Este programa de estrategia deportiva no solo busca lo evidente, como unir a las personas y fortalecer a las comunidades, aumentando el número de actividades deportivas y enfocando el deporte para la protección, buscando el bienestar psicológico e integrando a grupos marginados como mujeres y niñas o personas con discapacidad. También busca atraer la mayor cantidad de miradas, y concienciar sobre la situación de las personas refugiadas a través de grandes eventos deportivos, así como la asociación con el sector con fines de lucro y el sector privado para recaudar fondos.
Unificando estos dos conceptos, tenemos al equipo olímpico y paralímpico de deportistas refugiados.
Equipo olímpico de deportistas refugiados: 36 atletas de 11 países
Después del éxito en los juegos olímpicos de Río y Tokio, ACNUR, junto con el Comité Olímpico Internacional (COI), trabajan para garantizar el desarrollo del potencial de las personas refugiadas con talento deportivo de élite, y para que tengan la oportunidad de formarse y competir al más alto nivel.
En la presentación del equipo, Thomas Bach, presidente del COI, dijo que «son un enriquecimiento para nuestra comunidad olímpica y para nuestras sociedades. Con su participación en los Juegos Olímpicos, demostrarán el potencial humano de resiliencia y excelencia”.
La selección de estos atletas se realizó a través del Programa de Becas para Atletas Refugiados, financiado por el programa de Solidaridad Olímpica del COI y gestionado por la Fundación Olímpica para los Refugiados.
Por primera vez, este año el equipo de deportistas refugiados contará con un emblema que unificará a los 120 millones de personas desplazadas, dando una identidad única y buscando transmitir las vivencias de estas personas a través de su diseño.
“Este emblema nos une a todos. Nos une nuestra experiencia; aunque todos y todas somos diferentes, hemos recorrido un largo camino para llegar hasta donde estamos. Las y los atletas no representan a un país específico, representan al Equipo Olímpico de Refugiados; tener nuestro propio emblema crea un sentido de pertenencia y nos permite representar también a la población de más de 100 millones de personas que comparten esta misma experiencia”, dijo Masomah Ali Zada, quien compitió en el Equipo Olímpico de Refugiados en Tokio 2020 y ahora es la jefa de misión del Equipo Olímpico de Refugiados.
Transformado vidas
El deporte ofrece un respiro a las personas refugiadas, hace que se olviden de sus preocupaciones, les ofrece un entorno seguro y crea lazos y familia alrededor de la práctica deportiva.
Para el público que los ve desde casa es un recordatorio de la resiliencia, el coraje y las esperanzas que tienen estas personas que han sido arrancadas de sus vidas y sus hogares. Nos muestran cómo el ser humano es capaz de hacer frente a la adversidad extrema.
En 2017 se creó la Fundación Olímpica para los Refugiados (ORF) para desarrollar el compromiso de apoyar a las personas refugiadas y desplazadas por parte del COI. Además de apoyar a las y los deportistas de élite, también busca ofrecer acceso al deporte seguro a todas las personas obligadas a desplazarse, para que puedan disfrutar de los beneficios del deporte estén donde estén. Desde su creación se ha dado acceso a casi 400.000 jóvenes a un deporte seguro.
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Visibilizando a las personas refugiadas
Dos proyectos de la mano del FC Barcelona y Brooklyn Fitboxing ayudan a dar visibilidad de la situación de las personas refugiadas y a promover el deporte en los campos de población refugiada.
Por un lado, el FC Barcelona firmó una alianza que durará 4 temporadas, en las que el equipo azulgrana lleva el logotipo de ACNUR en el dorso de las camisetas. Los objetivos principales son dar a conocer la causa de las personas refugiadas y apoyar proyectos que mejoren la vida de los niños, niñas y personas jóvenes refugiadas a través del deporte, como herramienta de cohesión social entre ellas y la población de acogida.
Por otro, la fundación Hit4Change de Brooklyn Fitboxing donará mensualmente el 1 % de su facturación de los más de 200 gimnasios de la cadena para financiar los proyectos de ACNUR bajo el enfoque de “Deporte para la Protección” que busca aumentar la inclusión y cohesión social, así como mejorar el bienestar psicosocial a través de actividades deportivas divertidas, seguras y estructuradas.
