Pasar de un eje a varios. Un nuevo informe realizado por varias ONG asegura que apostar por un enfoque integral en lugar de hacerlo por un único eje, como hasta ahora, supondría mejores resultados que con los proyectos de cooperación tradicionales. Los ejes estratégicos serían cuatro: nutrición, salud, agua y saneamiento.
Las seis organizaciones internacionales que han tomado parte en el estudio son Acción contra el Hambre, Acción por la Salud Global, End Water Poverty, PATH, Tearfund y WaterAid. Las conclusiones indican que es preferible un enfoque integral para luchar contra el hambre y la pobreza porque la unión, más que nunca, hace la fuerza.
El título del informe es explícito: «Unión y ampliación: cómo la integración puede combatir la pobreza y la enfermedad». Según sus conclusiones, el esfuerzo conjunto en cuestiones de agua y saneamiento, salud, educación, nutrición y seguridad alimentaria aumenta las posibilidades de mejorar la situación de millones de personas que viven en la pobreza.
El futuro de la cooperación, por lo tanto, debería pasar por la inversión en programas integrados, que se asienten en varios ejes. Incluso se apela a Naciones Unidas para que tenga en cuenta estas pruebas y utilice su influencia «para impulsar a la comunidad internacional a emular estos éxitos».
El círculo de la pobreza
A menudo, cuando una persona no gana lo suficiente para mantenerse o mantener a su familia se enfrenta a otras precariedades relacionadas con la escasez de ingresos. Es el denominado círculo de la pobreza. No tener dinero implica, en general, no poder adquirir alimentos ni acceder a servicios básicos como sanidad o saneamiento y, en el caso de los niños, tener que abandonar la escuela para ayudar a mejorar la economía familiar.
Este informe pone de manifiesto la necesidad de actuar en varios frentes, desde un mismo origen, para que se consigan soluciones de manera coordinada. «Combinar y coordinar los servicios no solo es de sentido común, sino que tiene todo el sentido desde el punto de vista económico y, lo más importante, tiene un gran impacto para quienes más necesitan estos servicios básicos», subraya el director técnico de Acción contra el Hambre, Amador Gómez.
Recomendaciones a las instituciones
Puesto que se requiere la implicación de las instituciones para superar las crisis que afectan a varios países en la actualidad, en el informe se traslada a estas varias recomendaciones para que tengan en cuenta. Entre estas, destaca el compromiso de recursos financieros, el trabajo con las comunidades beneficiarias, la incorporación de experiencias y conocimientos, financiar proyectos con enfoques integrados y facilitar una financiación flexible para los países que apoyen las prioridades nacionales y los programas integrados.
En el estudio, la tesis defendida se ejemplifica en 17 casos prácticos, correspondientes a otros tantos países en desarrollo donde se han unificado esfuerzos en la lucha contra la pobreza, la enfermedad y la desnutrición. Algunos de los países que lo han conseguido son:
- Filipinas. Un programa de promoción de lavado de manos y de higiene bucal en las escuelas primarias ha ayudado a reducir en un 30% el absentismo escolar y en un 20% el número de niños con bajo peso.
- Perú. La desnutrición crónica infantil se ha reducido un 5% entre los niños menores de tres años en un programa de mejoras en agua y saneamiento, cuidados sanitarios madre-hijo y educación nutricional.
- Nepal. Un programa de formación de profesionales sanitarios en educación para la salud ha establecido un sistema nacional de vigilancia de la calidad del agua.
- Kenia. El control de la diarrea en niños ha permitido informar a la población acerca de esta enfermedad, su prevención y tratamiento.
- Zimbabwe. Se ha desarrollado una iniciativa contra el hambre, la enfermedad y la pobreza mediante un programa integrado de agua limpia, mejora de la nutrición y de los ingresos.
- Uganda. Se ha mejorado la calidad de vida de personas con vih mediante la provisión de agua potable y la transmisión de prácticas sanitarias y de higiene.
- Camboya. Los ministerios de Salud y Educación, en colaboración con varias ONG, han habilitado un programa que combina el trabajo en cuestiones de agua, saneamiento, higiene y educación, cuyo objetivo es reducir las infecciones intestinales, entre otras.