El trabajo infantil es una realidad. Pero tan dura como esta circunstancia, o más, hay otra que supera cualquier límite: la esclavitud. Más de 200 millones de niños -unos 400 millones según Misiones Salesianas-, el grupo más vulnerable y con menos capacidad para defender sus derechos, se enfrentan a situaciones de trabajo infantil o esclavitud y se ven obligados a trabajar para subsistir, ayudar a sus familias o pagar deudas, entre otros motivos. En el Día contra la Esclavitud Infantil se apela de nuevo a la sensibilización de los ciudadanos y se recuerda que, en un escenario de crisis económica mundial, los más débiles son una vez más quienes se llevan la peor parte.
En el mundo, millones de niños viven en situación de esclavitud, según datos de organismos y organizaciones internacionales encargados de velar por los menores. Con motivo del Día contra la Esclavitud Infantil, Misiones Salesianas recuerda que la explotación infantil es todavía hoy una realidad, causa y consecuencia de la pobreza. Por este motivo, aboga por luchar contra la pobreza infantil porque, asegura, «supone luchar por la erradicación de la explotación de los niños».
En Colombia hay 10.000 menores que trabajan en las minas y en Ecuador, 367.000 esclavos domésticos o prostituidos
En Colombia, 10.000 menores trabajan en las minas de esmeralda. En Ecuador, hay 367.000 niños esclavos domésticos o prostituidos. El 38% de los menores en Perú sufren esclavitud en las minas de Suyo. Son algunos de los casos de esclavitud infantil registrados, señala Misiones Salesianas. Esta entidad trabaja en favor de los más pequeños en 131 países de todo el mundo. Para ello, cuenta con centros de educación, casas de acogida, centros de día para niños de la calle o centros juveniles.
En India, la entidad dispone de centros cercanos a los «campos de ladrillos», donde trabajan cientos de niños. En estos centros, los menores «encuentran un espacio seguro y relajado para descansar. Se les ofrece comida, clases de alfabetización y cursos de formación técnica», destaca la organización.
El Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), destaca que la esclavitud supone trabajar «en sus formas más extremas» y abarca tanto a niños como adolescentes. Estos son «separados de sus familias, expuestos a graves riesgos y enfermedades y/o abandonados a valerse por sí mismos en las calles de las grandes ciudades, a menudo a muy temprana edad». Otras veces, las propias familias les entregan a personas con poder, a cambio de recibir educación y un futuro digno que nunca llega.
Trabajos en condiciones de esclavitud
Según la OIT, el hecho de que se considere a un menor trabajador o esclavo depende de su edad, del tipo de trabajo, las horas que invierte en él y las condiciones en que lo realiza. Entre los trabajos relacionados con la esclavitud destacan el empleo en minas, en canteras de piedras y, sobre todo en los últimos años, el trabajo doméstico. Ayudemos a un Niño denunció hace algunos años este último caso, desarrollado en su mayoría por niñas, a quienes se explota sin ni siquiera recibir un salario a cambio.
Se estima que 115 millones de niños realizan trabajos peligrosos
El informe «Niños en trabajos peligrosos. Lo que sabemos, lo que debemos hacer«, de la OIT, destaca que estos menores «constituyen la mayoría silenciosa» en el ámbito del trabajo infantil, eclipsados por «los niños soldados o los niños víctimas de trata». Estos pequeños conformarían un grupo de 115 millones, tras incrementarse un 20% el trabajo infantil peligroso entre los adolescentes.
Se considera que un trabajo es peligroso cuando arriesga el desarrollo físico, mental o moral del niño, tanto por su naturaleza como por las condiciones en las que se efectúa. Estos empleos suponen abusos; se realizan bajo tierra, bajo el agua, en alturas peligrosas o en espacios cerrados; con maquinaria, equipos y herramientas peligrosos, o mediante la manipulación o el transporte manual de cargas pesadas, se desarrollan en un medio insalubre; o bien implican horarios prolongados o nocturnos, así como permanecer de manera injustificada en los locales del empleador.
Luchar contra la esclavitud infantil
Son varias las organizaciones que luchan contra el trabajo infantil en general, y la esclavitud en particular. Además de las citadas, la ONG Plan realiza diversos programas en este sentido. Uno de sus frentes destacados es el registro infantil, para garantizar que todos los niños cuentan con un certificado de nacimiento, ya que no tenerlo favorece la esclavitud, puesto que son niños que no existen.
No figurar en un registro implica ser invisible y aumenta la probabilidad de ser víctima del tráfico de niños, de la explotación laboral y sexual. La campaña Cada niño y niña cuenta, de Plan, apuesta por conseguir el registro infantil universal «para que los niños estén más protegidos ante esta y otras formas de abuso». Hasta el momento, la campaña ha registrado a 40 millones de personas en todo el mundo.
El Artículo 3 del Convenio núm. 182 de la OIT define las cuatro peores formas de trabajo infantil:
- Todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como la venta y la trata de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados.
- La utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas.
- La utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, en particular, la producción y el tráfico de estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes.
- El trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños.