Las contrapartes son ONG locales de otros países con las que colaboran las organizaciones españolas que desarrollan proyectos fuera de nuestras fronteras. Son imprescindibles porque ponen a disposición de estas entidades sus conocimientos sobre la población local y su infraestructura en el lugar de destino. Gracias a ellas es posible que, en situaciones de emergencia como el terremoto ocurrido en enero en Haití, se llegue pronto a los damnificados y se les preste una ayuda que resulta vital.
Imagen: jon gos
Sin ellas el trabajo de las ONG no sería tan efectivo y, en ocasiones, ni siquiera sería posible. Las contrapartes son una pieza fundamental de la cooperación internacional. Estas organizaciones locales firman acuerdos con ONG de otros países para llevar a cabo proyectos conjuntos en su lugar de origen. La entidad extranjera aporta el capital o buena parte de éste y, en general, una persona se desplaza desde España para coordinar el proyecto o realizar tareas de seguimiento, ya que el socio local se encarga de desarrollar el programa en cuestión.
La presidenta de Fundación Balia, María Entrecanales, recuerda que fue durante un viaje a Ecuador en 2007 cuando se plantearon colaborar con contrapartes. Visitaron el país para instruirse en su cultura y entender los comportamientos de los niños y adultos con quienes trabajaban en España -en ese momento el 40% de los beneficiarios procedían de Ecuador-, «a los cuales a menudo no encontrábamos explicación, como en el caso de los niños que estaban solos en casa durante muchas horas, las jornadas de trabajo duplicadas de los padres o madres que vivían solas con un hijo».
El trabajo con las contrapartes permite conocer otros proyectos de cooperación al desarrollo
El trabajo con las contrapartes les permitió también explorar y conocer otros proyectos de cooperación al desarrollo, además de contribuir a mejorar las condiciones de vida de las personas en el país de origen para minimizar los continuos flujos migratorios hacia España. «Si actuamos en el país de origen y apoyamos a organizaciones que están establecidas y conocen bien las realidades de éste, contribuimos a minimizar situaciones de abandono y de ruptura que provocan la marcha forzosa«, subraya Entrecanales.
Cómo se elige la contraparte
El contacto con la contraparte puede darse por varias vías. Una posibilidad consiste en viajar al país donde se quiere trabajar y analizar los programas que desarrollan las ONG locales, bien para colaborar con ellas o bien para proponerles nuevas ideas o proyectos. Las contrapartes y las organizaciones españolas comparten intereses y finalidades, misión y visión, para potenciar los resultados de la acción conjunta. «En coherencia con nuestra misión, hemos valorado la colaboración con proyectos que se alineen con nuestro objeto social: infancia, jóvenes, familias o igualdad de oportunidades», detalla María Entrecanales.
Respecto a las zonas donde se actúa, ocurre lo mismo. Se elige una región o lugar donde la finalidad de la acción tenga como beneficiarias a las personas a quienes se dirige la ONG en España. Pueden ser zonas con un alto índice de pobreza o de mujeres que requieren microcréditos para poner en marcha sus propios negocios, así como lugares donde la tasa de abandono escolar es elevada.
Colaborar con una contraparte local amplía el impacto de la ayuda. No sólo permite implantar proyectos en un mayor número de países, sino también beneficiar a más personas. ASAD ha conseguido así desarrollar proyectos en lugares tan dispares como Guatemala, Cabo verde, Guinea Bissau, Brasil o Camboya. El hecho de contar con una contraparte aporta un conocimiento mayor de la población beneficiaria porque los miembros de esa entidad conocen a los ciudadanos y saben cuáles son sus necesidades. Aunque la ONG española aporte el capital para implantar un programa, el conocimiento del socio local tiene un valor incalculable.
Intermón Oxfam es otra de las entidades que más colabora con contrapartes. Asegura que se esfuerza por trabajar con ellas y que cuenta “con una gran diversidad de programas y contrapartes asociadas”. Es el caso de Adra, en Angola. Ambas organizaciones trabajan a favor del desarrollo rural y del medio ambiente, “con el objetivo de apoyar el reasentamiento de las familias”. En Tailandia, IO colabora con dos organizaciones y comercializa sus productos en las tiendas de comercio justo que tiene en España.
Otras ONG que destinan parte de sus beneficios a la colaboración con contrapartes son AIMA, centrada en atender sobre todo a niños y mujeres, o Anawim, que proporciona la financiación correspondiente a la contraparte para que ejecute el presupuesto del proyecto común y su realización, “que justifica mediante el envío de las facturas originales a la sede central”.