Todos los logros alcanzados durante medio siglo de lucha contra la pobreza pueden venirse abajo si no se actúa con urgencia para detener el cambio climático. La advertencia la lanza Oxfam Internacional en vísperas de la cumbre del G8 en Italia, donde el cambio climático y la seguridad alimentaria ocupan un lugar destacado en la agenda.
«Los cambios en las estaciones están destrozando las cosechas y provocando la expansión del hambre, pero éste es sólo uno de los múltiples peajes que el cambio climático está haciendo pagar a los países más pobres», señala un informe publicado por la ONG. «Si no se actúa de inmediato se perderán de manera irremediable 50 años de logros en el desarrollo en los países pobres», advierte.
Oxfam afirma que el hambre provocada por el cambio climático podría convertirse en la «tragedia humana de este siglo». Y es que las estaciones meteorológicas, que antes eran estables, ahora están cambiando y las lluvias están desapareciendo. Agricultores de Bangladesh, Uganda y Nicaragua ya no pueden confiar en la experiencia agrícola acumulada durante generaciones, sino que se enfrentan año tras año a cosechas perdidas, indica el informe.
El arroz y el maíz, dos de los cultivos más importantes, de los que dependen cientos de millones de personas, especialmente en Asia, América y África, se enfrentan a caídas significativas de las cosechas incluso en un futuro escenario de ligero cambio climático. «Se ha calculado que las cosechas de maíz caerán un 15% o más hacia 2020 en la mayor parte del África subsahariana y en la mayor parte de la India. Algunas estimaciones fijan la pérdida para África en 2.000 millones de dólares al año», apunta la organización humanitaria.
Enfermedades
En el campo de la salud, enfermedades como la malaria y el dengue, que antes estaban circunscritas a un ámbito geográfico, ahora están apareciendo en nuevas áreas donde la población no está inmunizada o no tienen los conocimientos ni la infraestructura sanitaria para enfrentarse a ellas. Según el informe, el calentamiento global ha provocado una media de 150.000 muertes más al año por diferentes enfermedades, desde la década de 1970. La mitad de los casos se han producido en Asia.
Además, el ascenso de las temperaturas impedirá el trabajo al mismo ritmo en los días calurosos del verano sin que suponga consecuencias serias para la salud, con graves perjuicios para los jornaleros pagados por horas y para la economía en general. Ciudades tropicales como Delhi podrían sufrir un descenso en la productividad laboral del 30%, estima Oxfam.
Los suministros de agua, por su parte, se están viendo tan amenazados que varias grandes ciudades como Katmandú y La Paz, que dependen de los glaciares del Himalaya y de los Andes respectivamente, pueden verse sin el agua necesaria.
A todo esto se añaden los desastres, tales como grandes incendios y tormentas tropicales, que están siendo más frecuentes y podrían triplicarse en 2030. Ello podría provocar desplazamientos masivos de personas. En la actualidad, 26 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus casas como resultado directo del cambio climático y cada año un millón más se suman a esta cifra por circunstancias relacionadas con el clima.
Ante esta situación, Oxfam hace un llamamiento a los líderes del G8 para que asuman una responsabilidad personal para llegar a un acuerdo global «justo y adecuado» que aborde el cambio climático, puesto que «sólo el compromiso político al más alto nivel puede prevenir una catástrofe humana».