El Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza no se celebra. Es imposible hacer un brindis por los más de mil millones de personas que, en todo el mundo, pasan hambre, carecen de ingresos, atención sanitaria, un hogar, no estudian ni trabajan o lo hacen pero, aún así, están por debajo del umbral de pobreza. Esta es una jornada para llamar la atención, para reclamar ayuda y para ofrecerla. “Trabajar juntos por un mundo sin discriminación” es el lema elegido para este año.
Juntos contra la pobreza
La pobreza nos atañe a todas las personas. Es universal. La línea que marcaba el inicio de la nada se ha difuminado, está cada vez más rota. Por eso en el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza se pide unidad. El tema es «Trabajar juntos por un mundo sin discriminación: aprovechar la experiencia y los conocimientos de las personas que viven en la pobreza extrema». Se aboga por la fuerza, la de todas las personas de todo el mundo, para salir de la situación de crisis que se ha colado en todos los resquicios de una sociedad que se creía a salvo.
El tema elegido para este año aboga por trabajar juntos a favor de un mundo sin discriminación
La crisis económica es global y la pobreza, también. Las desigualdades se han agravado debido a los ajustes en el gasto y a un reparto de la riqueza poco o nada equitativo. Si bien la producción está en manos de todas las personas, tan solo una pequeña parte disfruta de las ganancias. «No es posible el control de la pobreza sin abordar el control de la riqueza», señala el manifiesto de Pobreza Cero con motivo de este día.
El lema elegido por esta campaña es «Contra la riqueza que empobrece, actúa». Su objetivo es recordar que 2015 es el año fijado para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y que aún se está lejos de conseguirlos, por lo que insta a la movilización de la ciudadanía en distintos actos.
Desempleo, precariedad, exclusión o discriminación son algunas consecuencias de la crisis, que ha multiplicado las peticiones de ayuda y que exige un cambio estructural para lograr avances. Entre los distintos países, pero también dentro de ellos, las desigualdades han alcanzado cotas muy elevadas y podrían ir a más si no se frena su expansión. Solo en Europa, el riesgo de pobreza y exclusión social afecta al 24,2% de la población, estima Pobreza Cero. En todo el mundo, más de la mitad de la población ingresa menos de dos dólares por día y más de 1.300 millones de personas «intentan sobrevivir con un dólar al día», señala esta campaña.
Un nuevo grupo: los trabajadores pobres
A menudo, se piensa que un empleo es la solución a la falta de ingresos. Pero aunque es verdad que es un modo de paliar la escasez, no implica necesariamente salir de la situación de pobreza. Un informe de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) sobre la crisis económica desvela la detección de una nueva figura: los trabajadores pobres, «personas que trabajan, pero que tienen que luchar para llegar a fin de mes». La pobreza ya no es algo que se ve en televisión, sino en las ciudades, en los barrios, en la comunidad de vecinos, en la familia o en primera persona.
En la Unión Europea, el 8% de los trabajadores vive por debajo del nivel de pobreza
«Hoy, tener un trabajo estable y un sueldo tampoco es garantía de no sufrir exclusión social», remarca Cruz Roja. Según sus datos, en la Unión Europea, el 8% de los trabajadores vive por debajo del nivel de pobreza y esta, según el grado, implica marginación. Por ello es objetivo de esta jornada «concienciar al mundo sobre la necesidad de erradicar la pobreza y la indigencia en todos los países», recuerda Naciones Unidas.
La Memoria 2012 de Cáritas y el VIII informe del Observatorio de la Realidad Social (ORS) revela «un creciente empobrecimiento de la sociedad y el aumento del riesgo de fractura social». Según afirma Cáritas, «crece la espiral de la escasez y el espacio de la vulnerabilidad». De hecho, los mayores esfuerzos de esta organización durante el pasado año se dedicaron a programas de empleo e inserción laboral, con un total de 25 millones de euros invertidos.
Cómo ayudan las ONG para frenar la pobreza
El citado informe saca a la luz que «el impacto humanitario podría sentirse durante las próximas décadas». Un total de 42 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja han respondido a una encuesta que concluye con un dato impactante: millones de personas se han sumido en la pobreza en los últimos años y, «a pesar del repunte de la economía en algunos países, mucha gente sigue sufriendo».
Lo más dramático es que todo se puede perder en un momento, pero regresar a la situación de partida, según Cruz Roja, restablecer los medios de subsistencia puede llevar años. Hay muchos tipos de pobreza. Esta no solo implica pérdida del trabajo, de un hogar o de una seguridad, sino también pérdida de identidad, una crisis personal que sume a quienes la padecen en una espiral profunda. En este contexto, las ONG ayudan sobre todo en cuatro frentes:
Alimentación. Comer es básico para sobrevivir. Sin embargo, cada vez más personas no tienen con qué alimentarse o dar de comer a sus familias. En los tres últimos años, Cruz Roja ha registrado un incremento del 75% en el número de personas que reciben ayuda alimentaria en 22 países europeos. En España, a través del Plan de Alimentos 2013, ha distribuido ya 11 millones de kilos y litros de alimentos y ha iniciado la segunda fase del Plan, que pretende entregar ocho millones más. En total, repartirá 40 millones de kilos entre las personas más vulnerables.
Salud. Prosalus y Cruz Roja recuerdan la urgencia de defender el derecho humano a la salud «desde un enfoque integral, preventivo y de promoción de la salud». A través del proyecto «El viaje de Allikay», ambas entidades llevan a cabo un proyecto de sensibilización y educación para el desarrollo. Desde Cruz Roja y la Media Luna Roja, además, se señala que cada vez más personas acuden a sus clínicas y centros «para pedir tratamiento, ayuda financiera para comprar medicamentos o que se les eche una mano para rellenar formularios de solicitud de prestaciones».
Empleo. Ayudar en la búsqueda de un empleo o mejorar la formación para conseguirlo son otras necesidades que han emergido con la pobreza. Distintas organizaciones cubren ambos aspectos, a la vez que alcanzan acuerdos con algunas empresas para mejorar las posibilidades de acceso a un puesto de trabajo por parte de los principales grupos de riesgo, como los jóvenes, las mujeres, las personas mayores de 50 años o las paradas de larga duración.
Apoyo económico. Ciertas ONG han incluido en sus programas de atención ayudas económicas. En momentos puntuales, colaboran con las familias para afrontar el gasto de facturas e imprevistos a los que, de otro modo, no podrían hacer frente. En ningún caso las ayudas son continuas, sino que se limitan a momentos concretos de necesidad.