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Conocimientos para la vida
En los campamentos de personas refugiadas de Palestina, un gran número de estudiantes se enfrentan a diversos problemas en sus hogares, desde la pobreza hasta la responsabilidad de contribuir en los ingresos familiares o la separación de algunos seres queridos. Estas cargas durante la infancia afectan especialmente a su salud mental y pueden influir de manera negativa en su educación.
Las niñas refugiadas de Palestina son especialmente vulnerables ante estos problemas y su futuro es más incierto que el de sus hermanos o sus compañeros. La asistencia a las clases y la continuidad en la educación y la formación resultan fundamentales para que adquieran conocimientos y estén preparadas para incorporarse al mundo laboral, así como para ser sujetos activos en sus comunidades.
“La personalidad de una niña se fortalece y no necesita que nadie la mantenga, se mantiene a sí misma”, comenta Imaan sobre cómo influye la educación en su vida y la de sus compañeras de la escuela.
El colegio, un lugar seguro
En el complejo contexto de los campamentos de personas refugiadas de Palestina, las aulas y el patio de las escuelas se convierten en un lugar seguro para el alumnado, una especie de oasis de ilusión y motivación que les hacen ver las futuras etapas de sus vidas con esperanza. Sus profesoras y sus profesores son referentes y les apoyan emocional y psicológicamente.
Durante más de siete décadas, UNRWA ha educado y formado a millones de niños y niñas refugiados de Palestina en Gaza, Cisjordania, Líbano, Siria y Jordania. La Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina gestiona uno de los sistemas escolares más importantes en Oriente Próximo y la educación es uno de los pilares fundamentales de sus operaciones.
“No hay nada que me apoye más que una escuela de UNRWA. Hemos asistido a escuelas de la Agencia desde que éramos pequeños”, asegura Aseel, otra niña refugiada de Palestina en Jordania. “Las escuelas de UNRWA proporcionan todo a sus alumnos. Nos dan libros y cuadernos. Si necesitamos más cuadernos, nos dan más”, manifiesta ilusionada Imaan.
Fomentar la innovación y la creatividad
En las escuelas de UNRWA se trabaja para fomentar la innovación y el uso de nuevas herramientas para ampliar el aprendizaje. Además, los profesionales educativos están formados para impulsar la creatividad del alumnado y su confianza, para que sepan que pueden ser sujetos de avance para su sociedad y la comunidad global.
Pero el sistema educativo de la Agencia no se queda solo en los primeros años de vida. A través de centros de formación profesional, los jóvenes refugiados de Palestina pueden desarrollar sus habilidades para afrontar la búsqueda de empleo y aumentar las posibilidades de incorporación al mundo laboral.
En las escuelas de UNRWA, la educación en valores como la igualdad y el respeto por los derechos humanos es el punto de partida. Los equipos educativos de UNRWA enseñan materias como matemáticas o árabe, pero su papel va más allá. En un contexto de desplazamientos, de inestabilidad económica o de violencia, sostienen la ilusión de los niños y niñas y jóvenes, los ayudan a soñar, a crecer y a prosperar.