En los últimos años se han hecho enormes avances en la lucha contra el paludismo o la malaria. Aun así, la enfermedad sigue teniendo efectos devastadores en la salud y la subsistencia de la población mundial, y en particular de África, donde cada año se cobra la vida de cerca de medio millón de menores de cinco años. Bajo el lema “Acabemos con el paludismo para siempre” se celebró ayer, 25 de abril, el Día Mundial del Paludismo . Con motivo de esta jornada, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pide un compromiso fuerte para vencer esta afección y aumentar de forma urgente las medidas de prevención para las enfermedades tropicales. Este artículo explica qué es el paludismo, los retos que la OMS se propone hasta 2030 en torno a esta dolencia y quienes son los más afectados por ella.
¿Qué es el paludismo o malaria?
El paludismo o malaria es una enfermedad causada por protozoos que se transmite principalmente por la picadura del mosquito hembra Anopheles sp.
Según la OMS, en 2015 se registraron por el paludismo 438.000 muertes, sobre todo en África Subsahariana
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2015 se registraron 214 millones de casos de malaria o paludismo y se contabilizaron 438.000 muertes. Los países más afectados pertenecen al continente africano: República Democrática del Congo y Nigeria. La OMS recordó, además, que el año pasado fallecieron 437.000 niños menores de cinco años por culpa de esa enfermedad. En África solo uno de cada cinco niños enfermos siguió un tratamiento y 15 millones de mujeres embarazadas no recibieron las dosis recomendadas para prevenir el contagio.
Todos estos datos confirman la necesidad de seguir investigando e invirtiendo en prevención o aportando el material básico como las mosquiteras tratadas con insecticida que, según la OMS, más de 250 millones de personas no disponen de él.
Los afectados por paludismo en Europa se mantienen estables. No obstante, en España, Bélgica y Grecia han demostrado mayor riesgo en transmisiones locales.
Retos para acabar con la enfermedad
Uno de los principales retos por superar es el riesgo de contraer paludismo que tienen cerca de 3,2 millones de personas (la mitad de la población mundial).
En el último decenio cuatro países han conseguido la certificación de que están libres de paludismo
El objetivo de la nueva estrategia de la Organización Mundial de la Salud consiste en reducir los casos de paludismo y las muertes por esta causa en un 40% para 2020 y en al menos un 90% de aquí a 2030. En el último decenio cuatro países han conseguido la certificación de que están libres de paludismo y la estrategia para los próximos años fija el objetivo de eliminar la enfermedad en otros 35 países para 2030.
En la actualidad, existe transmisión endémica de malaria en 97 países y territorios. Se estima que el 82% de los casos y el 90% de los fallecidos tienen lugar en África. Las muertes en niños menores de cinco años equivalen, según las estimaciones de la OMS, al 78% del total. Y en el caso del parásito más virulento y mortal, solo en África mata a un pequeño cada minuto.
En 2013 el 80% de los casos de malaria ocurrieron en 18 países. De ellos, la República Democrática del Congo y Nigeria aportaron el 39% de los casos a nivel mundial y más del 80% de las muertes estimadas por malaria se concentran en tan solo 16 países.
Según la Organización Mundial de la Salud, hay una vacuna en la última fase de evaluación para poder ser comercializada, tras 30 años de investigaciones de diferentes instituciones y empresas farmacéuticas. Aún sin ella, la tasa de mortalidad por paludismo en menores de cinco años se ha reducido en aquel continente un 58% respecto al año 2000, gracias a las inversiones en mosquiteras y otros mecanismos de prevención para evitar la picadura del mosquito que transmite la enfermedad.
Aumentan los casos de paludismo en España
La malaria en España fue erradicada en 1964. Sin embargo, según el último Boletín Epidemiológico del Instituto de Salud Carlos III, aumentan las importaciones de paludismo debido al incremento de viajes e inmigrantes que vuelven a su país de origen a visitar a sus familiares.
Los profesionales insisten en tranquilizar a la población comunicando que el riesgo de transmisión autóctona sigue siendo muy bajo. Pero en los últimos años se han detectado casos esporádicos y brotes de transmisión autóctona de paludismo en varios países de la Unión Europea.
En España, entre 2010 y 2014 se ha registrado un caso de malaria cada año, en personas sin antedecedentes de viaje a zona endémica, adquirida localmente. Todos los años se notifican entre 400 y 600 casos importados. La población española es mayoritariamente susceptible a la infección por paludismo y, además, en nuestro país se dan las condiciones medioambientales favorables para la cría, desarrollo y permanencia del mosquito.
Por otro lado, el impacto en la salud humana en términos de morbi-mortalidad también sería bajo, dado que el parásito no genera formas graves de paludismo y que el Sistema Nacional de Salud dispone de los instrumentos apropiados para la detección, diagnóstico, manejo y tratamiendo de los casos.