El 6 de febrero se celebra el Día Mundial contra la Mutilación Genital Femenina (MGF). Esta práctica se concentra sobre todo en países de África y Oriente Medio; en Europa, la cifra ronda el medio millón, según datos del Parlamento Europeo; y en España, casi 17.000 niñas corren el riesgo de ser víctimas de la MGF, según la Fundación Wassu-UAB. Esta fecha se conmemora cada año con el objetivo de pedir tolerancia cero hacia esta intervención que, además de poner en peligro la salud de las pequeñas, supone una vulneración de sus derechos. En este artículo se ponen de manifiesto las causas, mitos y daños para la salud que ocasiona la mutilación genital femenina y muestra la labor de algunas organizaciones que trabajan por su erradicación.
La MGF viola los derechos humanos
Cada año cerca de 3,3 millones de niñas corren el riesgo de ser víctimas de la MGF
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que un total de 140 millones de mujeres y niñas en el mundo han sufrido mutilación genital femenina y cada año cerca de 3,3 millones de pequeñas corren el riesgo de ser víctimas de la MGF, también llamada ablación genital femenina o circunsición femenina.
En España casi 17.000 niñas corren el riesgo de ser víctimas de la MGF, según la Fundación Wassu-UAB. Aunque en nuestro país no es legal, las familias residentes viajan a sus países de procedencia para practicarla, como ocurrió el pasado verano cuando cuatro hermanas, menores de edad y vecinas del País Vasco, habían sido víctimas de la ablación en un viaje que realizaron a Malí con sus abuelos, país de origen de sus padres.
Mujeres y niñas entre la lactancia y los 15 años sufren mutilación total o parcial de sus órganos genitales
La MGF es reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos de las mujeres y las pequeñas que sufren la mutilación total o parcial de sus órganos genitales entre la lactancia y los 15 años. Esta práctica refleja una desigualdad entre los sexos muy arraigada y constituye una forma extrema de discriminación de la mujer. Asimismo, viola los derechos a la salud, la seguridad y la integridad física, el derecho a no ser sometido a torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes, además del derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte.
El 20 de diciembre de 2012 la Asamblea General de las Naciones Unidas prohibió la MGF. La resolución fue adoptada por unanimidad de los 194 países miembros de la ONU, aunque muchos países que la votaron siguen permitiéndola. En 2015 Nigeria y Gambia han prohibido esta práctica. Aun así, todavía son muchos los que se niegan a terminar con esta tradición, como Sierra Leona, donde se estima que el 88% de las mujeres han sufrido MGF y donde su ministro de Asuntos Sociales, Género e Infancia, Moijua Kaikai, declaró que no se podía prohibir porque es parte de la cultura del país. En Somalia se practica la ablación al 95% de las niñas entre 4 y 11 años, condicionando su salud y su vida sexual durante toda su existencia. Parece ser que Ghana es el único país donde en realidad se implementa esta ley y se han conseguido grandes avances en la lucha contra la MGF.
Las causas y los mitos que sustentan la MGF
Las familias, las comunidades y las culturas en las cuales se realiza la mutilación genital femenina tienen diferentes razones para hacerla. Una motivación principal es que se cree que la práctica garantiza que la niña acate normas sociales clave, como las relacionadas con la restricción de la actividad sexual, la feminidad, la respetabilidad y la madurez.
La MGF se considera parte necesaria de la buena crianza de la niña y una forma de prepararla para la vida adulta
Entre otras causas culturales, religiosas y sociales, la MGF se considera parte necesaria de la buena crianza de la pequeña y una forma de prepararla para la vida adulta y el matrimonio. Incluye la noción de que las niñas están «limpias» y «bellas», después de la resección de partes del cuerpo consideradas «masculinas» o «sucias». Se ve como una forma de reducir la libido femenina y ayudar a la mujer a resistirse a los actos sexuales ilícitos prematrimoniales y prevenir la promiscuidad.
Entre los mitos, se cree que mejora el placer sexual y la virilidad de los hombres y las prepara para soportar el dolor del parto.
La MGF es diferente de la mayoría de formas de violencia contra las niñas y mujeres, porque las parientes son las responsables y se lleva a cabo por parte de «circuncisoras» tradicionales. Hoy en día, también es practicada por hombres y mujeres en servicios de salud que son cómplices y refuerzan la norma social y promueven esta práctica cultural tan valorada.
Consecuencias sobre la salud
La MGF no aporta ningún beneficio a la salud, sino que la perjudica interfiriendo en la función natural del organismo femenino. Entre los efectos inmediatos se encuentran: dolor intenso, hermorragias, infecciones, problemas de retención de orina, llagas en los genitales y lesiones en los tejidos genitales.
A largo plazo, la MGF puede generar infecciones en la vejiga y en la orina, quistes, esterilidad, aumento del riesgo de complicaciones en el parto y muerte del recién nacido. A veces son necesarias nuevas intervenciones quirúrgicas y la mujer se ve sometida a aperturas y cierres sucesivos que incrementan los riesgos.
Eventos en el Día Internacional contra la MGF
El próximo sábado 6 la organización Save a Girl Save a Generation saldrá a la calle en la plaza de Callao en Madrid para demostrar su rechazo y llevar a cabo un acto de sensibilización en público. Su lema es «Contra la mutilación sexual damos la cara». Quien quiera puede unirse.
Durante los días 5 y 6 de febrero la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) organiza las V Jornadas Internacionales contra la MGF, a fin de abrir el debate en torno al tratamiento informativo sobre la MGF y sobre cuál sería el mejor enfoque para llevar adelante acciones de sensibilización, estableciendo un diálogo e intercambiando experiencias entre profesionales de la comunicación, organizaciones expertas, gobiernos, asociaciones de migrantes y activistas de África y de Europa.
Las organizaciones Acción en Red y Save a Girl Save a Generation han publicado un Manual de intervención social para la prevención y erradicación de la mutilación genital femenina. Este material sirve de apoyo a la intervención social directa con población extranjera residente en España, originaria de países en riesgo y susceptibles de mantener la tradición de practicar la mutilación genital femenina a las niñas.
El manual reúne la experiencia de estas dos entidades, tanto en materia de investigación, observación e intervención en las relaciones interculturales por parte de Acción en Red, como la labor de denuncia, prevención y acompañamiento a las víctimas de la tradición tanto en Kenia como en España que lleva a cabo la ONG Save a Girl Save a Generation, fundada en 2007.
A través de este manual se abordan las particularidades para intervenir en los valores y tradiciones culturales desde la aplicación de dos principios: la interculturalidad y la perspectiva de género. El objetivo con este trabajo es seguir trabajando en la prevención y erradicación de las MGF. Como aseguran las organizaciones que trabajan por la erradicación de la MGF, no se trata de imponer el cambio y la transformación de mentalidades, sino de proporcionar conocimientos y herramientas para que las personas puedan tomar decisiones fundamentadas y con libertad.