero aún está poco extendida. La Unión Democrática de Pensionistas (UDP) asegura que faltan apoyos a este modelo. Para impulsarlo, en su último informe detalla cómo dos de cada tres mayores lo conocen e, incluso, cuatro de cada diez se lo plantean como alternativa. En este artículo se explica en qué consiste el cohousing para mayores y las particularidades que les reporta.
Cohousing para mayores
El cohousing es una modalidad de vivienda colaborativa, en la que se comparten zonas y servicios con el resto de inquilinos, como atención médica y limpieza, por lo que se reducen costes y se mejora la asistencia. En el caso de las personas mayores, está planteado como urbanizaciones o comunidades de casas independientes y adaptadas, explica la UDP. En estos hogares se alojan personas mayores solas, en pareja o con personas de otras edades, y entre todas hacen frente a los gastos de servicios comunes de limpieza u ocio, entre otros.
La covivienda es la segunda elección de los mayores para vivir durante los últimos años, por detrás de su domicilio
El cohousing apuesta por la autogestión como medio de ahorro y sostenibilidad. Lo habitual es que la vivienda o la comunidad esté compuesta por amigos o personas conocidas que llegan a acuerdos relacionados con el mantenimiento del inmueble o edificio. Por ello se plantea como una alternativa atractiva para las personas mayores, ya que les proporciona compañía, atención y la posibilidad de reducir gastos.
El «Informe Mayores UDP sobre preferencias en las fórmulas de residencia futura en las personas mayores» señala que dos de cada tres mayores (64,6%) han oído hablar o conocen el cohousing, mientras que cuatro de cada diez (41,4%) lo contemplan como alternativa posible, «especialmente si es en su localidad y en la modalidad de derecho de uso». Estos datos resultan muy interesantes, puesto que la covivienda es la segunda elección de las personas mayores para vivir durante los últimos años, por detrás de su domicilio. «Más de la mitad de las personas mayores (53,9%) consideran poco (18,6%) o nada probable (35,3%) ir a vivir a una residencia en el futuro», apunta el estudio; de ahí que sea conveniente tener en cuenta otras opciones.
Se necesitan ayudas al cohousing
Aún hoy, existen pocas experiencias de cohousing en España, sobre todo en lo que se refiere a personas mayores. En este caso, destaca Dinamarca, donde hay 250 coviviendas para este grupo de población, frente a las cinco de España, según datos de UDP. Su presidente, Luis Martín Pindado, estima que para impulsar este modelo «debería articularse una política de cesión de suelos y de ayudas financieras para el desarrollo de estas iniciativas». Esta opinión es compartida por el 87% de las personas mayores encuestadas para la elaboración del informe, que consideraron que la Administración debería ayudar al desarrollo de este tipo de hogares para las personas mayores.
Las personas mayores reclaman ayudas de la Administración para impulsar esta iniciativa en nuestro país
En nuestro país, destaca la experiencia de Trabensol, una cooperativa que desde 2013 ha dotado de un hogar a un grupo de mayores. Entre todos constituyeron una cooperativa para construir 54 apartamentos en Torremocha del Jarama, en Madrid. Las viviendas son bioclimáticas, para respetar el medio ambiente, y la aportación económica de cada persona corresponde a los gastos de los servicios comunes y derivados del mantenimiento.
Se organizan charlas, encuentros, clases de gimnasia y, en definitiva, se apuesta por una vida independiente, en la que siempre se cuenta con el apoyo del resto de personas de la cooperativa. «Una independencia en compañía», señalan desde Trabensol. El cohousing permite, sobre todo, esquivar la soledad en los últimos años de vida, elegir las personas con quienes se quiere compartir el tiempo y el espacio en esta etapa y reducir los gastos, al compartirlos también. Pero hacen falta instrumentos que ayuden a impulsar esta modalidad.