Visitar el proyecto de una ONG, interesarse por sus necesidades y ayudar en la medida de lo posible, conocer al niño que se apadrina y a su comunidad, abstenerse de fotografiar a poblaciones indígenas como si fueran una atracción, no fomentar la explotación sexual de mujeres y niños o alojarse en un hotel que lucha contra la explotación sexual comercial infantil en los viajes. Estas son algunas opciones con que cuentan los turistas para aportar su grano de arena solidario durante las vacaciones.
Visitar proyectos de ONG y niños apadrinados
Brasil, Colombia, Perú, Kenia, Tanzania, India, Tailandia… En vacaciones se viaja y, sobre todo, cuando el destino es internacional, se abre un abanico de posibilidades solidarias. Las ONG trabajan en destinos turísticos para paliar carencias de la población que no siempre son visibles para los turistas. Las personas más sensibilizadas que colaboran con ONG tienen la oportunidad de visitar los proyectos con los que contribuyen o los niños a quienes apadrinan, cuya donación se destina a toda la comunidad.
Algunas entidades proponen viajes para los socios, de manera que puedan conocer su trabajo en terreno. La ONG Plan organiza visitas a los proyectos que lleva a cabo en la comunidad donde viven los niños apadrinados, mientras que la Fundación Vicente Ferrer viaja a Anantapur (Andhra Pradesh) para hacer de los colaboradores testigos de los proyectos que financian.
Cuando los socios o colaboradores viajan por su cuenta, es necesario informar del viaje a la sede central en España para coordinar la visita, ya que de lo contrario se interfiere en el trabajo diario de las organizaciones y las contrapartes locales.
Otras veces, aunque no se colabore con una entidad, es posible informarse sobre los proyectos que se llevan a cabo en el destino al que se viaja, puesto que las ONG pueden considerar interesante explicar sus iniciativas o contar con ayuda para el desarrollo de las mismas.
Turismo responsable en Centroamérica y el Caribe
Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá conforman Centroamérica. Estos países han registrado un incremento importante en el número de turistas. Costa Rica es uno de los lugares preferidos, aunque es innegable el atractivo de Guatemala, Panamá, Nicaragua o El Salvador, que en todos los casos han aumentado las llegadas. Sin embargo, el desarrollo económico que se atribuye al turismo no siempre es bueno para todos.
El turismo comunitario y responsable protege las tradiciones y el entorno, además de dar a la población local el control de los recursos
Un informe sobre turismo residencial en Costa Rica («personas que se establecen temporal o permanentemente en un destino turístico y compran una casa, apartamento o un terreno») asegura que «está interconectado con el gran aumento en las inversiones extranjeras e internas en tierra», por lo que es «un fenómeno relevante» para el debate sobre el acaparamiento de tierras. Esta práctica implicaría que los terrenos no se dedicaran a la producción de alimentos para la población local, sino a la producción de biocombustibles, entre otros.
Por otro lado, el hecho de que Centroamérica se haya convertido en destino emergente hace temer que se imponga el modelo turístico convencional y, por ello, se fomenta el turismo comunitario y responsable. Ambos permiten que la población local tenga más control sobre los recursos y territorios donde viven, ya que ofrecen sus propias casas como alojamiento, respetan su modo de vida y sus tradiciones y ayudan a la conservación del entorno. Es posible conocer más sobre este modo de viajar a través de la Red de Turismo Comunitario «Saraguro Rikuy» o la Alianza Comunitaria Conservacionista de Turismo Alternativo Rural en Costa Rica.
Respecto a los destinos paradisiacos del Caribe, estos encierran realidades ajenas a los flashes de los turistas. República Dominicana es uno de los lugares preferidos para disfrutar de sol y playa a un precio económico, «pero también es un país donde la pobreza, la falta de oportunidades y la debilidad del sistema legal e institucional han favorecido la Explotación Sexual Comercial de Niños y Adolescentes (ESCNA)», explica UNICEF. Las organizaciones sociales no olvidan estos destinos, aunque en su caso lo hacen para recordar el compromiso necesario con la realidad de estas regiones y la necesidad de no favorecer la implantación de unas prácticas contraproducentes para la población local.
Contribuir al fin de los «safaris humanos» en India
Survival mantiene un frente abierto contra los denominados «safaris humanos». Ha pedido que no se visiten las islas Andamán, de la India, «hasta que se ponga fin a la degradante práctica de los safaris humanos para ver a la tribu de los 400 indígenas jarawas». Esta práctica consiste en desplazarse hasta los lugares donde vive esta tribu para fotografiar a sus miembros como si fueran una pieza de museo.
Cada año, 200.000 turistas visitan las islas y acceden a la carretera que atraviesa la selva de los jarawas. La intención de Survival es conseguir que se establezca una ruta marítima alternativa. Su acción se ha difundido entre los turistas y más 200 agencias y páginas web de viajes en once países, a las que ha escrito para pedir que no se ofrezcan viajes a las islas Andamán por considerar que se trata al pueblo indígena jarawa «como a animales en un safari park».
Hasta el momento se han dado algunos pasos, pero Survival pide una mayor concienciación con esta circunstancia que afecta a las poblaciones indígenas. El año pasado, Naciones Unidas expresó su «profunda preocupación» por los «safaris humanos» e instó a las autoridades a cerrar la carretera ilegal y, a principios de este año, «el Tribunal Supremo de la India prohibió la presencia de turistas en la carretera durante siete semanas», recuerda Survival. La prohibición, sin embargo, se levantó porque las autoridades de las islas cambiaron la regulación.
Colaborar en la lucha contra la explotación sexual infantil en todo el mundo
Hoteles Amigos es una propuesta de UNICEF para luchar contra la explotación sexual comercial infantil en los viajes. Esta alianza con el sector turístico defiende los derechos de los niños y, para ello, anima a los alojamientos a realizar actividades de información y sensibilización entre sus clientes.
Las compañías que apoyan esta iniciativa cuentan con alojamientos en otros países. A todas ellas se les pide firmar el Código ECPAT, contra la explotación sexual comercial infantil, y poner en marcha un plan de acción. Este puede consistir en pedir a los clientes y empleados que se sumen a esta causa u organizar actividades de sensibilización continuas y en días señalados para todos los turistas, actividades específicas para los niños o eventos solidarios a favor de la protección de la infancia, explica UNICEF.
En la página web de la organización se accede al listado de los hoteles amigos, que se puede tener en cuenta en el momento de realizar la reserva para las vacaciones. En su mayoría, son cadenas con establecimientos en todo el mundo, pero también en nuestro país (Islas Canarias, La Rioja, Mallorca…), por lo que se puede ser solidario dentro de nuestras fronteras.