Casi 8 de cada 10 españoles (78%) conoce alguna organización que presta ayuda humanitaria en terreno. Al menos, son capaces de nombrarla y definir los principios generales por los que se rige. No logra el mismo porcentaje la ayuda prestada por la Unión Europea. En el ámbito de la cooperación, se tiene un mayor conocimiento del trabajo de las ONG que de la Oficina de Ayuda Humanitaria. Apenas un 15% de los ciudadanos europeos sabe que la UE destina recursos económicos a este ámbito. Sin embargo, la mayoría coincide en que es imprescindible conocer el trabajo que desempeña esta institución.
La ayuda humanitaria beneficia a las personas más necesitadas. Quienes son víctimas de terremotos, inundaciones u otros desastres naturales cuentan con fondos procedentes de la generosidad de ONG y diversos países. ¿Pero cuánto saben los ciudadanos del modo de actuación en estas situaciones de emergencia?
Eurostat ha medido el conocimiento que tienen acerca de este tema y los resultados han sido variados. Mientras el 85% de los ciudadanos europeos (el 78% de los españoles) es capaz de nombrar algunas organizaciones que prestan ayuda humanitaria, sólo el 9% (7% en España) reconoce el papel que desempeña en este ámbito la Unión Europea.
La UE cuenta con fondos y programas específicos para prestar una ayuda rápida y eficaz en las zonas donde se registra una catástrofe natural u otro conflicto. Personal propio de los diferentes organismos está desplazado en zonas de inestabilidad o en áreas de crisis olvidadas. Estas tareas se gestionan desde la Oficina de Ayuda Humanitaria (ECHO).
Menos de la mitad de los ciudadanos de la UE conoce la actuación de la Oficina de Ayuda Humanitaria (ECHO)
Sin embargo, ni siquiera la mitad de los ciudadanos (43% de los europeos y 45% de los españoles) conocen este organismo. Son las personas mayores de 20 años que todavía estudian quienes más saben de su funcionamiento, si bien sólo un 2% dice estar muy informado y un 16%, bastante informado. No está muy o nada informado el 81% de la población de los europeos encuestados, pero el 38% considera que estarlo es muy importante y el 48% cree que es bastante importante.
El presupuesto medio de la ECHO asciende a 700 millones de euros, que destina a «salvar y conservar vidas, reducir el sufrimiento y proteger la integridad y la dignidad de los afectados». Este objetivo se consigue a través de diversas acciones y la entrega de material de emergencia, como tiendas de campaña, mantas, alimentos, medicamentos, equipos médicos, sistemas de depuración de agua y combustible.
Socios humanitarios
La UE colabora también con ayudas económicas para contar con más personal médico, expertos en eliminación de minas, apoyo logístico y transporte. Para llevar a cabo todas estas labores, cuenta con socios humanitarios: ONG, organismos especializados de la ONU y la Cruz Roja Internacional. Esta última organización es la más conocida y la más nombrada en la encuesta de Eurostat, seguida de UNICEF.
La labor de los socios es fundamental, ya que llegan a zonas a las que se impide el paso de la ONU o de la propia Cruz Roja. La UE asegura que en regiones donde sólo se permite la ayuda de las ONG, éstas «llevan a cabo una labor esencial». Cuando las crisis son complejas o afectan a zonas muy extensas, «con desplazamientos de población a gran escala, sólo los grandes organismos de la ONU, como el Programa Mundial de Alimentos o el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), tienen la capacidad de suministrar ayuda a todas las víctimas», agrega. Por ello es fundamental la colaboración ciudadana con estas entidades, ya sea como voluntarios o a través de donaciones.
De acuerdo a la normativa establecida por la UE, la ayuda humanitaria se destina sobre todo a las poblaciones de los países en vías de desarrollo. Comprende tanto las acciones de auxilio inmediato como las tareas de prevención de catástrofes y de reconstrucción. Se entiende que esta ayuda se presta hasta que la situación vuelve a la normalidad o la población es capaz de mantenerse en condiciones adecuadas sin ayuda externa, aunque los objetivos principales se plantean a corto plazo y son, según la UE:
- Salvar vidas humanas.
- Suministrar asistencia y socorro a las poblaciones afectadas por crisis más prolongadas.
- Ejecutar trabajos de rehabilitación y de reconstrucción a corto plazo tras una emergencia.
- Hacer frente a las consecuencias de los desplazamientos de poblaciones.
- Garantizar una preparación ante posibles riesgos y utilizar un sistema de alerta rápida y de intervención adecuada.
La AECID, por su parte, entiende que el principio fundamental de la acción humanitaria es prevenir y aliviar el sufrimiento de las víctimas de desastres de cualquier tipo, satisfacer sus necesidades básicas, restablecer sus derechos y garantizar su protección bajo los principios de imparcialidad, neutralidad y no discriminación.
Los ciudadanos que quieran implicarse de forma directa en la prestación de ayuda humanitaria, pueden colaborar como voluntarios en las organizaciones que se centran en este ámbito. Entre otras, es posible colaborar con:
- Cruz Roja. Cuenta con un programa de ayuda humanitaria para asistir a la población de terceros países que es víctima de catástrofes naturales o humanas. Por ello, busca voluntarios “polivalentes en la acción”, con capacitación adecuada y que cumplan los perfiles y requisitos necesarios.
- Salvamento, Ayuda y Rescate Español (SAR-España). Se centra en actividades de salvamento, ayuda, rescate y primera atención sanitaria tras una catástrofe. Trabaja en todo el mundo a través del apoyo a instituciones públicas o privadas, durante las primeras horas de un suceso.
- Fundación World Vision International España. Colabora con las víctimas de emergencias. En Indonesia, tras la reciente erupción del volcán del Monte Merapi y el terremoto registrado en las islas occidentales, los equipos de ayuda han llegado hasta los afectados, entre quienes han distribuido 15.000 máscaras “para evitar que aumenten los problemas respiratorios” y utensilios de primera necesidad (mantas, jabón y pañales).