La población envejece mientras el número de nacimientos disminuye. Las personas mayores son cada vez más y las consecuencias de este escenario son varias. Por un lado, el envejecimiento comienza a verse como una carga. Por otro, “predomina un sentimiento de solidaridad y de creación de lugares de encuentro y relación entre generaciones”. Éstas son las principales conclusiones de la última Encuesta Social Europea sobre “La imagen de los mayores en Europa”, que se realiza en 31 países. Este estudio recoge la imagen que proyectan en el continente, pero sobre todo refleja cómo se les ve.
El envejecimiento de la población se considera un desafío que afecta a todos los países. «Es un tema financiero, de cooperación mutua y de intercambio entre generaciones de la misma familia y de la sociedad», señala la citada encuesta. A partir de estos factores, destacan diversos estereotipos negativos, pero también se subrayan los aportes de las personas mayores a la sociedad.
En el primer caso, el 50,8% de los europeos percibe la discriminación por edad como un problema, mientras que en nuestro país la cifra se reduce al 38% de los ciudadanos. Al percibir que cada vez hay más personas mayores, en ocasiones, surgen actitudes negativas por parte de la sociedad hacia ellas. Estos prejuicios pueden afectar a la calidad de vida de los ancianos e incluso «reforzar el estereotipo negativo en los mismos mayores».
Al percibir que cada vez hay más personas mayores, pueden surgir actitudes negativas por parte de la sociedad
En el estudio se destaca la edad como un factor de discriminación respecto a los criterios de selección para optar a un puesto de trabajo. Los ciudadanos europeos consideran que un candidato está en desventaja ante otro si, «con las mismas habilidades y cualificación», su edad es mayor (45%).
Respecto a la «carga» que representan para la sociedad las personas mayores, la respuesta mayoritaria no está de acuerdo con esta afirmación (84,8%), aunque los ciudadanos españoles destacan por una percepción más negativa: un 17,9% está de acuerdo con esta idea (considera que los mayores son una carga), frente al 13,9% de los europeos. Es posible que en este dato influya también el hecho de que jóvenes y mayores tienen dificultades para ponerse de acuerdo sobre qué es mejor para la sociedad -así lo piensa un 65,6%-, a pesar de que más de la mitad no tiene dudas: la ayuda económica de padres y abuelos es importante para los adultos jóvenes que crean su propio hogar y familia.
Prevenir la discriminación
Con la intención de mejorar estas cifras, en 2007 se puso en marcha el programa europeo Progress. Respaldado por el IMSERSO, su objetivo es luchar contra la discriminación. En nuestro país se centra en los colegios, donde se llevan a cabo proyectos de sensibilización respecto a las personas con discapacidad y mayores.
El programa Progress lucha contra la discriminación hacia las personas mayores o con discapacidad
Se parte de la idea de que para evitar la discriminación hay que ponerse en la situación de las otras personas. Así se sabe «cómo sienten, cómo piensan, cuáles son sus necesidades». Se pretende que los pequeños y adolescentes entiendan y desarrollen relaciones positivas y enriquecedoras con las personas mayores o con discapacidad.
Se inculcan principios y valores básicos como la solidaridad, el respeto a las diferencias, el cuidado a sí mismo y a los demás, y el desarrollo de las relaciones intergeneracionales. Se aprovechan las aulas para llevar a cabo diversas actividades trasversales y crear espacios de participación. Se fomentan actitudes positivas hacia las personas con discapacidad y las personas mayores, se sensibiliza a la comunidad educativa y se establecen vías de comunicación entre los Centros de Recuperación de Personas con Discapacidad Física (CRMF) y los colegios. De ahí que hasta el momento el programa se haya implantado en las ciudades donde se localiza un CRMF: Madrid, Lardero (La Rioja), Albacete, Salamanca, San Fernando (Cádiz) y Bergondo (A Coruña).